PDV Saint
—Vincent… de
seguro el verme sin avisar te hizo descontrolar… voy a hacer como que no
escuche nada de lo que dijiste, comamos y empecemos de 0 ¿De acuerdo? —me dijo
mientras suspiraba.
La expresión que hacía
era como la que haría una verdadera madre cuando su hijo rebelde le dijera algo
subido de tono… sentí asco cuando vi eso… ella no tenía derecho a tal
expresión.
—No, no es
necesario empezar de nuevo, yo me voy —le dije mientras me levantaba.
— ¿Te vas? Aún no
hemos terminado de hablar Vincent —me dijo mi madre, mientras me miraba fijamente.
—Yo ya termine de
hacerlo… ya sé por qué viniste, debes tener algunos problemas económicos o las
cosas que posees no son lo suficientemente lujosas para ti, y por eso, buscas aferrarte a mi como en tu juventud te
aferraste a mi padre, de seguro quieres usarme para poder volver a esa vida de
lujos que tanto te gusta… lo siento, pero no voy a darte nada de dinero, yo me
voy ya.
— ¡Vincent! ¿En
serio piensas que te busque por eso? ¿Cuándo me escuchaste a mí decir algo como
eso? ¿Te eh pedido dinero acaso? —me pregunto, parecía ofendida.
—Se leer entre
líneas… mama… no debiste ser tan evidente, esa historia tuya sobre los “buenos
hijos” que tienen tus amigas que son mantenidas por ellos fue algo muy evidente
de tu parte… debiste practicar mejor lo que ibas a decir.
—Yo… eso solo lo
dije por hacer conversación… no quise hacerte pensar que yo quería hicieras lo
mismo que ellas, y además ¿Por qué te ofendes tanto por eso? ¿Acaso no es el
deber de un hijo velar por su madre?
—Pues por lo
general lo es… pero ese es en el caso de una buena… todavía recuerdo esas
noches en las cuales pasaba hambre junto con Mía, tú estabas muy ocupada para
hacer la comida, por suerte para mí, las empleadas de mi padre al darse cuenta
nos daban de comer, de no ser por ellas
creo que hubiera terminado muerto en mi cama… a ellas sí que les debo bastante…
en cuanto a ti… bueno… ni siquiera
debería pensar en si te debo algo o no… adiós… prueba suerte con Mía… aunque
ella es la viva imagen de mi padre y no creo que logres nada —le dije a mi
madre, mientras salía del restaurante.
— ¡Vincent! —me
grito ella.
No me detuvo, y
seguí caminando, llegue a mi auto y le dije al chofer que condujera de nuevo al
hotel donde me quedaba.
Estaba bastante
agitado, me lleve mi mano a mi barbilla y pude sentirla temblar, mis ojos se
sentían raros… no sé qué es lo que les pasaba.
Mientras miraba
por la ventana, pude sentir algo recorriendo mi mejilla, eso me extraño, y me
toque eso… vi que era una lágrima…
¿Hace cuánto que
eso no pasaba? No podía recordar la última vez que lo hice…
PDV Teresa
Tomas y yo
pasamos el resto de la tarde juntos, visitamos varios lugares de Paris,
incluyendo la torre Eiffel, me gustó mucho la vista de la ciudad desde esa
posición.
Tomas tenía un
par de socios en esta ciudad y los visitamos, estuvimos en una pequeña fiesta
con esos socios y hable con varias personas, todos ellos eran agradables, así que la tarde se fue
rápido.
La noche estaba
llegando y ya debía regresar al hotel, le dije a Tomas, y este se ofreció a
llevarme, tuve que esforzarme de varias formas para evitar que lo hiciera.
No quería que
Tomas se acercara al hotel… eso sería muy peligroso para mí.
Logre que se
fuera por su lado y yo por el mío, no fue fácil, pero lo hice, Tomas regreso su
hotel y me dijo donde se iba a quedar, me dijo que lo llamara en cuanto
llegara… en realidad me dijo que lo llamara inmediatamente, eso debía ser lo
primero que hiciera en cuanto llegara al hotel.
Después de varias
idas y vueltas en nuestra conversación, finalmente logre que me soltara y
regrese al hotel donde me hospedaba con Vincent.
Había descuidado
mucho a este último estos 2 días, el día de ayer lo pase con mi amiga, y hoy
con Tomas, iba a tener que hablar con él.
Busque a Vincent
en varios lugares, no lo encontré, al final algunas de las candidatas a Miss
Francia me dijeron que se encerró en su habitación y no había salido en horas.
