Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 123

PDV Mía

Termine de

contarle a mi madre todo lo que debía hacer y como lo haría, habíamos acordado

todos los puntos importantes, y desde luego ella no se contuvo de preguntar

cuanto pagaría por sus “servicios”·

Después de

terminar todos nuestros asuntos, me despedí de ella y salí del lugar, me monte

en mi auto y me fui.

En el camino tuve

que escuchar algo de música que me relajara, hablar con esa mujer no era muy

bueno para mi estabilidad, pero ese rato de incomodidad había servido para

algo.

Con Vincent

frecuentando esa universidad, yo ya no podría ir de forma casual, hubiera

querido usarla de otro modo, pero hay que saber adaptarse.

PDV Valentina.

Al día siguiente

de mi conversación con Mía, fui al lugar del cual ella me hablo, me había dado

ropa bastante elegante e incluso me presto a su chofer personal para que me

buscara y me llevara a cualquier parte a donde yo quisiera ir.

Había pasado

bastante tiempo desde que tuve tal trato, la vida al final me fui injusta y me

quito lo que tenía, me vine a aquí para poder recuperar lo que merezco a través

de Vincent, aunque al final fue Mía la que me lo dio.

En los 20 años

que no la había visto, mi hija se había vuelto una copia parcial de su padre,

la gran diferencia que ambos tenían era que Mía era mujer y tenía mi

apariencia, del resto se parecía mucho más a él, Vincent era mucho más fácil

que ella.

El chofer se

detuvo en el estacionamiento y salí, el sitio al cual Mía me envió era una

universidad pública, el lugar era normal, ni bueno ni malo, aunque se veían

varios lugares deteriorados y con falta de mantenimiento… quizás por falta de

fondos.

Me dio algo de

pesar visitar un lugar como este, pero debía cumplir el encargo de Mía si quería

ganarme el dinero que me prometió, camine hacia la dirección de este basurero,

y en el camino atraje miradas, estaba muy bien vestida y aparentaba ser una

mujer de negocios, Mía me dijo específicamente que aparentara esto.

Llegue a la

dirección y me encontré con la directora, le di mi nombre y le dije que era la

“patrona” de Mía, como esta última me dijo que le dijera, la directora me

recibió con una sonrisa y nos sentamos a hablar.

Usando el “poder”

que Mía me dio, firme todo lo necesario para convertirla en una mecenas de este

lugar de clase media-baja, la directora estaba complacida, y solo faltaba hacer

lo último que me encargo mi hija.

Le hable a la

directora sobre una forma de traer más dinero a la universidad, la mujer se emocionó

y me pregunto cómo, y le recite las palabras que Mía me dijo.

— ¿Una subasta de

hombres? ¿Es en serio señora? —me pregunto, parecía sorprendida.

—Sí, quiero hacer

una subasta con los chicos de esta universidad… también sería bueno que las

chicas inviten a cualquier chico bien parecido que conozcan.

—No creo que sea

una buena idea para recaudar fondos.

—Lo es, créame,

eh visto como lo hacen en otras universidades y resultan muy exitosas.

—Ya veo… pero ¿No

sería mejor una subasta de chicas? Creo que eso sería más exitoso que una

subasta de hombres, ¿No sería mejor idea eso?

—No, tiene que

ser de hombres.

— ¿Por qué? Si

vamos a subastar alumnos, la mejor opción serían las mujeres de aquí, podríamos

hacer algo de publicidad afuera y eso atraerá a hombres con dinero, deben haber

muchos que paguen por una cita con alguna chica bien parecida de la

universidad… si lo hacemos con los hombres no creo que podamos atraer mucha

gente.

—No se preocupe,

yo tengo muchas conocidas adineradas que tienen dinero más que de sobra para

poder gastar en sus alumnos, pero por el lado opuesto no conozco a muchos

hombres ricos que estén dispuesto a hacerlo, por eso quiero que sea una subasta

de hombres, ya tengo los contactos para que todo sea un éxito… solo necesito a

sus alumnos, por eso quiero que los hombres que estén dispuesto sean

subastados.

—Entiendo, bien,

si usted va atraer a las compradoras, entonces proseguiré con su idea, ¿Cuándo

quiere que ocurra?

—Lo más pronto

posible, pero no la presionare, usted arregle todo rápido y yo le atraeré la

gente ¿Entendido?

—Sí, de acuerdo,

hare lo que dice, espero que esa subasta salga bien, estamos con una ligera

escasez de fondos en estos momentos.

