Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 122

PDV Teresa

Mía al escuchar a

Vincent frunció aún más el ceño, no parecía agradarle el verlo aquí.

—Estoy

acompañando a mi “amiga” Vincent.

— ¿Ustedes 2 se

conocen? ¿Desde cuándo? —pregunto Vincent, estaba atónito.

—Nos conocimos

hace  poco más de 1 mes atrás Vincent —le

respondí.

— ¿Hace 1 mes?

¿En dónde?

—Eso no es

importante Vincent, estoy acompañando a Teresa en estos momentos y…

— ¿Por qué razón está

tu aquí con ella? ¿Por qué viniste a su universidad? —le dijo Vincent

interrumpiéndola.

—Porque soy su

amiga y quise ver su universidad y  el

ambiente que hay, ¿Qué diablos haces tú aquí? ¿No tienes trabajo?

—Cierto Vincent,

¿No debías trabajar hoy?

—Pues sí, pero

termine dejándoselo a alguien más, veras, estaba yo allí sentado en mi oficina,

cuando de repente me di cuenta de que podía dejarle mi trabajo a alguien más y

de esa forma venir a ver a mi Teresa justo mientras esta en su ambiente

natural.

— ¿Ambiente

natural?

—Sí, quería verte

como le haces en la universidad y aquí me tienes, vi la hora y supuse que

estarías comiendo, tuve que visitar otros lugares antes de finalmente

encontrarte.

Vincent al decir

esto se sentó en la mesa sin decir nada más, Mía siguió arrugando el ceño al

verlo.

—Bien, cuéntenme más

sobre ustedes 2, eso de que se conozcan y se lleven entre si me impacto, vamos,

cuéntame todo Teresa, por cierto ¿A quién hay que llamar para que te atiendan

aquí? No veo camareros.

—Aquí no hay eso

Vincent, tienes que ir a pedir tu comida por ti mismo —le dije mientras

señalaba el lugar donde se pedía la comida.

— ¿En serio? Eso

es inhumano.

—Solo ve allá si

quieres comer.

—No tengo ganas,

compárteme un poco de tu comida Teresita.

—No, esto es mío,

ve y compra tu comida.

—Vamos, no seas

mala y dame un poco —me dijo Vincent, antes de abalanzarse sobre mí tratando de

quitarme la comida de la boca.

— ¡Vincent! ¡Ya

para! —el bastardo de verdad estaba tratando de quitarme mi comida.

—Ya, basta los 2,

yo iré a pedirte algo Vincent —nos dijo Daisy, mientras se levantaba de su

asiento.

—Gracias, ¿Lo ves

Teresa? Ella si es una buena persona.

—Estas tentando

tu suerte Vincent —le dije mientras lo miraba enojada, y Daisy extendía la mano

hacia él.

— ¿Qué pasa? —le

pregunto.

—No pensaras que además

de buscarte la comida también te la voy a pagar… ¿Verdad?

—Pues…

—Vincent, no te

pases de la raya —el idiota al oír mi amenaza solo se rio, antes de meter su

mano en su bolsillo y darle de par de billetes a Daisy.

Mientras Daisy

iba por comida, Mía termino por contarle el cómo nos conocimos a Vincent,

aunque cambiando varias cosas en el proceso, de hecho su historia fue que nos

conocimos por casualidad en una clase de gimnasia y desde entonces no fuimos

acercando.

Vincent no se lo

trago por completo e hizo algunas preguntas a Mía, más que todo para saber

desde cuando iba a un gimnasio público, esta solo le dijo que no era su

problema lo que ella hiciera.

Vincent me

pregunto sobre si lo que Mía decía era verdad o no, yo asentí y confirme todo,

Vincent se me quede mirando, pero al final pareció creerse nuestra historia.

No sabía por qué Mía

le mintió a Vincent, pero después de que nuestra comida termino, esta me dijo

que lo hizo para que Vincent no supiera que fui yo la que armo ese escándalo en

su cumpleaños.

Le agradecí por

eso.

Después de comer

todos juntos en un ambiente algo raro debido a la presencia de los 2 Saint, nos

fuimos, la amiga de Daisy se despidió de nosotros, se sentía incomoda con personas

como Mía y Vincent cerca, Daisy los conocía a ambos y no tuvo problemas en

seguir junto con ellos.

Nuestro grupo de

4 permaneció junto, supuestamente Mía y Vincent se llevaban mal según ambos,

pero entre los 2 juntos lograron crear un ambiente bastante agradable, Mía tuvo

que separarse de nosotros por unos momentos ya que tenía que hacer algo

importante.

