Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 107

PDV Teresa

Según Tomas, mi

padre tenía varias posesiones a su nombre y otros diversos activos, los cuales

fueron el motivo por el cual sus ayudantes lo buscaron y provocaron el contacto

entre ellos.

En base a lo que

me dijo Tomas, aunque mi padre no era exageradamente rico, si tenía un

patrimonio considerable y se le podría llamar como relativamente rico, un

empresario emergente.

Se le podía decir

que estaba en el lugar mínimo de los de clase alta, eso fue suficiente para que

lo odiara aún más, con todo eso que tenia se estaba dando la gran vida todo

este tiempo mientras que nosotros la pasamos muy estos últimos 3 años,

maldición, de verdad que quería golpearlo hasta cansarme, solo así quizás podría

dejar salir algo de la frustración que tenía acumulada, pero después de que

Tomas me conto todo esto, tenía una duda que estaba en dejándome intranquila.

—Tomas… ¿Piensas

seguir con tus negocios con mi padre? —le pregunte con mi corazón en un puño.

No me gustaba

nada la idea de que Tomas y mi padre estuvieran asociados y aún menos de que mi

padre estuviera volviéndose aún más rico gracias a Tomas, eso me provocaba

mucha tensión.

Cuando Tomas

escucho mi pregunta, clavo su mirada en mí, nos miramos fijamente por unos

momentos, eso me puso nerviosa, pero necesita despejar mis dudas.

—Si —fue lo que

contesto Tomas mientras me miraba.

Sentí como si un

roca me golpeara… no podía creer que Tomas de verdad iba a continuar sus

negocios con él.

— ¿Por qué? —le

pregunte con cierto temblor en mi voz.

—Teresa, eh

firmado varios contratos con tu padre, aunque aún no eh firmado el más

importante, ya eh firmado otros más, tengo que cumplir con mis obligaciones

legales como está estipulado —me contesto Tomas.

— ¿Pero no puedes

renegar el contrato? Alguien como tu debería poder hacerlo, debería de ser

fácil para ti —le dije con cierta esperanza.

—Teresa, si hago

eso, tu padre podría demandarme por incumplir con mis obligaciones legales, un

contrato escrito de negocios no es ningún juego Teresa, y sería perjudicial no

cumplirlo y más porque si no lo hago, más que las pérdidas económicas, lo que más

impactaría seria la pérdida de prestigio que voy a tener al no cumplir con mi

parte del trato, los otros empresarios de nivel medio que también se afiliaron

a mi empezarían a pensar que no soy de confianza y me sería más difícil lograr

encontrar nuevos socios… no es algo que se pueda hacer solo porque si Teresa

—la voz de Tomas era pausada y calmada, pero de verdad que me dolía cada cosa

que decía.

Tomas tenía razón

con eso de que al firmar un contrato, él estaba obligado a cumplirlo, pero tenía

la esperanza de que pudiera renegar de él, había escuchado muchas veces sobre

como los ricos se burlaban de las leyes y las pasaban por alto sin

consecuencias, si ellos podían hacerlo ¿Por qué no Tomas?

No era como Daisy

que estudiaba derecho y sabia las consecuencias legales de cada acción, pero si

muchas personas de la alta sociedad podían burlarse de la ley, entonces Tomas

debía poder hacerlo, mi padre solo era un empresario emergente, no debería ser

tan complicado.

Aunque también

estaba el asunto de la pérdida de prestigio de la cual hablaba Tomas… no tenía

excusa para eso.

—Si te hace

sentir mejor, puedo no firmar el acuerdo más grande que tenía planeado firmar

con tu padre, eso es lo que puedo hacer por los momentos Teresa ¿Te parece

bien? —me pregunto Tomas.

Me parecería bien

que no tuvieras ningún tipo de contacto con mi padre y ninguna clase de asociación…

—Si… creo que si

—le dije a Tomas, mientras me levantaba del mueble donde estaba sentada.

— ¿A dónde vas?

—me pregunto.

—Estoy cansada…

quiero dormir.

—Bien, ya es muy

tarde, quédate aquí esta noche y mañana te llevare a tu casa.

—Está bien —le

dije a Tomas, no tenía ánimos para llevarle la contraria.

Esta sería la

primera vez que dormiría en su casa, pero dista mucho de lo que alguna vez

imagine en mi mente.

Tomas me llevo

uno de sus cuartos de huéspedes y me dejo allí sola para que durmiera, por

suerte tenía algo de ropa para mí, la había comprado en otras ocasiones por que

pensaba que iba a terminar durmiendo aquí en su casa en algún momento.

