Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 109

PDV Teresa

Cuando me percaté

de que solo había una cama, fui hacia la puerta del baño para poder hablar con

Tomas y pedirle explicaciones por esto.

Llegue a la

puerta, y llame a Tomas después de vacilar unos momentos.

—Tomas —dije

mientras tocaba la puerta del baño.

— ¿Qué pasa

Teresa? —me pregunto.

— ¿Por qué

nuestra habitación solo tiene una cama?

—Era la única

habitación que quedaba de esta categoría, así que la tome.

— ¿No pudiste

tomar una habitación más barata que tuviera más de 1 sola cama?

—No Teresa, eso

no me funciona a mí, tengo unos ciertos estándares para el lugar que duermo, y

no me iba a conformar con menos.

No sabía si eso

que dijo era verdad o no, parecía ser solo una excusa, aunque había visto su

casa, y era cierto que no se privaba de nada en lo absoluto.

— ¿Cómo vamos a

hacer para dormir?

— ¿Por qué

preguntas eso? Obvio que vamos a dormir en la misma cama.

— ¡¿En la misma

cama?!

—Así es.

— ¿Por qué no

duermes en el sofá de la habitación?

—Teresa, ya te lo

dije, estoy acostumbrado a ciertos estándares para el lugar que duermo, no eh

dormido en un sofá en mucho tiempo, y no voy a hacerlo ahora, ¿Entiendes?

Este tipo…

—Y además ¿Por

qué haces escándalo por eso? No sería la primera vez que dormimos en una misma

cama.

— ¡Esto es

diferente Tomas!

— ¿Cómo?

— ¡¿Pues…?!

Maldición, no

encuentro una excusa convincente.

—Vamos Teresa,

¿Tan nerviosa te pongo? Parece que sigues llena de energía a pesar de todo el

día que pasamos ¿Por qué no aprovechamos y recordamos nuestra primera noche

juntos en la cama de este hotel? Con eso caerás dormida al instante y ni

siquiera notaras mi presencia a tu lado, como paso en “esa noche”.

Cuando Tomas me

dijo esto, termine recordando lo que hicimos cuando nos conocimos hace más 1

mes atrás, eso me hizo estremecer un poco.

— ¡Ya quisieras

Tomas! —le dije, antes de alejarme.

Suspire un poco

mientras caminaba, parece que no iba a poder evitar esto, me lance a la cama y

mire el techo.

Era muy cómoda,

mi cuerpo se hundió un poco en ella, cerré los ojos para poder pensar como le

iba a hacer con respecto a eso de dormir con Tomas en una misma cama, el

contrato seguía en mi mente.

Pensé en hacer un

muro de almohadas para poder evitar cualquier posible intento de que me saltara

encima mientras dormíamos, pero después pensé que eso fue muy estúpido, ¿Un

muro de almohadas de verdad pararía a Tomas?

Me sentí tonta

cuando pensé en eso, si Tomas de verdad quisiera saltarme encima ¿Había algo

que yo pudiera hacer para impedirlo?

Mi mente se llenó

en cuestión de instantes de varias estrategias, pero sin importar lo que

pensara, todo terminaba igual, al final Tomas terminaba haciendo de las suyas

conmigo.

Termine por

divagar mucho y mis pensamientos se llenaron ahora de escenas de mi estando

junto con Tomas, fue involuntario, primero había tratando de pensar en cómo

podía evitar eso pero al final mi mente se llenó de esos pensamientos y termine

imaginándome como seria repetir esa noche de sexo que tuve con Tomas en esta

habitación y en esta misma cama.

Sacudí mi cabeza

varias veces para poder alejar esos pensamientos, pero seguía allí, y con Tomas

bañándose desnudo justo a mi lado, también llegaron a mi mente mis recuerdos

cuando lo vi en su casa.

Todo fue muy

rápido y ya no pude controlar lo que paso en mi cabeza, debí haberme acostado a

dormir en lugar de pensar en lo que Tomas podría hacerme mientras dormíamos

juntos, mi cuerpo empezó a reaccionar y pude sentí como mi zona intima empezaba

a humedecerse.

— ¡Maldita sea!

—pensé en cuanto sentí esto.

Gire mi mirada

hacia abajo y moví mi mano hacia ese lugar, y pude sentirlo con mis dedos,

estaba húmeda y sensible, mi hiperactiva mente había hecho de las suyas.

Por alguna razón

termine girando mi mirada hacia la puerta del baño, pude ver que Tomas seguía

allí dentro y eso me relajo, el resto de mi cuerpo también empezó a reaccionar

a esos pensamientos involuntarios que tuve y ahora podía sentir esa calentura

invadiéndome.

—De verdad que

eres tonta Teresa —me dijo a mí misma.

¿Ahora que iba a

hacer? No quería estar así cuando Tomas saliera, me conocía, y si llegábamos

acostarnos en la misma cama, de seguro mi mente volvería a hacer de las suyas y

entonces me terminaría por calentar con Tomas justo a mi lado.

Si él llegara a

saltarme encima justo cuando estuviera en ese estado, no creo que iba a poder

hacerlo retroceder.

Gire mi mirada de

nuevo al baño, Tomas no había entrado hace mucho a este, no llevaba aun ni 30

minutos, por lo general sus baños eran largos, podían durar al menos 1 y media,

hice un par de cuentas rápidas y pensé que tenía el suficiente tiempo.

Tenía una bata

para dormir algo larga, por lo que me fui fácil despejar mi zona de abajo, solo

tuve que levantar la bata hasta arriba y mis piernas quedaron al descubierto,

mi quite la pantaleta que tenía, y entonces moví mis dedos hacia mi zona

intima.

No tenía nada más

que mis dedos para poder hacerlo.

Tomas tardaría más

de 1 hora en el baño, pensé que eso era tiempo más que suficiente para poder

complacerme a mí misma y de esa forma evitar que terminara pensando en cosas

que pudieran calentarme mientras durmiera junto con este último, pensé que eso

sería lo mejor.

Tenía algo de prisa,

por lo que mis dedos se movieron de forma rápida en esa zona, pero la sensación

que me daban no era suficiente, algo faltaba, y más cuando lo comparaba con la

lengua de Tomas.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO