Un contrato de amor romance Capítulo 86

Las balas se escuchaban sin parar por todos lados.

Me estremeció débilmente. Dejé de comer y tire los cubiertos, los días pasaban y no sabía que tanto de tiempo había transcurrido.

Rogelio vestía de negro todos los días, se despedía siempre con una platica culpandome de la muerte de mi madre.

La puerta fue goleada varias veces.

- Drake - grité en susurro.

La puerta fue abierta, poco a poco mi vista se torno borrosa.

Un par de manos cálidas me tomaron.

Intenté aclarar mi vista.

¿Quién eres?.

Y por más que quería que fuera Drake, él no era, estas manos eran diferentes, pero sentía confianza.

Minutos después estaba fuera de la casa.

- Aquí está la chica - su voz era gruesa e intimidante.

La luz me afectaba demasiado.

Quería mover mis manos con fuerza, sentía que podía hacerlo, pero al intentarlo, solo conseguía quejarme. Mi cuerpo fue goleado día a día, fui maltratada.

Drake

Solo esperaba una noticia del lugar de ataque. Fuera suficiente sólo si llamaran.

- No te impacientes - dice Phil, pero lo ignoro - Ya padre nos avisara pronto,

El celular sonó. Lo tomé de inmediato y contesté.

- Parece que nos ganaron... Helka se la llevaron, dejaron a Rogelio herido, ya lo tengo, ya vamos de regreso a casa... Hazme un favor y, nos encontramos en la vieja cabaña del lago Sur - pidió rogando.

- Con gusto prepararé un cuarto para el huésped - con rabia colgué la llamada.

Apreté mi puño.

- Si hubiera ido más antes... Si no me hubiera puesto a tomar - doy un golpe en la mesa, Aisha se asusta.

- Drake, escucha - me toma del mentón y me hace alzar la mirada, justo en sus ojos que me acusan sin hacerlo en realidad - no es momento de buscar culpables, es momento de buscar a Helka, no vamos a descansar hasta encontrarla sana y a salvo - mire a Phil - ya tenemos al causante, busquemos a ella.

- Y sé por dónde comenzar hermanitos..

Caminamos detrás de Phil en busca de nuestra última opción.

- Nadie ataca a nadie sin su razón, sin su resentimiento, por eso - llegamos al despacho de papá, Phil caminó hasta su escritorio y tomó las llaves - vamos a buscar lazos de Rogelio nuestro Padre y el incógnito.

Buscamos un lugar para introducir la llave que jamás logramos ver usarla en frente de nosotros. Veo como el tenebroso retrato de papá está frente nosotros, sintiendo su frío expulsado ante nosotros, su trío de invasores.

Hay cosas que nuestro padre no puede contarselas a nadie, solo opta por refundirlas en su más oscuro rincón.

Buscamos entre libros, detrás de cada florero, debajo del escritorio.

- Nada puede estar oculto a simple vista - dice Aisha intentando descifrar la frase que papá nos decía cuando eramos unas criaturas - ¿Recuerdan?...

- Cómo no - dice Phil. Pero el apenas tenía cinco años, así que es probable que no recuerde mucho.

- A simple vista - volteo a ver cada cuadro de su estudio.

Veo el típico cuadro de la La Mona lisa, La Noche Estrellada, Venus del espejo, y su retrato, su sombrío retrato, su mirada nos observa con cautela y queriendo indagar nuestros más oscuros secretos.

- A simple vista - repetí con euforia - el cuadro.

Y al parecer, todos habíamos pensado lo mismo.

Bajamos el cuadro con cuidado.

- Bingo - dice Aisha cuando observamos una caja fuerte en el lugar del cuadro.

- Así que papá tiene sus oscuros secretos - ambicioso Phil intenta cuadrar la llave en el pequeño agujero sin éxito - Esta debe ser la llave, es casi igual - reniega.

- Tantas llaves y pocas opciones - analicé dónde más podía meter la llave.

- Y si lo que papá decía es tan obvio pero difícil,... - parecía que Aisha tenía la respuesta - en una de las habitaciones de nosotros - y si, también había posibilidad de que lo sea.

- La mía, soy su favorito - dijo Phil mientras estiraba sus piernas.

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