PDV Saint
— ¿Cómo está tu
hermana Vincent? —me pregunto mi madre, nos estábamos mirando fijamente.
Quería voltear la
mirada a otra parte, no quería verla a los ojos, pero mi padre había grabado en
mí el instinto de nunca dejar que otro me intimidara, y una de las formas en
las cuales me enseño esto es a nunca dejar de ver a los ojos a los demás,
siempre debía demostrar quien estaba en el lado dominante.
Había hecho esto
la mayor parte de mi vida, y se había grabado mucho en mí, cada vez que quería
girar la mirada, ese instinto que tenía grabado actuaba y me hacía mirar a los ojos
a mi madre.
Estaba teniendo
un lio en mi cabeza, pero aun podía hablar.
—Ella… está bien…
— ¿Tienes una
foto de ella?
—Puedes verla en
cualquier lugar de la internet, solo tienes que buscar con tu teléfono.
—Quisiera que tú
me lo mostraras.
—No tengo ninguna
foto de ella aquí.
—Ya veo… ¿Cómo
has estado?
—Bastante bien de
hecho, mi padre me ha puesto como el administrador de varias secciones de su
grupo empresarial al igual que a mi hermana… hasta ahora todo ha ido muy bien.
—Parece que
tienes una vida muy buena… ¿Qué hay de tu padre? ¿Qué ha estado haciendo?
—Lo mismo de
siempre, sigue expandiendo su negocio y aumentando su influencia… nada nuevo en
realidad.
—Ya veo… así es
él, ¿Esta con alguien?
— ¿Alguien?
—Si… me refiero a
una mujer…
—Oficialmente no…
tienen un par de amantes, pero ninguna de ellas es exclusiva, son solo
aventuras nada más.
— ¿Ah tenido
alguna relación seria desde que…?
—Desde que te
fuiste… no que yo sepa… ya hablamos mucho de mí y de mi familia… ahora dime
¿Por qué estás aquí?
—Vincent, yo solo
quería verte nada más, no te eh visto desde… no sé, ¿20 años?
—Sí, más o menos
eso.
—Con todo ese
tiempo, es natural que quiere ver a mi hijo ¿No te parece?
—Es raro… 20
años… 20 años y ni una sola llamada o mensaje… aunque no lo he visto en
persona, en base a lo que eh visto en otras madres, ninguna de ellas no pasaría
ni siquiera 1 semana sin llamar a sus hijos o tratar de comunicarse con ellos… tú
has esperado 20 años… ¿Por qué de repente se te antojo reunirte conmigo? ¿Por
qué fue hiciste que esa jueza me trajera aquí?
A pesar de que
estaba nervioso y con cierto lio en mi cabeza, aun podía razonar bien… 20 años…
y nunca se comunicó conmigo… no me iba a creer la excusa de que mi padre
impidió el contacto… con las leyes como estaban ahora, las cuales favorecían
mucho a las madres, era imposible que mi padre pudiera evitar cualquier
contacto entre ella y yo.
Y además de eso,
mi padre nunca pareció importarle mucho si nosotros hablábamos con ella o no,
conociéndolo, eso no estaba en su cabeza, todo lo que había allí eran formas de
poder hacer crecer su imperio empresarial, todo lo demás era secundario y
ciertamente no le iba a importar que mantuviéramos contacto con nuestra madre.
La única
responsable de nuestra falta de contacto en décadas… solo podía ser ella.
—Vincent, ya te
lo dije… han pasado 20 años, ¿Sabes que ya tengo casi 50 años? Cuando llegas a
esta edad, empiezas a pensar en muchas cosas y solo pude pensar en ustedes, si
su padre no me hubiera impedido el contacto yo hubiera…
—No te molestes
en mentir con eso, esa mentira no te funcionara conmigo —le dije a mi madre,
impidiendo que terminara de mentir.
— ¿Mentir? No te
estoy mintiendo Vincent, al principio yo trate de comunicarme contigo y con
Mía, pero su padre lo impidió, y al final termine rindiéndome después de varios
intentos fallidos… cuando llegue a esta edad tan vieja, me di cuenta de que
nunca debí haberme rendido en tratar de mantener el contacto con ambos, por eso
le pedí a una conocida que te invitara a este lugar para poder verte… lejos de
la influencia de tu padre, de esa forma podríamos hablar sin problemas.
¡Mentirosa!
—Parece que
quieres echarle toda la culpa a mi padre por nuestra falta de contacto —le dije
con cierto sarcasmo a mi madre.
