PDV Teresa
— ¿Por qué de repente te interesaste en eso Mía?
—Eh estado viendo muchos programas Teresa, y como que me deje influir por ellos, quiero ser una mecenas y empezar por una universidad me parece un primer paso ideal… y para poder empezar ¿Qué mejor universidad que la tuya?
—Entiendo, te contare entonces.
La universidad a la cual asistía era normal, ni mala ni buena, una típica universidad pública sin nada resaltante, si Mía decidía invertir en ella de seguro sería algo muy bueno, no tenía por qué no decirle.
Le conté a Mía de principio a fin todo lo relacionado a mi universidad, el nombre, la ubicación, como se veía, todo, ella escucho atentamente sin interrumpir.
Al finalizar me dio las gracias y me pregunto si podía darle un tour personal un día de estos, no tenía por qué negarme y acepte.
Daisy no había regresado, Richard tampoco estaba cerca, estábamos solas, por lo que pensé que era ideal tocar cierto tema.
Había podido lograr que Vincent tuviera un leve contacto con su madre… faltaba Mía, en estas últimas semanas nos habíamos acercado bastante y creo que podía tocar el tema.
Le dije a Mía que me había reunido junto con Vincent con su madre en Paris, y le pregunte si Vincent le había comentado algo acerca de eso, cuando dije esto, pude notar que Mía se tensó por unos momentos, pero rápidamente volvió a la normalidad.
—No, no me conto nada de eso Teresa.
— ¿En serio?
—No, vamos, cuéntame, ¿Qué fue lo que paso allá en Paris? Quiero saberlo todo.
—Esta... bien…
Mía parecía algo rara al decir esto último, pero ya había tocado el tema y era hora de hablar.
Le conté todo a Mía y sobre como hice que Vincent tuviera un ligero contacto con ella, aún estaban distanciados, pero al menos estaban dando el primer paso.
Omití por completo las sospechas de Vincent de que solo se había acercado a él por dinero… no era necesario que Mía lo supiera.
Mía me dio las gracias por contarle todo esto y me dijo que debía recordar el tour que le prometí por mi universidad, dijo que me vería después y se fue del restaurante.
Ya casi eran las 2 de la mañana, ya era hora de irnos, solo quedábamos mi hermano, Daisy y yo, terminamos de arreglar todo y nos fuimos juntos, Daisy se quedaría en mi casa.
Al llegar allí, Daisy empezó a preguntar sobre mi conversación con Mía, le conté sus planes con respecto a nuestra universidad, eso no parecía agradarle.
—No debiste decirle tanto Teresa —me dijo Daisy, tenía una expresión bastante frustrada.
— ¿Por qué no? Mía piensa invertir en nuestra universidad Daisy, eso nos ayudaría un montón a todos.
—Teresa, eres muy ingenua, esa mujer me da muy mala espina, lo mejor sería que te mantengas alejada de ella y cortes el contacto —la expresión de Daisy era muy seria al decirme esto.
Me quede aturdida unos instantes al escuchar eso, podía entender que Daisy no se llevara bien con Mía, pero eso de que quería que me alejara de esta última ya era demasiado.
—Daisy, que no te caiga bien Mía no es razón para que me digas eso.
—No es porque me caiga mal Teresa, confía en mí, yo soy más alerta que tú, esa mujer me da una muy mala vibra hasta en los huesos, me da un mal presentimiento… puede que sea una mala influencia para ti.
—Yo también tengo malos presentimientos Daisy… la última vez que lo tuve… “alguien” me llevo a una orgia sin decirme nada y “alguien” les dijo a sus amigos que yo haría un cuarteto con ambos y con mi supuesta mejor amiga… la cual al parecer no es una mala influencia para mí a pesar de la orgia a la cual me llevo sin mi consentimiento.
Daisy al escuchar mis palabras, abrió y cerró la boca varias veces, parecía querer decir algo, pero no podía encontrar las palabras.
Fue divertido verla de ese modo.
PDV Mía
Después de salir del restaurante donde estaba hablando con Teresa, me subí a mi auto y mi chofer condujo hacia mi casa, en el camino me puse a pensar sobre lo que me dijo Teresa.
El bastardo de Vincent al parecer se reunió con nuestra madre, eso no me lo esperaba, y menos que siguieran en contacto… me tomo por sorpresa, no la había visto en 20 años, pero podría aprovechar la ocasión.
Saque mi teléfono y marque el número, dude por unos momentos, pero hice la llamada.
Esperaba que mi padre me contestara a pesar de la hora…
El teléfono sonó, pensaba que al final no contestaría, pero lo hizo.
— ¿Qué pasa Mía? ¿Sabes qué hora es?
Podía juzgar por su voz que no estaba durmiendo… creo que podría escuchar los murmuros de 1 mujer a su lado… o no sé, puede que fueran 2… quizás mas.
Ignore esto.
—Perdón padre, es solo que quería hablar contigo sobre algo.
— ¿Qué quieres?
—Tengo que pedirte un favor.
PDV Clara
La espera en el hospital me fue eterna, en realidad no había durado mucho gracias al dinero que pague, pero teniendo lo que iba a hacer, el tiempo paso muy lento para mí.
Finalmente después de un tiempo, me hicieron pasar, vi al doctor y este empezó a hablarme sobre lo que quería hacer, dándome un par de advertencias de rutina y otras recomendaciones.
Estaba vestida como una mujer de negocios, se veía muy elegante, la falda roja que tenía le llegaba hasta las rodillas y se veía brillosa, y la camisa que traía levantaba su pecho y se le veía muy bien, sin mencionar que dejaba ver sus curvas.
Atrajo las miradas de todos mientras caminábamos por la universidad, en el camino fuimos interceptadas por numerosos chicos que querían hablar con ella, tratando de invitarla a salir, pero fueron rechazados.
Vi muchas caras deprimidas mientras caminábamos juntas.
Incluso termine por mostrarle donde estudiaba normalmente, tenía clases ese día, y tuve que asistir, y Mía se metió a la clase conmigo, llamando la atención de todos los presentes.
Fue algo incómodo sentir las miradas de mis compañeros, no eran solo los hombres, sino que también las mujeres se giraban de vez en cuando para poder ver a Mía, la cual estaba a mi lado.
Estábamos sentadas casi hasta el fondo, y gracias a eso se pudo notar las miradas fácilmente, las compañeras con las cuales era más cercanas no paraban de preguntarme quien era Mía y como la conocí.
La clase fue incomoda con tanta atención, aunque Mía se mostró indiferente, debía estar muy acostumbrada a este tipo de atención, a su cumpleaños incluso asistieron príncipes y magnates, por lo que la atención de unos chicos de 20 años no debía provocar nada en ella.
Finalmente la clase termino y teníamos un tiempo para comer antes de volver, Mía y yo fuimos al comedor, y era lo mismo en todos lados.
A pesar de todo, Mía y yo ordenamos, lo mejor que tenía la cafetería de la universidad eran unas hamburguesas de doble carne, era lo mejor que le podía ofrecer a Mía en este tour, alguien como ella debía estar acostumbrada a algo mejor, me dio algo de pena, pero Mía no me dijo nada y empezó a comer… sin ningún problema uso sus manos para tomar la hamburguesa y comérsela a grades bocados.
Me quede viendo esto por alguna razón.
Mientras comíamos juntas, Daisy llego junto con una compañera suya, estudiábamos diferentes carreras, por lo que no salimos al mismo tiempo, Daisy vio a Mía y frunció el ceño, Mía solo le dio una sonrisa al verla.
No quería un ambiente tenso y le hice señas a Daisy y a su amiga para sentarse junto a nosotras, ambas lo hicieron, pero Daisy seguía con una expresión no muy buena, mientras que su amiga parecía intimidada por la presencia de Mía, podía entender lo que sentía.
Nuestro grupo de 4 empezó a comer todas juntas, el ambiente fue algo tenso pero la conversación fluyo, Mía era buena en esto, se parecía a Vincent en este aspecto…
Mientras pensaba en esto, pude ver como el idiota de Vincent apareció en el comedor de la universidad, fue pura casualidad, había pensado en él y justamente apareció… trate de ocultarme…
Ya tenía demasiada atención solo con estar junto con Mía… cuando Vincent apareció, las miradas se enfocaron por completo en él, en especial las miradas de las mujeres, los hombres lo miraban con envidia evidente.
Vincent giro su mirada varias veces, me hice lo más pequeña posible, pero el idiota me encontró y literalmente fue casi corriendo hacia mi… y encima de eso grito mi nombre mientras lo hacía.
Pude notar como Mía fruncía el ceño por un instante cuando vio a su hermano venir hacia nosotras, cuando Vincent corrió hacia mí, las miradas de todos giraron en mi dirección, los que me conocían estaban sorprendidos, y los otros lo estaban aún más.
Por un instante, odie a Vincent con toda mi alma…
Vincent llego a nuestra mesa y enfoco su mirada en mí, pero instantes después se dio cuenta de la presencia de Mía, y abrió los ojos como platos.
— ¿Qué demonios haces aquí Mía? —le pregunto mientras ambos se miraban fijo.
Qué manera de dirigirse a su hermana menor…
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