No le pregunte

por qué pensó eso y solo acepte su ropa, era una cómoda para dormir, me la puse

y me acosté en la cama.

Esta era muy

suave, podía sentirla por todo mi cuerpo y la almohada era igual, pero a pesar

de lo cómoda que era la cama, no pude conciliar el sueño fácilmente, tarde

mucho en quedarme dormida.

Mis pensamientos

se llenaron con la imagen de mi padre, me imagine muchas cosas sobre él y en

especial como fue que termino esa relación con esa joven profesora con la cual

se fue.

¿Estará casado

con ella? ¿Tendrá otros hijos? ¿Dónde vivirá?

Mi mente se llenó

de pensamientos como esos durante toda la noche, y no dormí bien, esas dudas me

mataban, cuando llego la mañana, fui despertada por la empleada de Tomas,

Sarah, la cual toco mi puerta y me dijo que el desayuno ya estaba listo.

Me levante

cansado y después de un tiempo arreglándome, fui a encontrarme con Tomas, este último

estaba comiendo su desayuno mientras miraba la televisión, vacile un poco, pero

después fui con él.

—Buenos Días —le

dije cuando me vio.

—Buenos días

Teresa, come, Sarah preparo un buen desayuno —me dijo Tomas mientras me

señalaba la mesa, en la cual había un plato con comida.

El desayuno

consistía en huevos, tocino, pan y algo de verduras, cuando lo vi, pude sentir

como mi estómago gruñía un poco, me sonroje por unos instantes antes de

sentarme y empezar a comer.

—Come rápido

Teresa… necesitamos salir temprano —me dijo Tomas.

—No es necesario

dijo unas palabras estándar y de rutina, y nos informó que pronto iban a

despegar.

Cuando escuche

esto, mi corazón latió como loco, el avión pronto empezó a avanzar, y pude

verlo desde la ventana, pude sentí unas gotas de sudor recorriendo mi rostro.

— ¿Estas bien?

—me pregunto Tomas, el cual estaba sentado al frente de mí.

—Sí, e-estoy bien

—le dije, tratando de aparentar no estar nerviosa.

Tomas se me quedo

mirando por unos momentos mientras arqueaba una ceja, el Jet empezó a abandonar

el suelo y no pude contener bien mis expresiones, creo que Tomas ya se había

dado cuenta de lo que  estaba pasando.

Lo vi suspirar, y

después de eso se levantó de su asiento y se sentó a mi lado.

—Si tienes tanto

miedo, puedes recostarte de mi hombro y evitar mirar por la ventana —me dijo

Tomas.

—No es necesario,

no… no tengo miedo, es solo volar y ya.

— ¿Lo has hecho

antes?

—Pues… no…

—Ya veo… entonces

no querrás perderte de esa vista —me dijo Tomas mientras señalaba la ventana.

Por puro instinto

seguí su dedo y mis ojos pudieron ver a través de la ventana lo elevados que

estábamos.

Muy arriba,

estábamos muy arriba, la vista era impresionante, pero al mismo tiempo me dio

pánico por lo que estaba viendo.

Al final termine

haciendo lo que Tomas me dijo, y termine recostándome sobre su hombro, no vi

más por la ventana después de eso, y me frustre mucho cuando oí la breve risa

de Tomas cuando termine haciendo lo que él quería.

Fue frustrante,

pero al final no me moví.

El Jet no tardó

mucho en llegar a Canadá, aunque el tiempo se me hizo algo largo, Tomas me dijo

que podía ver por la ventana, ya estábamos por aterrizar y debía mirar un poco

para poder superar el miedo que sentía en estos momentos.

Solo a través de

esa experiencia podría superar ese pánico de la primera vez que sentía.

Le hice caso, y

quite mi rostro de sus hombros y gire mi mirada hacia la ventana, pude ver como

empezábamos a aterrizar en la pista, 

cada vez más nos acercábamos a la tierra y eso me tranquilizo, al mismo

tiempo me gusto ver todo eso por la ventana, aunque solo pude ver la parte

final.

Me propuse a mí

misma que la próxima vez si iba a ver todo de principio a fin, esta fue mi

primera vez volando, no era raro que tuviera nervios, pero ya la segunda vez o

la tercera no sería tan impactante y todo sería mejor.

El Jet no tardó

mucho en aterrizar, habíamos llegado a Canadá, Tomas y yo nos levantamos y la

azafata nos guio hacia la salida, ambos nos despedimos de ella y bajamos del

avión, un auto ya no estaba esperando allí, nos subimos y nuestra siguiente

parada eran las cataratas del Niagara que Tomas quería ver junto conmigo.

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