Un chico especial (COMPLETO) (BL) romance Capítulo 49

Al llegar todo fue muy rápido, ya que los encargados cerraron con tal de atendernos únicamente a nosotros y eso ciertamente me hizo sentir especial, aquellos hombres eran muy amables, o al menos sabían fingir bastante bien y a mi amado prometido le encantaba presionarlos consiguiendo que se pusieran muy nerviosos. Se supone que tras tener el traje nos iremos a Londres para acabar con todos los últimos preparativos de la boda, el traje es uno de los últimos puntos, así que debía estar perfecto.

Aunque era divertido verlos balbucear o tartamudear por la forma en la que Thomas los trataba, diciendo "¿en serio es esto lo mejor que tienen?" Estaba siendo muy malo con ellos, pero no por ser malo, sino porque estaban anteriormente hablando sobre un cliente que no sabía reconocer una alta costura con otra mediocre, básicamente se estaban burlando de él y eso molestó a mi prometido haciéndolos sentir humillados por no saber diferenciar las tonalidades que Thomas les pedía.

¡Pasamos dos horas escogiendo traje! No convencía ninguno a Thomas así que buscamos en otro sitio en donde encontramos mucho mejores, no tenían el mismo prestigio que las otras tiendas, pero eran de mejor calidad y eso le agradó a Thomas por ello compramos bastante rápido, perdimos más tiempo en la otra tienda rechazando los trajes que en esta nueva tienda, sinceramente la gente que nos atendió eran mucho más agradables, nos hacían sentir cómodos y eventualmente gracias a que era más grande, Thomas y yo no vimos los trajes que usaría el otro.

Cuando me vi al espejo me emocioné muchísimo, me veía muy bien, los tonos que me habían sugerido combinaban con mi color de piel, me sentaba genial, incluso me veía como todo un empresario o algún famoso de esos que pasan por alfombras rojas ¡me encantaba!

Pagué por el traje y esperé pacientemente a Thomas quien con una sonrisa radiante se acercó a mí diciéndome lo increíble que era este lugar, incluso pidió una tarjeta de presentación para poder venir en otras ocasiones, ya que también tenían trajes normales de oficina.

–¡Por fin! –dije al ya estar en casa, lo bueno es que también llegaron las muchachas quienes ya no eran muchachas, sino que chicos.

–¿Desea conservar nuestros nombres? –nos preguntó un rubio.

–Hm...– pesó Thomas– mi amor, dame un nombre.

–Uno y dos– dije tomando mi maleta queriendo ponerla en el auto.

–Sé más creativo– me dijo con cierto tono divertido.

–Zero– dije– que el rubio se llame Zero.

–Me parece– respondió configurándolo como "Zero" mientras que al otro lo llamaba por "Red" así que luego de eso tomó sus cosas y nos fuimos hasta el aeropuerto para irnos por fin hasta la casa de sus padres.

Ni siquiera en el avión tuvimos un momento de descanso, estábamos muy pendientes de la boda así que hablamos sobre los últimos detalles e incluso sobre nuestra luna de miel, Thomas no quería que nada malo ocurriera así que trataba de cubrir todos los detalles para que tuviéramos una boda perfecta.