Narrador.
Elizabeth había sucumbido al deseo y manejada por este se entregó a Edward dejando que él le brindará placer, dejando que sus besos y caricias fueran como agua para apagar ese fuego que surgía de su interior.
Edward aprovechándose de la debilidad de Elizabeth grabó los gritos y gemidos de ella, grabación que al terminar de tomar todo lo que pudo y deseo del cuerpo de Elizabeth, se la envío a Gregory para darle a entender que él es el único dueño de Elizabeth
¡¡Te mataré Edward O’Higgins!! Clamó Gregory destrozando el móvil que tenía en su mano.
Narra Elizabeth.
Me siento patética por haber caído en los juegos de Edward le he fallado a Gregory y me he fallado a mí misma, tengo que buscar la forma de salir de este infierno no soporto estar al lado de un hombre tan manipulador como Edward, si antes pensé en darle una oportunidad ahora me arrepiento de eso.
Hola Alex, excúsame que siempre acudo a ti en los momentos más difíciles— Elizabeth decidió llamar a Alex para que empiece con los trámites de divorcio.
Elizabeth no tienes porqué disculparte soy tu abogado y también tu amigo, puedes contar con mi ayuda siempre que la necesites— Alex sintió que ya su corazón no latía como antes cada vez que escuchaba la voz de Elizabeth.
Gracias Alex me alegra saber que cuento con tu amistad, eres un buen hombre y te mereces una buena mujer digna de ti y de ese corazón tan noble que tienes, yo en realidad nunca fui buena opción para ti—yo comprendía que no soy buena para él, me he enamorado de un mafioso y mi esposo es un maldito violador, mi inocencia se perdió hace tiempo y siento que de alguna u otra forma yo también tengo un poco de oscuridad en mi alma.
No digas eso Elizabeth créeme eres una buena mujer los que no son buenos son los hombres que te rodean, a mí también me gustaría verte con un hombre que te valore y que te brinde la felicidad que te mereces — Alex sabía que tanto Edward como Gregory eran dos delincuentes disfrazados de empresarios.
Por eso te estoy llamando, quiero que empiece con el divorcio, no importa si tengo que darle a Edward la mitad de mi fortuna, pero ya me cansé, quiero empezar lejos de todo esto ya no quiero tener a ningún hombre a mi lado quiero tranquilidad por favor Alex ayúdame— Elizabeth empezó a llorar pues esa decisión le está costando demasiado, saber que no volvería a ver a Gregory le causaba dolor, pero sabía que él nunca la aceptaría sabiendo que ella se entregó a Edward.
Está bien Eliza yo empezaré hoy mismo, también te quería preguntar qué decidiste hacer con las pruebas que tengo de tu tía afirmando que ella fue la causante de la muerte de tus padres — a Elizabeth le sorprendió mucho escuchar eso y se quedó en estado de shock.
Alex no se había percatado de que nunca se lo había dicho y decirle algo así por teléfono fue muy fuerte de su parte al escuchar el silencio que hizo Elizabeth se sintió culpable por haber olvidado ese detalle.
Elizabeth perdóname por favor pensé que te lo había dicho antes — Elizabeth seguía tapando su boca para no emitir ningún ruido, ella tenía deseos de ir a matar a su tía ahora que se encontraban viviendo en la misma casa.
¡¡No Elizabeth no eres una asesina eres mejor que ellos!! Le decía la voz de su conciencia.
Envíale esas pruebas a la policía y si es necesario págales a los jueces para que reabran el caso de la muerte de mis padres, quiero que todo el que participó en el asesinato pague con creces el haberme arrebatado mi felicidad y el derecho de haber crecido al lado de mis padres quiero que se pudran encerrados — dijo Elizabeth furiosa sintiendo cómo el dolor embargaba su corazón.
Si mis padres me hubieran criado yo sería diferente no sería esta mujer débil que se deja usar y pisotear de los demás, en este momento estaría casada con un hombre de buena familia alguien digno quizás ya tendría un hermoso niño, una casa grande con jardín y alberca, muchas amigas con las cuales podría tomarme un delicioso té y mis padres me visitarían cada vez que estuvieran la oportunidad, yo sería muy feliz, pero eso nunca pasará por qué estoy destinada a sufrir, estoy destinada a vivir sin amor.
Alex sintió sus sollozos y al momento de querer hablarle para consolarla Elizabeth cortó la llamada.
¡¡No voy a llorar más, basta, eso es lo que mis enemigos desean, verme destruida y no le voy a dar el gusto!! Pensó Elizabeth limpiando sus lágrimas y se dispuso a buscar la mejor ropa en el armario que Edward había mandado a preparar para ella.
Se puso un vestido negro largo sin mangas, descotado en la parte delantera y atrás, abierto en la parte de la pierna derecha y a pesar de que era muy temprano para usar ese tipo de ropa sintió que está le daba cierta valentía y poder, se recogió el pelo haciéndose unos de los peinados elegantes que le había enseñado Melissa, se delineó los ojos de un negro intenso y pintó sus labios de un rojo carmesí a pesar de que su rostro no necesitaba de maquillaje para verse hermosa ella decidió que está Elizabeth debía demostrar Vigor, firmeza y arrogancia.
¡¡Edward quieres una esposa pues tendrás una esposa!! Pensaba poniéndose unos tacones negros que no eran para nada cómodo, pero le recordaban a Elizabeth que lo cómodo y lo fácil son ilusiones que crea la mente humana para poder manejar a los más débiles.
Que es mejor vivir con la cruel verdad que con ilusiones cómodas.
—Buenos días, querido esposo — dijo Elizabeth llegando al área del comedor donde todos estaban desayunando en silencio.
Edward no tenía palabras para pronunciar esta mujer parada a su lado era una Elizabeth diferente no había miedo en su mirada al contrario está mostraba cinismo y maldad.
Elizabeth se sentó a desayunar bajo la atenta mirada de todos, por primera vez Grecia no podía articular palabras y su mente no podía pensar su creatividad para burlarse de Elizabeth estaba entorpecida y cada vez que la miraba a los ojos sentía miedo.
¿Por qué debo sentir miedo de esta mocosa? Discutía consigo misma sin creer lo que Elizabeth provocaba en ella y no es que era su ropa la que provocaba tal temor era su aura la oscuridad que detonaba sus ojos verdes se veían profundo y el que lo miraba muy detenidamente sentía que lo sumergían en un pozo lleno de odio y de malicia.
Elizabeth comía sin importarle ser observada, sonreía levantando las comisuras de sus labios.
—Esta noche iremos a una fiesta empresarial — le dijo Edward a Elizabeth quien lo miró con seriedad.
—No hay problemas, solo dame dinero para comprar un hermoso vestido — comentó Elizabeth tomándose un café.
A Edward le sorprendió tal petición, incluso esperaba que Elizabeth se negara a ir aquella fiesta.
—Lucero tráeme vino que esto de desayunar con jugo no tiene emoción, verdad tía que los millonarios debemos de tener una vida llena de emociones— comentó sarcástica y sin disimular la gracia que le causaba las caras de sorpresa que tenían todos.
—En.. En realidad, es muy temprano para tomar alcohol, ¿no crees mi vida? — le dijo Edward.
—Para tener sexo y tomar alcohol no hay hora específica o acaso las botellas traen una indicación donde diga la hora para ser consumido — su primo Justin quien se había mantenido en silencio empezó a reír haciendo un extraño sonido.
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Señor, Bianchi D’angelo lo estamos invitando a nuestra actividad anual en la cual celebramos el día del empresario como cada año elegimos a los mejores empresarios del país para invitarlos a esta celebración y les otorgamos un reconocimiento por su buen desempeño en el mundo empresarial.
Esperamos contar con su presencia.
Gregory estaba leyendo la invitación que había llegado hace varios días y las cuales no tenía deseos de leer.
—Gregory, Edward siempre asiste a estos tipos de fiesta, deberías ir— comentó Dante sabiendo que Gregory se negaría, pero aun así pensó que no perdía nada con intentarlo para convencerlo.
—Buena idea Dante, llama a Paulina y dile que me servirá de acompañante esta noche, pero déjale claro que no será más que mi acompañante no quiero que esté de melosa— Gregory odiaba que Paulina lo tocara y a pesar de que por su mente pasaba buscar una mujer y tener sexo lo descartaba seguido porque a él no le apetecía ninguna mujer que no fuera Elizabeth.
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Melissa decidió llamar a su amiga una vez más.
Amiga por qué no me respondes la llamada— le dijo Melissa desde que sintió que Elizabeth abrió la llamada.
Melissa amiga, mi móvil se dislocó y no me quería funcionar — le respondió Elizabeth ocultándole la verdad a su amiga.
dime qué estás bien Elí— comentó Melissa con tristeza.
Claro amiga estoy más que bien no te preocupes — Melissa sintió que su amiga le estaba mintiendo ella sabía que algo más estaba ocurriendo.
Puedo visitarte a la casa de tu esposo— Elizabeth no quería que su amiga la visitara a esa casa.
Podemos quedar en otro lugar si deseas — comentó esperando que Melissa aceptara verla fuera de esa casa.
Elizabeth deja de hacerte la fuerte conmigo y dime ¿con que te amenazó ese desgraciado para que te fueras de la forma en la que me dejaste sola en Italia? — explotó Melissa sin contenerse.
Después hablamos Meli, ahora tengo que hacer algo —le dijo Elizabeth llegando a la boutique.
Edward la dejó ir sola para ver cuáles eran las intenciones de Elizabeth mientras el carro en el cual iba Elizabeth avanzaba él lo seguía a distancia, Edward no se confiaba del cambio que dio ella, pensó que el pretexto de ir a comprar un vestido no era más que una excusa para ir a ver a Gregory.
Ella le pidió al chófer que la esperara en el auto y entro a la boutique a comprar un vestido mermaid, se probó varios vestidos hasta que encontró el indicado uno que dejaba ver sus curvas a la perfección el cual era bastante sexy y provocador, más no vulgar.
También compro una gargantilla que iba a juego con el vestido dándole un toque de elegancia, en el momento que pasó la tarjeta para pagar le llegaron unas ideas a la mente y dejó a la cajera con la mano extendida.
—Aún no voy a pagar, hoy amanecí con deseos de regalar así que aprovechen mi generosidad y escojan los vestidos que más les gusté que yo los pagaré todos— les dijo Elizabeth a las empleadas quienes la miraban sorprendidas.
Y era que para alguna de ellas obtener un vestido de esos tenían que ahorrar por más de un año, esos eran vestidos exclusivos de diseñadores famosos.
Señorita, usted se está burlando de nosotras, le preguntó una de ellas, la cual le gustaba un vestido de vitrina que siempre que lo miraba se imaginaba con el puesto, pero su presupuesto no le alcanzaba para comprarlo.
—Nunca me ha gustado jugar con las personas, si dije que lo pagaré tenlo por seguro que así será — Elizabeth sintió que esa muchacha le era familiar y era que esta, le recordaba a ella misma hace unos meses y la miró regalándole una sonrisa cálida.
¿Elizabeth porque hiciste eso? — Edward estaba tan asustado que se dejó dominar por los nervios.
—¡¡Ay verdad!! Que ustedes dos son socios, y no te conviene tener a tu socia en la cárcel por qué también puede resultar ser tu peor enemiga — Elizabeth sabía que Edward ocultaba más que lo que dejaba ver.
—Edward tienes que ayudar a mi mamá a salir rápido — pidió una de las hijas de Grecia que no hacían más que llorar, no lloraban por su madre sino por la comodidad que ella les ofrecía porque nunca han trabajado.
Bueno estoy cansada— dijo Elizabeth fingiendo un bostezo — adiós esposo nos vemos al rato—dijo Elizabeth agitando sus manos.
Y entró a la casa para subir a su habitación a llevar el vestido que usaría para la fiesta.
—Sam— gritó Elizabeth al ver a su amiga sentada en la sala de estar.
—Solo así se te puede ver niña escurridiza— comentó Samantha abrazando a Elizabeth.
—Te he echado de menos— le dijo Elizabeth emocionada.
—Yo también amiga, me sorprendió mucho escuchar que te le habías escapado a mi hermano y lo que más me gustó fue como le arrebataste más de la mitad de sus empresas — a Samantha nunca le agradó la ambición de Edward.
— Sí, aprendí de él, ladrón que le roba a ladrón tiene 100 años de perdón y yo creo que a mí me dieron 900 años más extras por haber castigado al desgraciado de tu hermano — Edward escuchó el comentario de Elizabeth y se fue a su despacho le urgía llamar a su abogado para que fuera a investigar que tan grave era el caso de Grecia.
—Y cuéntame qué haces en este infierno de nuevo, no es que no me agrades como cuñada, pero entiendo que amas a tu abogado— dijo Samantha sintiendo culpa.
—Ja, ja, ja, ya no lo amo, Alex y yo ahora somos amigos — le respondió Elizabeth haciendo un ademán con una mano.
—Uffff que alivio te juro que me quería morir— Elizabeth no entendió el comentario de Samantha.
—No entendí nada — le dijo Elizabeth.
—Resulta que una noche me invitaron a un bar al principio no quería ir, pero después de que las locas que tengo como amigas me rogaron accedí y fui al dichoso bar en el cual me drogaron con hipoactivo que aumenta el deseo sexual — Elizabeth recordó que eso mismo fue lo que Edward le dio a ingerir y que todavía estaba haciendo estragos en su sistema.
—Y para poder controlar el deseo me acosté con un desconocido que encontré fuera de aquel bar y al día siguiente me di cuenta de que él era Alex tu abogado, te juro que la culpa me estaba matando, así que decidí ir a buscarte para contarte todo quería que lo supieras por mí, pero tu secretaria me dijo que tú estabas fuera del país — Samantha se sintió liberada.
—Y Para cuándo será la boda? Quiero ser la madrina — Elizabeth se emocionó al saber que sus dos amigos estaban juntos.
—No, que boda, después de ese día no lo he vuelto a ver incluso le dije que olvidáramos lo que sucedió porque él en realidad te ama todavía a ti— a Samantha eso le causaba dolor.
—Que dices yo conozco a Alex y sé que ya él no me ama, incluso hoy hablé con él y sé que hay otra persona en su corazón y esa no soy yo así que te daré su número, prométeme que lo llamarás — Elizabeth señaló a su amiga quien sonreía feliz— no dejes ir el amor anda y búscalo, Alex y tú merecen ser feliz.
¡¡Al menos Ustedes serán felices!! Comentó Elizabeth con tristeza.
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