UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 13

Andrea no era capaz de explicar la sensación de vértigo que la había invadido al estar frente a frente con Zack, y más al escucharlo decir que era el dueño de la empresa. La costumbre era una cosa muy dura, porque su primer pensamiento fue:

"¡Dios, le eché veinte cafés encima al dueño de la empresa! ¡Me va a despedir!"

...Pero luego él le sonrió. Le sonrió, pasó a su lado y se dirigió a todos los empleados en aquel piso. El asombro era generalizado, pero el más impactado de todos era Peter Trembley, que no solo estaba sorprendido sino también rojo de la rabia, porque el dueño de la empresa se le había colado de empleado encubierto y él ni siquiera se había dado cuenta. Y por último aquellas palabras: "Peter Trembley... estás despedido", resonaron en la estancia como la sentencia de un juez.

Trembley abrió los ojos y su pecho se hinchó como si estuviera a punto de explotar.

—¡No puedes despedirme! ¡Yo soy el gerente de esta empresa!

—¿Quieres decirlo de nuevo, esta vez más alto a ver si llega a interesarme? —preguntó Zack—. Tú fuiste el gerente de una empresa que ya no existe porque yo la compré, y en los días que he estado aquí solo has demostrado que no eres competente para el cargo. Así que te lo repito. Estás despedido, tienes diez minutos para recoger tus cosas y largarte.

Andrea retrocedió instintivamente y muchos otros lo hicieron cuando Trembley se acercó a Zack con un gesto amenazador.

—¡No puedes echarme después de años de trabajo, no tienes bases! ¡Te demandaré por despido injustificado, te sacaré millones y luego viviré feliz viendo cómo te llevé a la bancarrota por tener que pagarme! —le gritó desaforado, pero para sorpresa de todos, Zack ni siquiera se inmutó.

Lo vieron alargar la mano hacia Ben y este le entregó una carpeta.

—Bien, en ese caso déjame explicarte la situación —siseó sacando un documento—. Esta es una denuncia por acoso sexual de parte de una de las empleadas de esta empresa. —Trembley miró a Andrea con rabia y a la muchacha se le puso el corazón en la boca—. ¡Hey, no la mires a ella, mírame a mí que esto es obra mía! —gruñó y pareció ser el único y breve momento de descontrol de Zack—. Esta demanda ya está en la Federación Deportiva, y esta mañana se ingresó al juzgado, así que la junta directiva de esta empresa, o sea él y yo —siseó señalando a Ben—, hemos decidido que tu despido no tiene nada de injustificado.

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