Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 117

PDV Saint

— ¿Cómo está tu

hermana Vincent? —me pregunto mi madre, nos estábamos mirando fijamente.

Quería voltear la

mirada a otra parte, no quería verla a los ojos, pero mi padre había grabado en

mí el instinto de nunca dejar que otro me intimidara, y una de las formas en

las cuales me enseño esto es a nunca dejar de ver a los ojos a los demás,

siempre debía demostrar quien estaba en el lado dominante.

Había hecho esto

la mayor parte de mi vida, y se había grabado mucho en mí, cada vez que quería

girar la mirada, ese instinto que tenía grabado actuaba y me hacía mirar a los ojos

a mi madre.

Estaba teniendo

un lio en mi cabeza, pero aun podía hablar.

—Ella… está bien…

— ¿Tienes una

foto de ella?

—Puedes verla en

cualquier lugar de la internet, solo tienes que buscar con tu teléfono.

—Quisiera que tú

me lo mostraras.

—No tengo ninguna

foto de ella aquí.

—Ya veo… ¿Cómo

has estado?

—Bastante bien de

hecho, mi padre me ha puesto como el administrador de varias secciones de su

grupo empresarial al igual que a mi hermana… hasta ahora todo ha ido muy bien.

—Parece que

tienes una vida muy buena… ¿Qué hay de tu padre? ¿Qué ha estado haciendo?

—Lo mismo de

siempre, sigue expandiendo su negocio y aumentando su influencia… nada nuevo en

realidad.

—Ya veo… así es

él, ¿Esta con alguien?

— ¿Alguien?

—Si… me refiero a

una mujer…

—Oficialmente no…

tienen un par de amantes, pero ninguna de ellas es exclusiva, son solo

aventuras nada más.

— ¿Ah tenido

alguna relación seria desde que…?

—Desde que te

fuiste… no que yo sepa… ya hablamos mucho de mí y de mi familia… ahora dime

¿Por qué estás aquí?

—Vincent, yo solo

quería verte nada más, no te eh visto desde… no sé, ¿20 años?

—Sí, más o menos

eso.

—Con todo ese

tiempo, es natural que quiere ver a mi hijo ¿No te parece?

—Es raro… 20

años… 20 años y ni una sola llamada o mensaje… aunque no lo he visto en

persona, en base a lo que eh visto en otras madres, ninguna de ellas no pasaría

ni siquiera 1 semana sin llamar a sus hijos o tratar de comunicarse con ellos… tú

has esperado 20 años… ¿Por qué de repente se te antojo reunirte conmigo? ¿Por

qué fue hiciste que esa jueza me trajera aquí?

A pesar de que

estaba nervioso y con cierto lio en mi cabeza, aun podía razonar bien… 20 años…

y nunca se comunicó conmigo… no me iba a creer la excusa de que mi padre

impidió el contacto… con las leyes como estaban ahora, las cuales favorecían

mucho a las madres, era imposible que mi padre pudiera evitar cualquier

contacto entre ella y yo.

Y además de eso,

mi padre nunca pareció importarle mucho si nosotros hablábamos con ella o no,

conociéndolo, eso no estaba en su cabeza, todo lo que había allí eran formas de

poder hacer crecer su imperio empresarial, todo lo demás era secundario y

ciertamente no le iba a importar que mantuviéramos contacto con nuestra madre.

La única

responsable de nuestra falta de contacto en décadas… solo podía ser ella.

—Vincent, ya te

lo dije… han pasado 20 años, ¿Sabes que ya tengo casi 50 años? Cuando llegas a

esta edad, empiezas a pensar en muchas cosas y solo pude pensar en ustedes, si

su padre no me hubiera impedido el contacto yo hubiera…

—No te molestes

en mentir con eso, esa mentira no te funcionara conmigo —le dije a mi madre,

impidiendo que terminara de mentir.

— ¿Mentir? No te

estoy mintiendo Vincent, al principio yo trate de comunicarme contigo y con

Mía, pero su padre lo impidió, y al final termine rindiéndome después de varios

intentos fallidos… cuando llegue a esta edad tan vieja, me di cuenta de que

nunca debí haberme rendido en tratar de mantener el contacto con ambos, por eso

le pedí a una conocida que te invitara a este lugar para poder verte… lejos de

la influencia de tu padre, de esa forma podríamos hablar sin problemas.

¡Mentirosa!

—Parece que

quieres echarle toda la culpa a mi padre por nuestra falta de contacto —le dije

con cierto sarcasmo a mi madre.

—Vincent, no

estoy mintiendo, yo trate de estar a su lado pero su padre se interpuso… trate

de estar en sus vidas pero él lo impidió, odio haberme rendido y no seguir

intentando, pero es la verdad, te estoy diciendo la verdad Vincent, de no ser

por tu padre yo hubiera podido estar su lado.

—Bien, bien…

vamos, cuéntame sobre tu vida, quiero saber que has hecho en las ultimas 2

décadas —le dije a mi madre… los nervios en mi interior se estaban esfumando… y

en su lugar estaba siendo reemplazados por enojo.

20 años, y su

excusa para nuestra falta de contacto fue mi padre… quería echarle toda la

culpa a él de forma descarada… no tiene vergüenza.

Mi madre, después

de escuchar mis palabras, vacilo un poco, pero empezó a hablarme sobre ella y

su vida, me conto lo que hizo los últimos 20 años… al parecer pudo volver a

casarse después de que su matrimonio con nuestro padre acabo, pero ese

matrimonio también acabo mal.

Y desde luego… el

hombre con el cual se había casado tenía bastante dinero… pero no pudo

engendrarle hijos antes de que se separaran.

Sin hijos, no

pudo tener acceso a su dinero, y gracias a los abogados de ese hombre, tampoco

pudo obtener una pensión conyugal.

Después de eso me

conto otras cosas, y me dijo lo “mal” que la estaba pasando, se había casado

con mi padre muy joven y dejo de estudiar y cuando se divorció de él trato de

volver al estudio universitario, pero después se metió a la cama de ese otro

yo le importaba a ella a un nivel personal… y no a un nivel económico.

Mientras mi madre

terminaba de contar su historia y de dejar salir varias quejas, un mesero nos

atendió y nos dio los menús, vi como mi madre me preguntaba que plato iba a

querer… todos los platos que menciono que le gustaría comer… eran todos muy

caros.

De seguro pensaba

que yo iba a pagar por todo… hacer eso me haría un “buen hijo”.

Despedí al mesero

con cierta sonrisa en mí, mi madre no entendía por que hizo esto, estaba

sorprendida.

— ¿Por qué

hiciste eso Vincent?

—Es mejor que no

ordenes nada de lo que está en ese menú, no podrías pagarlo, sería mejor que

vayas a un lugar más barato… el cuerpo que tienes a pesar de estar añejo sigue

manteniéndose en forma… quizás puedas engatusar a un tonto para que te pague tu

comida… aunque claro… vas a tener que darle un poco de diversión en su cama…

nada nuevo para ti.

— ¡Vincent! ¡¿Por

qué me hablas así?! ¡¿Si sabes que le estás hablando a tu madre?! —me pregunto,

¿Acaso le

ofendieron mis palabras? Pero si no mentía… ella es experta en eso de lograr

que otros le paguen lo que quiere.

—Sí, recuerdo muy

bien que lo eres.

— ¡Entonces ten más

respeto! ¡No quiero oír que vuelvas a hablar así!

— ¿Por qué? No

dije nada incorrecto, ¿Acaso no ofreces lo que tienes allí debajo de tu cintura

para poder comer gratis? Cuando eras joven eso tenía más valor y pudiste lograr

que hombres como mi padre y tú 2 esposo te compraran cosas costosas, pero ya

estas vieja, como todo producto,  eso que

tienes ya se deprecio… y mucho, en especial con tanto uso que le has dado… ya

no podrás costear la comida de este menú incluso si trataras de ofrecerte a

alguno de los hombres de aquí… por eso te recomiendo ir a un lugar más barato,

allí quizás si logres cubrir el precio de la comida.

Cuando mi madre, término

de escuchar mis palabras, se levantó y trato de abofetearme, detuve su mano a

mitad de camino, y la mire indiferente.

— ¡Vincent…!

—Siéntate, a

diferencia de ti, yo si tengo una reputación, sería malo que alguien me tome

una fotografía estando contigo y la suba a internet.

— ¡¿Cómo Puedes

hablarme así?! ¿No recuerdas que soy tu madre? —me pregunto, mientras se volvía

a sentar, mi miraba muy enojada, pero su enojo me era indiferente.

Ya había

adivinado el por qué me busco, su enojo no era nada comparado con mi decepción…

muy en el fondo de mi… creo que me hubiera gustado que ella me buscara por las

razones que decía.

Teresa me había

metido muchas ideas sobre la familia y su importancia y su mundo color de rosa…

me deje influir por ella sin que me diera cuenta…

Había olvidado

que ella y yo somos diferentes.

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