Eso me tomo por
sorpresa, les pregunte qué fue lo que paso y según ellas nadie sabía, Vincent
se había encerrado y no le abría a nadie, a las personas que lo buscaban y
tocaban su puerta, este solo les decía que se fueran.
Y eso incluía a
las candidatas a Miss Francia.
¿Qué fue lo que
paso? Esa no era su actitud normal… Vincent no se comportaría así… y menos con
mujeres atractivas como las candidatas.
¿Qué paso
mientras no estuve?
Fui a su
habitación y toque su puerta, la voz enojada de Vincent me llego a los oídos y
me dijo que me largara.
—Vincent… soy yo,
soy Teresa.
— ¿Teresa?
—Si ¿Puedes
decirme que ocurre? Has estado allí horas, estoy preocupada… ¿Puedes abrirme?
Vincent no me
contesto, suspire y pensé que no abriría, pero justo cuando pensaba irme, este
me abrió la puerta, estaba desarreglado, algo inusual en él… no tenía camisa y
solo tenía unos pantaloncillos cortos puestos.
La apariencia que
me daba no era la del Vincent normal.
—Entra —me dijo
mientras caminaba al interior del cuarto.
Entre poco después
y cerré la puerta, mire la habitación y se veía igual que siempre, excepto que
la cama está muy desarreglada… Vincent debió haber estado allí mucho tiempo…
alguien como él no debía estar tanto tiempo en la cama excepto para dormir… ese
comportamiento no era el suyo.
Pude ver a
Vincent acostarse en la cama de nuevo…
—Vincent, ¿Qué
paso? Los del concurso han estado tratando de hablar contigo, tenemos cosas que
hacer —le dije a Vincent mientras me sentaba junto con él en la cama.
—Eso no me
importa Teresa, no quiero verlos.
— ¿Seguro? Las
chicas del concurso están ansiosas por verte y hablar contigo, todas ellas
esperan desfilar en traje de baño para ti.
en todo el proceso para poder ayudarlo y servir de mediadora entre ambos.
Al final Vincent
acepto, pero empezó a llorar un poco cuando terminamos de hablar.
Me tomo por
sorpresa… nunca vi a Vincent llorar… le pregunte el porqué.
—Teresa… nunca
nadie se había preocupado tanto por mí.
Después de decir
esto, Vincent me abrazo, le respondí el abrazo, pero poco después se separó y
me beso.
No pude responder
al principio, después de recuperarme, use mis brazos y lo empuje, cayó en la
cama
— ¡Te dije que no
hicieras eso de nuevo Vincent!
—Dijiste que no
podía hacerlo Teresa mientras siguiera con la idea de que me compartieras con
otras mujeres… ya eh tomado mi decisión, y acepto Teresa, acepto ser solo tuyo,
ahora dejémonos llevar, aprovechemos que estamos en una cama.
Vincent se
abalanzo de nuevo sobre mí, lo esquive y salí disparada hacia la puerta.
— ¡No vuelva a
hacerlo Vincent! Nos reuniremos con tu madre después del concurso, acuérdate de
eso.
—Teresa, ya acepte
ser solo tuyo, dejare a todas mis novias y solo saldré contigo, vamos acéptame
—me dijo Vincent mientras me miraba desde la cama.
—Como si fuera a
creerte —le dije, antes de abrir la puerta y salir de la habitación.
Después de salir,
suspire, el enojo que sentía hacia Vincent no fue tanto, estaba vulnerable, así
que se lo dejare pasar.
Mire mi teléfono
y pude ver que tenía 30 llamadas perdidas de Tomas… se me olvido que tenía que
llamarlo al llegar al hotel…
— ¡Maldita sea!
Trate de
llamarlo, pero no me contestaba, la línea estaba ocupada por alguna razón.
PDV Saint
Vi como Teresa
abandonaba la habitación y después de que se fuera, tome el teléfono y llame a
Tomas.
De entre todos
mis conocidos… solo Teresa y Tomas mostraban interés en mí a un nivel personal…
mi encuentro con mi madre me hizo sentir mal, pero hablar con Teresa mejoro mi
ánimo.
Tenía a alguien
que se preocupaba genuinamente por mi… así es como se siente…
— ¿Qué sucede
Vincent? En estos momentos estoy muy estresado.
—Tomas… ya me he decidido.
— ¿Decidido? ¿De
qué hablas?
—Voy a escoger a
esa chica de la cual te eh hablado… abandonare a todas mis otras novias.
— ¿Vas a
abandonarlas a todas? ¿Es en serio?
—Sí, ya me
decidí, ahora solo voy a estar con ella.
—Vincent… ¿Estas
bien? ¿Algo te golpeo al cabeza?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO