¿Eso es pollo? Abro los ojos y me estiro en la cama, mis huesos hacen ruido, Jared no esta en la cama, supongo que él cocina pollo, salgo de la cama y noto que no llevo el vestido de anoche sino un camisón que el mismo Jared eligió para mi ayer, es bonito y transparente. Me miro en el espejo y bien podría romperlo, pero como no se rompe supongo que no estoy tan mal.
Jared cocina sólo en boxers, eso me resulta más apetecible de que el pollo.
—Buen día bella durmiente.
—Buen día Jared.
—¿Qué tal dormiste?
—Muy bien, pero muero de hambre.
—Sólo faltan los fideos y estará listo.
—Dejame ayudarte.
Tomo la olla y le pongo un poco de agua, enciendo la estufa y la pongo a hervir, espero paciente mientras Jared termina de picar verdura.
—Eres un buen cocinero.
—Bueno, mi madre siempre insistió en que aprendiera a cocinar, además me gusta hacerlo me hace sentir más independiente.
—Oye eso es bueno, espero que cocines rico.
—Lo hago tan rico que cuando lo compruebes me vas a pedir más, soy un experto en eso.
—¿Qué hay de cocinar? –bromeo.
—También soy bueno en eso.
—¡La modestia señor Krause!
—Esa viene a parte.
—Puedo notarlo, me imagino que fuiste creado con egocentrismo y mucha autoestima.
—No se te olvide agregar lo guapo que soy y eso sin contar mis múltiples virtudes.
—¿Ahí viene incluida tu modestia?
—Sí, ahí viene.
Vierto los fideos al agua que ya está hirviendo y remuevo para evitar que se peguen.
—También se te da eso de cocinar ¿no?
—Tuve que aprender. –me encojo de hombros–. Mamá no está mucho en casa y había días en los que no cocinaba ni agua por lo cansada que llegaba así que tuve que aprender o moría de hambre.
—La supervivencia nos hace expertos. –es todo lo que dice antes de verter el brócoli en el wok.
—¿Puedes llevarme a casa hoy por favor?
Puedo notar que se tensa pero lo disimula pronto con una sonrisa.
—Claro, después de desayunar te llevo.
—¿No quieres que me vaya?
—No quisiera que lo hicieras, pero no puedo sólo impedirlo.
—Volveré, solamente debo hacer un par de cosas antes para que mamá no sospeche nada.
—Eso suena excelente. –sonríe.
—¿Trabajaras hoy?
—Tengo una reunión con una socia y amiga de mi padre en tres horas, después de eso soy todo tuyo.
—Eres mío en todo momento, incluso si no estas conmigo Jared. –le aclaro riendo.
—Eso no lo dudes tontin.
—¡Jared! superalo.
—Bien, superado ahora.
—Eres un tonto. –le acuso riendo.
—Uno muy guapo.
—Un tonto muy guapo. –concedo.
Jared me llama tontin después de verme con una de sus camisas, obviamente sus brazos son más largos y a mi me quedaba como tontin. Así que decidió que sería gracioso.
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—¿Cómo me dices hasta ahorita que hace tres días Dafne no ha dormido en su casa?
—Creí que volvería.
—¡¿Creiste?! Pudo haberle pasado algo a Dafne, algo horrible allá sola, ¿qué le dirás a su madre? ¿Qué la abandonaste acaso?
—¡No! Es obvio que no le diré eso.
—Me gustaría saber que carajo le dirás entonces Alexander.
—Ya se me ocurrirá algo.
—¿Y mientras qué? No sabemos dónde está Dafne. ¿Ya la llamaste?
—Que observadora es, incluso me atrevería a decir que me estaba observando desde hace rato.
—¡No! ¿Cómo crees eso? Sólo me dio curiosidad saber para quien será esa cena.
—¿Por qué no sólo lo pregunta y ya? ¿Para qué seguirme y fingir que le da pena hacerlo? ¿No es ya mayor para hacerla de espía?
Su ceño se frunce y cambia su postura a una rígida y que la hace ver "superior"
—¿Mayor? ¿Crees que soy mayor?
—Sí, digo debe tener unos cuarenta y algo de años, una niña ya no es claramente.
—Tengo la misma edad del hombre con el que te acuestas mocosa estúpida, suena un tanto hipócrita de tu parte decir que soy vieja.
—No sé de que habla.
—Jared Krause es el hombre con el que te acuestas, mi marido.
—Exmarido. –la corrijo.
—¿Te crees muy lista?
—Soy muy lista señora, tanto como para no seguir su juego tonto.
Agarro un par de cajas de fruta y las meto al carrito, camino alejandome de ella pero su insulto me hace retroceder.
—¡Eres una puta ofrecida!
Llevo una mano a mi pecho y sonrío.
—Es un honor recibir un halago de esa magnitud de alguien que me importa una reverenda mierda. Lloraría pero no quiero arruinar mi maquillaje. ¿Quiere un consejo?
—No.
—Bueno no me importa igual se lo haré saber, quierase un poquito más, señora. Siga adelante con su vida y deje de joder la ajena. Busqué ayuda porque la necesita, no es sano que este peleando con una "mocosa" como usted me llama.
—¡Eres una maldita zorra aportunista que sólo busca calentar mi lugar en la cama de Jared!
—Cama que para empezar usted nunca supo calentar, y sepa que es una pena que no sea la misma cama que compartió con él, porque por muy mierda que suene me hubiese gustado hacerle el amor a Jared en esa cama en la que usted nunca supo hacerle sentir ni cosquillas.
Ella abre los ojos como platos y une sus labios en una fina línea.
—Jared siempre se sintió atraído por mujeres sin moral y potencialmente estúpidas.
—Yo no diría eso si estuviera en su lugar, recuerde que también se sintió atraído por usted.
Le regalo mi mejor sonrisa y esta vez camino lejos del veneno de esa mujer, no sé si hice bien al responder a su ataque, pero no podía simplemente dejarme de ella.
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