—Vincent, no
estoy mintiendo, yo trate de estar a su lado pero su padre se interpuso… trate
de estar en sus vidas pero él lo impidió, odio haberme rendido y no seguir
intentando, pero es la verdad, te estoy diciendo la verdad Vincent, de no ser
por tu padre yo hubiera podido estar su lado.
—Bien, bien…
vamos, cuéntame sobre tu vida, quiero saber que has hecho en las ultimas 2
décadas —le dije a mi madre… los nervios en mi interior se estaban esfumando… y
en su lugar estaba siendo reemplazados por enojo.
20 años, y su
excusa para nuestra falta de contacto fue mi padre… quería echarle toda la
culpa a él de forma descarada… no tiene vergüenza.
Mi madre, después
de escuchar mis palabras, vacilo un poco, pero empezó a hablarme sobre ella y
su vida, me conto lo que hizo los últimos 20 años… al parecer pudo volver a
casarse después de que su matrimonio con nuestro padre acabo, pero ese
matrimonio también acabo mal.
Y desde luego… el
hombre con el cual se había casado tenía bastante dinero… pero no pudo
engendrarle hijos antes de que se separaran.
Sin hijos, no
pudo tener acceso a su dinero, y gracias a los abogados de ese hombre, tampoco
pudo obtener una pensión conyugal.
Después de eso me
conto otras cosas, y me dijo lo “mal” que la estaba pasando, se había casado
con mi padre muy joven y dejo de estudiar y cuando se divorció de él trato de
volver al estudio universitario, pero después se metió a la cama de ese otro
yo le importaba a ella a un nivel personal… y no a un nivel económico.
Mientras mi madre
terminaba de contar su historia y de dejar salir varias quejas, un mesero nos
atendió y nos dio los menús, vi como mi madre me preguntaba que plato iba a
querer… todos los platos que menciono que le gustaría comer… eran todos muy
caros.
De seguro pensaba
que yo iba a pagar por todo… hacer eso me haría un “buen hijo”.
Despedí al mesero
con cierta sonrisa en mí, mi madre no entendía por que hizo esto, estaba
sorprendida.
— ¿Por qué
hiciste eso Vincent?
—Es mejor que no
ordenes nada de lo que está en ese menú, no podrías pagarlo, sería mejor que
vayas a un lugar más barato… el cuerpo que tienes a pesar de estar añejo sigue
manteniéndose en forma… quizás puedas engatusar a un tonto para que te pague tu
comida… aunque claro… vas a tener que darle un poco de diversión en su cama…
nada nuevo para ti.
— ¡Vincent! ¡¿Por
qué me hablas así?! ¡¿Si sabes que le estás hablando a tu madre?! —me pregunto,
¿Acaso le
ofendieron mis palabras? Pero si no mentía… ella es experta en eso de lograr
que otros le paguen lo que quiere.
—Sí, recuerdo muy
bien que lo eres.
— ¡Entonces ten más
respeto! ¡No quiero oír que vuelvas a hablar así!
— ¿Por qué? No
dije nada incorrecto, ¿Acaso no ofreces lo que tienes allí debajo de tu cintura
para poder comer gratis? Cuando eras joven eso tenía más valor y pudiste lograr
que hombres como mi padre y tú 2 esposo te compraran cosas costosas, pero ya
estas vieja, como todo producto, eso que
tienes ya se deprecio… y mucho, en especial con tanto uso que le has dado… ya
no podrás costear la comida de este menú incluso si trataras de ofrecerte a
alguno de los hombres de aquí… por eso te recomiendo ir a un lugar más barato,
allí quizás si logres cubrir el precio de la comida.
Cuando mi madre, término
de escuchar mis palabras, se levantó y trato de abofetearme, detuve su mano a
mitad de camino, y la mire indiferente.
— ¡Vincent…!
—Siéntate, a
diferencia de ti, yo si tengo una reputación, sería malo que alguien me tome
una fotografía estando contigo y la suba a internet.
— ¡¿Cómo Puedes
hablarme así?! ¿No recuerdas que soy tu madre? —me pregunto, mientras se volvía
a sentar, mi miraba muy enojada, pero su enojo me era indiferente.
Ya había
adivinado el por qué me busco, su enojo no era nada comparado con mi decepción…
muy en el fondo de mi… creo que me hubiera gustado que ella me buscara por las
razones que decía.
Teresa me había
metido muchas ideas sobre la familia y su importancia y su mundo color de rosa…
me deje influir por ella sin que me diera cuenta…
Había olvidado
que ella y yo somos diferentes.
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