Un chico especial (COMPLETO) (BL) romance Capítulo 45

Sólo existe una pareja construida por Dios, hombre y mujer, eso es lo correcto, las relaciones entre pares no están bien, hombre con hombre, o mujer con mujer ¡No está bien! O al menos eso me han dicho toda mi vida, incluso me han asegurado que la gente homosexual irá al infierno, bueno, en realidad todas las personas que no son heterosexuales irán al infierno, debido a que la religión no cree en el otro tipo de amor que no sea de hombre con mujer.

Según la religión, ahora mismo estoy pecando por pensar en un hombre que sinceramente me hace muy feliz, Fred es muy atento conmigo, me lleva a comer, vamos al cine, me enseña cosas nuevas que mis padres considerarían pecaminosas, pero aun así me gustan, estar a su lado es algo que me encanta ¿Cuál es el problema? Si dos personas se aman ¿Cuál es el problema de que estén juntas? Sean del sexo diferente, o del mismo sexo.

No entiendo a mis padres, en televisión hablaron sobre la comunidad LGBT, por lo que atentamente escuché cada una de sus crueles palabras que juzgaban sin conocer lo que aquellas personas sentían, mi padre soltó un "Eso pasa cuándo a los hombres le dan mucha libertad, en su hogar le faltó mano dura y buenos principios" a lo que mi madre concordó diciendo "Es culpa de aquellas mujeres que no supieron ser madres y criar bien a sus hijos". Me sentí tan imponente, ellos me criaron bajo todos los perjuicios posibles, pero aun así cada que puedo me refugio en los brazos de un hombre que me hace muy feliz.

Fred no me juzga, él simplemente me mira, sonríe y me apoya en todo lo que deseo realizar, además cuándo estoy hablando sobre cosas que están erróneas, él me corrige de una forma muy sana, es un chico realmente encantador que me encantaría poder presentar como lo que es, es decir, mi novio, pero mis padres jamás lo entenderían.

Mis padres creen que Fred me ayuda con mis estudios, a veces es así, cuándo estoy cerca de dar un examen él me suele ayudar a estudiar, pero en otras ocasiones, sólo digo eso para pasar tiempo con él e incluso sólo para poder estar entre sus cariñosos brazos que incendian cada centímetro de mi cuerpo.

Hoy le he pedido ayuda para estudiar, por lo que ha venido a mi casa y mis padres lo han dejado entrar sin saber que, bajo aquella educada sonrisa, se esconde un pervertido que le encanta jugar con mi cuerpo sin importarle el lugar en donde estemos.

A mí me gusta estudiar en su casa, allí tenemos más privacidad, pero hoy ha querido que sea en mi casa para que así no podamos distraernos, él quería ayudarme, por ende, ha venido a mi casa. Mi madre le ofreció bocadillos que más tarde subimos a mi habitación en donde planeábamos estudiar.

Él se sentó en mi silla de escritorio, mientras que yo me recosté boca abajo en mi cama mientras trataba de no mirar el documento en donde estaban las respuestas que Fred me hacía. (Le daba la espalda a Fred)

–Amor...– me dijo en un tono divertido tras preguntarme algo que mi cerebro acaba de olvidar.

–¡No me digas, no me digas! –repetí tratando de memorizar la respuesta.

–Uy...– soltó divertido– tic-toc tic-toc–me apresuraba acercándose a mí.

Yo cubrí mis oídos para que no me dijera la respuesta, pero cuándo la recordé, él se subió sobre mi cuerpo logrando que inmediatamente mis ganas de estudiar se esfumaran debido a que comenzó a apretar mis nalgas e incluso bajó mi pantalón hasta cierto parte con tal de verme.

–Te ves tan sexy desde aquí atrás– me dijo acercando sus labios a mi cuello, en donde fue depositando besos lentos mientras frotaba su entrepierna contra mi trasero– tengamos un descanso...

–hmm...– solté mientras pensaba, casi sin poder evitar mi sonrisa– no lo sé ¿Y si mis padres nos encuentran?

–Es una posibilidad...– comentó dirigiendo su mano hasta su entrepierna para abrir el broche de su pantalón y así acercar su pene a mi trasero, mis mejillas rápidamente se sintieron calientes tras sentir como su pene se frotaba en mi trasero mientras poco a poco se iba poniendo erecto–¿No quieres...? –suspiró cerca de mi oído.

–Sí...– respondí en un suspiro mientras movía inconscientemente mis caderas– siempre quiero hacerlo...– le seguiré girando un poco mi cabeza para que me besara, por lo que sus labios salieron a mi encuentro y me besó de forma lenta mientras bajaba mis pantalones.

–Eres tan delicioso...– me dijo rozando su lengua con la mía– tan lindo...– acercó su pene hasta mi entrada– tan...–suspiró tras meter la punta.

–nnnngh...– me aferré a las sábanas– Fred...– suspiré consiguiendo que me penetrara de golpe llenándome de esa deliciosa sensación caliente que sólo él me hace sentir–nnnh...

–Iré lento ¿Vale?– me dijo moviéndose lento para no meter ruido.

–No...– dije arqueando mi espalda– hazlo como me gusta...– pedí.

–Pero...– me dio una embestida profunda– tus padres están aquí.

–Entonces hazlo rápido...– dije sin poder contener mi sonrisa– ¡Nnnh...!– Fred me cubrió la boca antes de embestirme más rápido y profundo– mmmhg...

Fred suspiró, sé que le encanta tanto como a mí hacer este tipo de cosas, su actitud cambia de cierta forma cuando lo hacemos, ya que se vuelve más apasionado o hasta incluso posesivo, sólo en la cama él deja de lado la ternura para ser más intenso y, a decir verdad, me encanta como me embiste llenándome de él mientras mi cuerpo se acomoda con tal de darle una buena vista y fácil acceso de mi cuerpo.

Fred adora cuando levanto mi trasero mientras mantengo mi pecho en la cama, esta posición es muy placentera a pesar de que debo arquear un poco mi espalda, aunque la cama se fue moviendo con nosotros e incluso chocaba con la pared, eso parecía preocuparlo, pero cuando se detenía, mis caderas eran las que lo buscaban.

–Espera...– dijo tratando de detenerme, pero yo busqué su mano y la dirigí a mi entrepierna– oh bebé...

–Hazme tuyo...– pedí–nnnh... ¡Ah!– gemí tras él darme una embestida fuerte.

–sshhhh...– me dijo– mmmh... que rico mi amor, mantente así...– decía tocando mi pene– no te corras...– me dijo– te castigaré si lo haces...

–mmmh...– mordí la almohada siguiendo el movimiento de su mano– nnngh...Fred...– levanté mi cabeza– castígame...

–uff mi amor...– soltó besándome, introduciendo su lengua en mi boca mientras poco a poco me corría en su mano.

–nnngh... ♥– gemí al correrme.

–Vamos a mi casa...– me dijo corriéndose dentro de mí, pero a pesar de esto, seguía embistiéndome.

–ah... –suspiré– dame más... dame más leche mi amor...

El pene de Fred se sacudió dentro de mí, yo inmediatamente sonreí tras conseguir que su erección se mantuviera firme y grande, tal como me gusta, pero me olvidé de que estábamos en mi casa, la excitación logró que me dejara llevar demasiado, sólo era un polvo rápido, Fred no tenía pensado hacer algo más lento, pero debido a mi insistencia él me puso en cuatro y la cama chocaba con más fuerza contra la pared, mi cama comparada a la suya no es para hacer este tipo de cosas, además no es tan grande como la suya, así que no podemos girar dentro de mi cama.

Mi ropa interior estaba húmeda debido a mi corrida, me sentía demasiado bien, mis gemidos lo aseguraban, además me encanta sentir a Fred tan nervioso por ser descubierto, hasta me cubrió la boca tratando de callarme, pero deslicé mi lengua por su mano consiguiendo que suspirara dándome embestidas profundas que me hacían gemir más alto.

–¡Nnngh...!– gemí a lo que él me nalgueó– ah... Fred... ♥

–Me voy a correr– me avisó.

–Yo también...– le dije ya casi sin poder aguantar mi corrida.

Mi corrida me hizo temblar, mi interior se sentía demasiado sensible, deseaba más, esto era demasiado excitante, aunque toda excitación se acabó cuándo mi madre entró en la habitación y nos encontró con las respiraciones aceleradas, además Fred estaba sacando su goteante pene que deseaba correrse.

Yo me asusté ¡Era mi madre! Aunque por la sorpresa Fred se corrió en mis nalgas empeorando más la situación.

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