Un chico especial (COMPLETO) (BL) romance Capítulo 23

–No puedo creer que estés aquí, de seguro es por tu egoísmo, como Louis fue despedido quieres aprovecharte de eso ¿no? Das asco– me dijo.

–Ni por asomo, a diferencia de ti, yo si hago un buen trabajo y si tengo un título ¿Qué haces aquí? ¿No estabas estudiando enfermería? A no, espera, ni siquiera eso pudiste acabar– le dije viendo como su cara se ponía roja de la rabia que le daban mis palabras– como sea, aquí no creo que dures, el sueldo es bueno, tienes ciertos privilegios, pero Thomas no tolera las incompetencias, así que no durarás.

–¿De qué vas? ¿Ahora porque ganas más dinero crees que tienes derecho a hablarme así? Déjame recordarte que sólo eres una escoria que nadie quiere, ni siquiera tu madre te quiso, por algo se suicidó– dijo riendo con crueldad– haznos el favor de seguir sus pasos y muérete– le sonreí, antes sus palabras quizás pudieron haberme afectado, pero a estas alturas ni me inmutaban.

–Lo tomaré en cuenta– le respondí– ahora bien, si te le ofreces de esa forma a Thomas sólo te dejará aquí unos días.

–Eso está por verse, sabes que todo lo que quiero lo consigo, de seguro tengo privilegios si me hago su novia– decía con una sonrisa burlona por lo que reí por su descaro.

–Sigue soñando, para él sólo eres una más– le dije dando un paso hacia atrás queriendo finalizar la conversación– por cierto, ya es mío, perra, ni te le acerques, no te lo daré tan fácilmente– frunció el ceño completamente molesta antes de que yo le diera la espalda para entrar a la oficina de Thomas.

–Mi amor ¿le puedes decir a Susan que ya estoy explotado en trabajo? –me dijo buscando escapatoria.

–Sólo haz tu trabajo– le dije sentándome al lado de Susan–.

–¡Pero mi amor! –se quejó tomando el documento que Susan le entregaba, Thomas con las partes aburridas siempre busca saltárselas, sin embargo, como es su trabajo y la compañía depende de ello indirectamente, insisto para que trabaje hasta tarde, de todas formas, le dije que debía trabajar cuando comenzó a tocarme en su despacho en la casa, ahora no puede quejarse por no terminar a las 8 de la noche cuando todos ya nos vamos.

Como mi trabajo había acabado me fui cuando en el reloj dieron las ocho, Thomas obviamente se quedó en la empresa unas horas más, lo habría esperado de no ser por el hecho de que se distrae de forma rápida cuando yo estoy cerca, aunque me daba cierta tristeza regresar por mi cuenta a casa dejándolo a él solo, miré mi móvil cuando estaba esperando que el semáforo cambiara viendo muchas caras tristes de parte de Thomas quien me decía "tengo hambre". Podía ser solamente una excusa para hacerme regresar, ya lo ha hecho antes, sin embargo, me estacioné frente a una tienda de comida y compré algo ligero para cenar, no tengo mucha hambre así que me compré una ensalada, le iba a preguntar a Thomas que quería de comer, no obstante, recordé que en el almuerzo mencionó que tenía antojos de hamburguesa así que simplemente pedí una vegetariana y regresé a la empresa viendo como únicamente quedaban los de la limpieza junto a los guardias, el resto ya se había marchado.

Subí hasta su oficina viendo su puerta abierta y en el escritorio de Susan había varios documentos que antes le vi entregarle a Thomas, me sentí orgulloso de verlo trabajar tan concentrado, por ello simplemente me quedé en el marco de la puerta viendo como analizaba unos documentos para luego firmarlos, así hacía hasta que unos diez informes estuvieron sellados y firmados, luego lo vi tomar su móvil y se mordió el labio inferior escribiéndome otra vez, yo sonreí acercándome a él quien con una sonrisa resplandeciente me observaba.

–Te traje una hamburguesa– dije entregándole la bolsa de papel en donde me la habían entregado junto a mi ensalada– ¿te queda mucho? –le pregunté viendo la hora.

–Nop...– dijo tomando la hamburguesa y su refresco, para seguido devolverme la bolsa rechazando la ensalada, he descubierto que no le gusta el tomate con lechugas, se los puede comer por separado, pero si están juntos pone cara de asco, es un niño– sólo me queda ese montón de allí– me señaló la mesita de centro que había a los lados de dos sofás grandes de color negro– que bien huele esto– añadió dándole una mordida a su hamburguesa– y está bueno– dijo sorprendido– ¿de dónde es?

–De una tienda vegetariana, vi tu mensaje cuando pasaba por allí así que simplemente compré sin saber si estaría bueno– le respondí abriendo mi ensalada– mi amor– dije viéndolo mientras revolvía mi cena– ¿Qué pensaste de la chica nueva?

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