-13 años después-
Observó a su hija con orgullo, su hermosa cabellera rubia brillaba con el sol. Sus ojos azules eran iguales a la de su madre.
Beatriz.
Así habían llamado a la niña, en honor a su abuela.
Una pequeña niña había llegado a la vida de la joven pareja real después de dos años de conocerse.
Sonrió al recordar cuando conoció a su esposa.
Era un día tranquilo, había terminado de revisar algunos asuntos en el reino y decidió salir a tomar aire fresco.
Pero nunca pensó que conocería a Lila, una bella joven de cabellera rubia y ojos azules.
Se quedó pasmado, su corazón latió fuertemente y hasta se mareo de la emoción.
Ella le dio una sonrisa tierna.
Así empezó su amor.
Poco a poco él supo ganarse más el amor de la joven, y luego de un año frente a los padres de Lila pidió su mano en matrimonio a lo que ellos gustosos aceptaron pues sabían que su bella hija amaba a Leopoldo demasiado.
Y después llegó Beatriz una pequeña bebé de mirada dulce y tierna.
La futura reina.
La primera mujer en tomar el trono como descendencia.
Ella era valiente, aguerrida y con apenas 10 años era una niña que solía callar a muchos con sus respuestas.
Ahora mismo acariciaba el abultado vientre de su madre, pronto nacería el segundo hijo quién según Casandra sería varón.
Se acercó a ellas y les regalo una sonrisa. Ambas se acurrucaron en los brazos de Leopoldo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una humana para el rey