—Sí, de eso me di

cuenta, y además de sus alumnos, también dígales a todos los de la universidad

que si conocen a unos cuantos de hombres atractivos, que los inviten al evento,

de esa forma tendremos más chicos que subastar.

—Bien, se lo informare

a todos los alumnos.

Hable con la

directora unos momentos más antes de retirarme, ya había cumplido el encargo de

Mía, intercambie números de contacto con la directora antes e irme,  me subí al auto de Mía y lo disfrute un poco

antes de llamar a esta.

— ¿Hiciste todo

bien?

—No te preocupes

hija, ya todo está arreglado… y ahora, con respecto al pago…

PDV Teresa

Habían pasado un

par de días desde que Vincent vino sin avisar a mi universidad y causó estragos

a donde sea que fuera, después de estar junto con Mía y Vincent, me había

vuelto bastante popular en la universidad.

Los 2 Saint habían

llamado mucho la atención, y ahora tenía varias hordas de universitarios

preguntándome como los conocía y como era mi relación con ellos, muchas de mis

compañeras me preguntaron una y otra vez si tenía algo con Vincent, ya que

vieron como el bastardo corría con una sonrisa hacia mí en el comedor de la

universidad y peleaba junto conmigo por mi comida.

Según ellas

parecíamos una pareja, negué de inmediato eso, pero no estaban tan convencidas

y hubo muchas que me preguntaron si podía organizarles una cita con Vincent.

Vincent era muy

atractivo, y encima de eso se notaba que venía de clase alta, era una gran

opción para ellas, y ahora no paraban de molestarme con eso, y no fueron las

únicas, hubieron muchos hombres que me 

conmigo.

No tardo mucho

tiempo antes de que muchos me dijeran que debía invitar a Vincent y Mía… esos 2

parecían haber sido tallados por manos ángeles según algunos, en especial Mía,

la cual gano un montón de seguidores con su visita.

Muchos me

alentaron  a invitarlos a ambos, me

negué, no quería involucrarlos en esto, pero incluso Daisy se puso en mi

contra, y me dijo que al menos invitara a Vincent… este último debía valer al

menos un par de cientos de miles de dólares… mientras que mis compañeros…

En palabras de

Daisy, íbamos a tener suerte si lográbamos recaudar 20.000 dólares con los que

se estaban inscribiendo…

Con Vincent

íbamos a poder compensar todo, debía hacerlo por la universidad, al final cedi

a la presión colectiva y anote el nombre de Vincent, y en un impulso también el

de Mía, mis compañeros me miraron fijo mientras hacía esto.

Eso fue intenso,

pero ya todo estaba hecho, de todas formas si Vincent o Mía no querían venir,

no se les iba a obligar.

Después de eso,

la universidad entera se movilizo para el evento de la subasta, todos estaban

emocionados, y de hecho, hubieron alumnos que empezaron a decir cuánto iban a

obtener para la universidad al venderse a una de esas chicas ricas.

Al parecer todos

ellos pensaban que las mujeres acaudalas que iban a venir serian iguales a Mía,

estaban emocionados, también las chicas, quienes pensaban que podrían terminar

saliendo con su propio Vincent.

Suspire un poco,

tome mi teléfono y llame en primer lugar a Vincent, este debía ser el más fácil

de los 2.

El idiota me

hablo como si fuéramos pareja, tenía el altavoz activado y los compañeros de

cerca me escucharon, salí corriendo mientras insultaba a Vincent en mi mente y

le conté todo lo que paso hoy.

Vincent no tomo

tan bien como espere el hecho de que anotara su nombre en la lista de hombres a

subastar, me dijo una y otra vez como podía ser tan sin corazón al mandar a su

hombre con otra mujer… hasta me pregunto qué tan importante era él para mí.

No sabía si decía

esto en serio o no, su tono era a veces serio, otras veces sarcástico, lo calle

y le dije que era para recaudar fondos para la universidad, la cual no estaba

muy bien.

—Ah… ya entiendo

Teresa, debiste empezar por allí.

—No me dejaste

terminar idiota, la próxima vez espera a que termine de hablar.

— ¿No puedes

hablarle con más suavidad a tu futuro esposo?

—No vuelvas a

hablar de esa forma Vincent, hace rato me hiciste pasar vergüenza.

— ¡¿Te

avergüenzas de mi Teresa?! ¡¿En serio?! ¿Cómo me puedes decir eso? ¿No me amas?

—Ya Vincent,

dime, ¿Vas a asistir o no?

—Claro Teresa,

por ti iría hasta cavaria desde aquí hasta la China, pero recuerda que me debes

un favor por esto.

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