Supuse que eso

era hablar con los encargados de la universidad, al parecer no quería hablar de

eso frente a Vincent, por lo que dio una excusa.

Después de quedar

nosotros 3 solos, Vincent se giró para verme y volvió a preguntarme sobre como conocí

a Mía y cual era mi relación con ella, creí que el asunto había terminado, pero

Vincent parecía insistente en eso.

— ¿Me estás

diciendo la verdad Teresa? Espero que no me mientas, eso sería un puñal en el

corazón, ¿Quieres dejar mi corazón herido?

—Ya ambas te

dijimos el cómo fue que nos conocimos Vincent, te estoy diciéndola verdad.

— ¿Segura?

—Sí, Mía y yo

somos amigas, nos conocimos por pura casualidad nada más y hemos hablando desde

entonces, nos llevamos bastante bien.

—Casualidad…

—Vincent, no seas

tan desconfiado.

—Perdón Teresa,

es que se me hace muy difícil imaginar el que nos hayas conocido a ambos así

como así… me pareció raro nada más.

—Pues así fue

Vincent, me agrado bastante Mía, ambos se parecen.

—No, no creo

Teresa, ella y yo somos distintos.

— ¿Cómo?

—Solo lo somos

Teresa, no sabes cómo fue crecer con ella, siempre rompiendo todos mis

juguetes, entrando a mi cuarto sin permiso, fue una pesadilla, mi infancia con

bien para su edad… su apariencia se asemejaba a la mía, o más bien era la mía

la que se asemejaba a la de ella.

Mi madre busco

brevemente y me encontró, al sentir su mirada me tense un poco, pero me forcé a

calmarme, debía permanecer controlada, habían pasado 20 años, verla así de

repente me sacaba de zona de confort.

Mi madre camino

hacia mí y me saludo, hizo una expresión maternal al verme, la mentira le salía

tan bien como a mí.

Quiso darme un

beso pero me negué e hice que se sentara en la mesa conmigo.

Le había pedido a

mi padre que localizara a mi madre y me diera la forma de poder contactarme con

ella, no quería pedírselo a Vincent, y tuve que recurrir a él.

Mi madre al

sentarse conmigo hizo el acto de ser una madre arrepentida y cosas similares,

no me creí nada, no era tan buena mentirosa, tenía bastantes recuerdos acerca

de ella y sin que Vincent lo supiera había hecho un leve seguimiento suyo hasta

mi adolescencia.

Ya sabía cómo

era.

Me canse de ver

eso, y le dije que parara con su acto, que no iba a poder engañarme a mí como

lo hizo con Vincent, ella trato de persistir por un tiempo más, y tuve que

ponerme ruda con ella para que dejara de hacer eso.

Me termine

agitando más de la cuenta, era difícil permanecer calmada enfrente de ella.

—Mía ¿Por qué

tienes que ser tan dura conmigo? Yo solo quiero…

—Ya es suficiente

Valentina, no te llame aquí para que vinieras aquí a decirme mentiras a la

cara.

— ¿Por qué me

llamaste entonces? Cuando recibí la llamada de tu padre me sorprendí bastante,

ni siquiera sé porque me busco o como supo que estaba en la ciudad, pero tenía

la esperanza de…

—Te contacto por

causa mía Valentina, necesito que trabajes para mí.

— ¿Trabajar… para

ti? ¿De que estas hablando Mía?

—Sé que estas en

contacto  con Vincent y quieres usarlo

para poder hacer que te mantenga, si trabajas por un tiempo para mí, te daré

una buena remuneración y no tendrás que preocuparte por el dinero por un tiempo

¿Qué me dices? ¿Aceptas?

Mi madre pareció

pensativa al escuchar esto.

—Bien, te

escucho, ¿Cómo quieres que trabaje para ti? Espero que no sea algo complicado o

físico, tengo una edad avanzada ya, Mía.

—No te preocupes,

no te pediré nada de eso, sé que no podrías llevar ni una cuenta por ti misma,

solo tienes que usar tus dotes de actriz, eso es todo, fingirás ser alguien más

por mí y te pagare bastante dinero si lo haces bien ¿Entendiste?

—Si… entiendo

Mía, dime que es lo que quieres que haga y lo haré lo mejor que pueda, espero

que ese pago que piensas darme valga la pena.

—Lo valdrá, no te

preocupes por eso… mama, tu solo has tu trabajo bien y podrás obtener el dinero

que quieres obtener de Vincent.

Mi madre escucho

atentamente todo lo que tenía que decirle, el que Vincent se enterara de mi

relación con Teresa me hizo modificar un poco las cosas, pero al final iba a

obtener lo que quería y el mismo resultado final.

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