PDV Teresa
Cuando me percaté
de que solo había una cama, fui hacia la puerta del baño para poder hablar con
Tomas y pedirle explicaciones por esto.
Llegue a la
puerta, y llame a Tomas después de vacilar unos momentos.
—Tomas —dije
mientras tocaba la puerta del baño.
— ¿Qué pasa
Teresa? —me pregunto.
— ¿Por qué
nuestra habitación solo tiene una cama?
—Era la única
habitación que quedaba de esta categoría, así que la tome.
— ¿No pudiste
tomar una habitación más barata que tuviera más de 1 sola cama?
—No Teresa, eso
no me funciona a mí, tengo unos ciertos estándares para el lugar que duermo, y
no me iba a conformar con menos.
No sabía si eso
que dijo era verdad o no, parecía ser solo una excusa, aunque había visto su
casa, y era cierto que no se privaba de nada en lo absoluto.
— ¿Cómo vamos a
hacer para dormir?
— ¿Por qué
preguntas eso? Obvio que vamos a dormir en la misma cama.
— ¡¿En la misma
cama?!
—Así es.
— ¿Por qué no
duermes en el sofá de la habitación?
—Teresa, ya te lo
dije, estoy acostumbrado a ciertos estándares para el lugar que duermo, no eh
dormido en un sofá en mucho tiempo, y no voy a hacerlo ahora, ¿Entiendes?
Este tipo…
—Y además ¿Por
qué haces escándalo por eso? No sería la primera vez que dormimos en una misma
cama.
— ¡Esto es
diferente Tomas!
— ¿Cómo?
— ¡¿Pues…?!
Maldición, no
encuentro una excusa convincente.
—Vamos Teresa,
¿Tan nerviosa te pongo? Parece que sigues llena de energía a pesar de todo el
día que pasamos ¿Por qué no aprovechamos y recordamos nuestra primera noche
juntos en la cama de este hotel? Con eso caerás dormida al instante y ni
siquiera notaras mi presencia a tu lado, como paso en “esa noche”.
Cuando Tomas me
dijo esto, termine recordando lo que hicimos cuando nos conocimos hace más 1
mes atrás, eso me hizo estremecer un poco.
— ¡Ya quisieras
Tomas! —le dije, antes de alejarme.
Suspire un poco
mientras caminaba, parece que no iba a poder evitar esto, me lance a la cama y
mire el techo.
Era muy cómoda,
mi cuerpo se hundió un poco en ella, cerré los ojos para poder pensar como le
iba a hacer con respecto a eso de dormir con Tomas en una misma cama, el
contrato seguía en mi mente.
Pensé en hacer un
muro de almohadas para poder evitar cualquier posible intento de que me saltara
encima mientras dormíamos, pero después pensé que eso fue muy estúpido, ¿Un
muro de almohadas de verdad pararía a Tomas?
Me sentí tonta
cuando pensé en eso, si Tomas de verdad quisiera saltarme encima ¿Había algo
que yo pudiera hacer para impedirlo?
Mi mente se llenó
en cuestión de instantes de varias estrategias, pero sin importar lo que
pensara, todo terminaba igual, al final Tomas terminaba haciendo de las suyas
conmigo.
Termine por
divagar mucho y mis pensamientos se llenaron ahora de escenas de mi estando
junto con Tomas, fue involuntario, primero había tratando de pensar en cómo
podía evitar eso pero al final mi mente se llenó de esos pensamientos y termine
imaginándome como seria repetir esa noche de sexo que tuve con Tomas en esta
habitación y en esta misma cama.
Sacudí mi cabeza
varias veces para poder alejar esos pensamientos, pero seguía allí, y con Tomas
bañándose desnudo justo a mi lado, también llegaron a mi mente mis recuerdos
cuando lo vi en su casa.
Todo fue muy
rápido y ya no pude controlar lo que paso en mi cabeza, debí haberme acostado a
dormir en lugar de pensar en lo que Tomas podría hacerme mientras dormíamos
juntos, mi cuerpo empezó a reaccionar y pude sentí como mi zona intima empezaba
a humedecerse.
— ¡Maldita sea!
—pensé en cuanto sentí esto.
Gire mi mirada
hacia abajo y moví mi mano hacia ese lugar, y pude sentirlo con mis dedos,
estaba húmeda y sensible, mi hiperactiva mente había hecho de las suyas.
Por alguna razón
termine girando mi mirada hacia la puerta del baño, pude ver que Tomas seguía
allí dentro y eso me relajo, el resto de mi cuerpo también empezó a reaccionar
a esos pensamientos involuntarios que tuve y ahora podía sentir esa calentura
invadiéndome.
—De verdad que
eres tonta Teresa —me dijo a mí misma.
¿Ahora que iba a
hacer? No quería estar así cuando Tomas saliera, me conocía, y si llegábamos
acostarnos en la misma cama, de seguro mi mente volvería a hacer de las suyas y
entonces me terminaría por calentar con Tomas justo a mi lado.
Si él llegara a
saltarme encima justo cuando estuviera en ese estado, no creo que iba a poder
hacerlo retroceder.
Gire mi mirada de
nuevo al baño, Tomas no había entrado hace mucho a este, no llevaba aun ni 30
minutos, por lo general sus baños eran largos, podían durar al menos 1 y media,
hice un par de cuentas rápidas y pensé que tenía el suficiente tiempo.
Tenía una bata
para dormir algo larga, por lo que me fui fácil despejar mi zona de abajo, solo
tuve que levantar la bata hasta arriba y mis piernas quedaron al descubierto,
mi quite la pantaleta que tenía, y entonces moví mis dedos hacia mi zona
intima.
No tenía nada más
que mis dedos para poder hacerlo.
Tomas tardaría más
de 1 hora en el baño, pensé que eso era tiempo más que suficiente para poder
complacerme a mí misma y de esa forma evitar que terminara pensando en cosas
que pudieran calentarme mientras durmiera junto con este último, pensé que eso
sería lo mejor.
Tenía algo de prisa,
por lo que mis dedos se movieron de forma rápida en esa zona, pero la sensación
que me daban no era suficiente, algo faltaba, y más cuando lo comparaba con la
lengua de Tomas.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO