Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 102

PDV Teresa

Tomas y Mía

continuaron bailando un tiempo más hasta que los músicos terminaron la canción,

después de eso, Mía hizo algunos gestos y algunas parejas se adelantaron y se

colocaron en medio de la pista, y en medio de eso Tomas se separó de Mía y

volvió a nuestra mesa.

— ¿Ya van a

empezar el evento Tomas? —le pregunto Clara justo cuando Tomas llego junto a

nosotras.

—Si —le respondió

secamente, sentándose a mi lado.

—Vamos a

participar cariño, no seas malo conmigo, ya bailaste con Mía, ¿Por qué no

puedes hacerlo conmigo?

—Mía, es Mía, tu

eres tú, no esperes que vaya a participar en ese evento contigo Clara —le dijo

Tomas.

No pude evitar

pensar en las palabras que me dijo Clara con respecto a Mía, se había metido en

mi cabeza y ahora no podía quitarme el pensamiento sobre que estará pasando por

la cabeza de Mía en estos momentos.

Hasta ahora se

comportó bien… pero ya no sé qué pensar.

— ¿Y con quien

participaras entonces? ¿No iras a participar con Teresa? ¿O lo estás pensando?

—le pregunto Clara, mientras miraba a Tomas con una cara de falso terror.

— ¿Qué tiene de

malo que lo haga conmigo Clara?

El tono con lo

cual dijo fue muy burlista.

—Teresa, no te

ofendas, ¿Me prometes que no lo harás?

—Solo habla y ya.

—Bueno, estos

bailes son bastante complicados y no espero que puedas hacerlo bien, no quiero

que mi esposo pase vergüenza si terminas pisándolo o cayéndote encima de él por

no saber dónde mover tus pies.

— ¡Eh estado

practicando mucho en el último mes todo esos bailes de etiqueta, Clara! ¿Quién

eres para decir que no lo puedo hacer y que hare que Tomas pase vergüenza?

—Teresa, ¿Sabes

quién fue la ganadora del baile del año pasado? —me pregunto Clara, mientras se

señalaba a ella misma colocando su dedo por encima de su cabeza.

—Eso fue hace 1

año Clara, no puedes usar eso ahora.

—Claro que puedo

Teresa, yo gane el año pasado y de seguro podría hacerlo este año también,

bueno, si mi esposito por fin se decide en ser bueno con su propia esposa,

ambos podríamos ir y ganar ese evento.

—No podrás bailar

con Tomas, él y yo participaremos juntos le dije a Clara, en un impulso que

tuve.

— ¿Vas a

participar en serio? —me pregunto Clara, su mirada parecía bastante sorprendida.

—Sí, quédate aquí

sentada sola mientras nos ves bailar —le dije a Clara, mientras tomaba a Tomas

del brazo y lo jalaba para que se fuera conmigo.

Tomas me miro con

algo de sorpresa, pero al final me hizo caso y se levantó conmigo.

— ¿Estas segura

de esto Teresa? —me pregunto Tomas mientras caminábamos hacia la pista, donde

ya habían varias parejas listas para empezar.

—Si… eso creo…

Me deje llevar

por un impulso y ahora me metí en esto, mientras avanzaba de verdad hacia la

pista, no pude evita tener un par de dudas, pero y había llegado muy lejos y si

me retiraba, Clara se iba a burlar de mí.

Y ahora que lo

pensaba, puede que ella me hubiera provocado para ir a bailar con Tomas, quizás

pensara que no lo iba a hacer bien y me provoco para que fuera a bailar sin saber

cómo hacerlo.

No pensé en esto

antes, pero quizás era posible, pero de nuevo había llegado lejos en esto, y no

podía retirarme a estas alturas.

Cuando llegamos a

junto con las demás parejas, muchos de los hombres allí nos observaron, sus

miradas debieron haber sido para Tomas, él fue el ganador del año pasado junto

con Clara y eso sin mencionar que cuando bailo junto con Mía, llamo mucho la

atención.

Mía también nos dedicó

una mirada, parecía algo sorprendida, pero poco después la aparto y volvió a la

normalidad.

El evento

finalmente empezó y tuve los nervios al límite, pude sentir como mi corazón latía

frenéticamente, pero Tomas apretó mi mano y me relaje un poco, gire mi vista

hacia Clara, y esta solo nos miraba sin mucha emoción, no sabía que pensaba.

Cuando Mía dio la

señal, todas las parejas empezaron con los suyo, empezaríamos por rondas, cada

ronda tenía 2 parejas y la pareja que ganara avanzaría a la siguiente ronda y así

sucesivamente hasta llegar a la final.

Por suerte no fui

la primera y pude ver como los demás lo hacían, los bailes que hacían era

famosos entre los de la alta sociedad, bailes de etiqueta y de gala, Tomas me

los había enseñado en el último mes, habíamos dedicado varias horas al día

junto con nuestra profesora para que pudiera dominar esos bailes de forma

correcta.

Después de un par

de rondas, llego nuestro turno, estuve nerviosa, pero Tomas me tranquilizo,

recordé en mi mente como fue que practicamos juntos en ese salón de baile y

también en su casa, cuando dieron la señal empezamos.

Tuve nervios al

principio, pero pronto, las otras personas desaparecieron de mi vista y me

enfoque por completo solo en Tomas y en lo que estábamos haciendo, ya no podía

ver a los que nos rodeaban y solo podía ver a Tomas.

Nuestros movimientos

juntos fueron muy fluidos, aun más que cuando practicamos con nuestra

profesora, todo salió de forma natural, me sentí muy bien al bailar de forma

oficial junto con Tomas por primera vez ante el público.

Para cuando me di

cuenta, nuestro baile había terminado, estaba un poco sudada y los brazos de

Tomas, me sostenían, pero estaba bastante contenta, supe que lo habíamos hecho

bien, y más cuando nos hicieron pasar a la 2 ronda.

Seguí bailando

junto con Tomas durante el resto del evento de la misma forma, cada vez que

empezábamos, mi atención solo se enfocó en él y lo que hacíamos, y perdía de

vista a los demás, solo podía volver a mirarlos después de terminar.

Fue bastante

divertido participar en este evento, podía sentir como la adrenalina invadía mi

que Mía fue tacaña con los premios… quizás fuera cierto.

Aun así, 100.000

dólares no eran nada para él, pero eran mucho para mí, no me sentía muy cómoda

en aceptarlo todo yo sola.

—Ya tómalo y ya

Teresa, en una de mis tarjetas que tengo en estos momentos tengo más que eso,

solo consérvalo y ya, no es nada —me dijo Tomas mientras me colocaba el cheque

de Mía en mis 2 manos y me hacía cerrarlas.

Parecía que no

iba a ceder en esto.

—Bien Tomas, pero

te debo un favor entonces.

—Te tomare la

palabra y me lo cobrare más tarde.

Maldición… creo

que no debí apresurarme tanto.

Tomas y yo

llegamos a nuestra mesa y Clara no nos dijo nada, pensaba que me diría algo por

quedar en 2 lugar, pero solo se quedo callada unos momentos antes de empezar a

hablar con Tomas otra vez de cosas sobre las cuales no estaba familiarizada.

No me importo

mucho Clara en estos momentos, estaba algo emocionada por el dinero que obtuve

por bailar en ese evento, con ese dinero podría pagar la hipoteca de mi casa,

de esa forma mi madre después de curarse podría volver a una casa sin deudas,

eso me alegro bastante.

Me alegro que

Clara me haya incitado a participar en esto, de no ser por ella, quizás no

hubiera participado, la pase bastante bien y además de eso gane bastante, fue

una gran ocasión.

Mía regreso

pronto con nosotros, y fue seguida de un pequeña horda de seguidores, pronto

íbamos a cantar cumpleaños y ahora la cumpleañera estaba recibiendo cada vez

más atención.

Los meseros se la

pasaban rodeándonos y entregándonos bebidas y comida, y según escuche el pastel

iba a ser uno muy grande, uno digno de alguien como Mía.

Había muchas

personas desconocidas a mi alrededor y hablaban de temas que yo no conocía, y

eso sin mencionar que me dejaban un poco de lado, a fin de cuentas yo era la

menos conocida aquí, de no ser por Tomas de seguro no llamaría la atención.

Nuestra mesa se había

llenado y por la falta de asientos muchas personas estaban paradas a nuestro

alrededor, era algo sofocante estar de ese modo, pero pronto le cantarían

cumpleaños a Mía y no podía retirarme antes de eso.

PDV Saint

— ¿Estás seguro

de que quiere ir señor? —me pregunto mi chofer mientras me montaba en mi auto.

—Sí, vamos, no

tengo nada mejor que hacer, creo que iré a arruinarle un poco el cumpleaños a

mi hermanita, ya deben estar por cantarle cumpleaños, conduce rápido, quiero

ver su expresión al verme en su fiesta —le dije al chofer mientras me reía un

poco.

Después de decir

esto último, el chofer empezó a conducir, Mía no me había invitado a su fiesta

de cumpleaños, pero al final como era yo, decidí ir sin invitación y hacerle

pasar un mal rato a mi hermana.

De seguro hará un

puchero cuando me veía justo mientras le canta cumpleaños felices.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO