Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 124

PDV Teresa

—Me dices que harías

todo por mí, pero me pides un favor a cambio Vincent…

—Bueno Teresa,

nada en este mundo es gratis, recuerda que me debes un favor Teresita, adiós,

me pasas los datos de la subasta después —me dijo Vincent antes de colgar el

teléfono.

Hubiera querido

decirle más, pero no me dejo hacerlo, se quedó con la última palabra, suspire,

ya tenía a Vincent, faltaba ver si Mía estaría dispuesta, aunque no tenía

muchas expectativas con ella.

Marque el número,

y llame a Mía, mientras hacía esto, mi hermano y Daisy llegaron conmigo, y

cuando Richard se enteró de que estaba llamando a Mía para hacerla participar

en la subasta, trato de detenerme, incluso trato de quitarme el teléfono.

Daisy tuvo que

ayudar a detenerlo.

—Hola Teresa,

¿Qué ocurre? —me pregunto Mía al contestar y poco después de saludarnos.

—Mía… quiero

pedirte algo, pero si no estás de acuerdo no tienes que hacerlo.

—Suenas rara

Teresa, habla, dime que ocurre.

Le conté a Mía

acerca de la subasta y las necesidades que teníamos en la universidad, me escuchó

atentamente.

—Entiendo Teresa…

lo siento, pero ese tipo de eventos no es lo mío.

—Ya veo.

—Discúlpame por

no poder participar.

—No, no, lo

entiendo.

—Aun así le diré

a varias amigas que vayan y participen en la subasta, alguna chico de tu

universidad debe llamarles la atención, voy a cooperar de ese modo.

—Bien, gracias Mía.

— ¿Le preguntaste

a Vincent? Aunque odio admitirlo, creo que si invitas a Vincent vas a poder

obtener bastante dinero para tu universidad.

—Sí, ya lo

invite.

— ¿En serio?

—Sí, hablamos

hace poco, justo antes de llamarte a ti.

— ¿Y acepto?

—Sí, va asistir,

me lo prometió.

—Que bien Teresa,

con él podrás obtener bastante dinero en la subasta… ¿Por qué no le dices que

invite a un par de sus amigos? Conozco a varios de ellos y son… muy bien

parecidos.

— ¿De verdad?

—Sí, dile que los

invite.

—No lo sé Mía,

creo que eso ya sería demasiado.

—Nunca es

demasiado cuando se trata de ayudar a la universidad Teresa, pero si lo

consideras así, pues no lo hagas, aunque desperdicias una gran oportunidad.

— ¿Tú crees?

—Sí, confía en mí,

dile a Vincent que invite un par de amigos, ellos deben valer mucho.

—Bien, lo voy

pensar Mía, gracias por la sugerencia.

—No hay problema,

pásame los datos del evento para decirle a mis amigas que asistan.

—Lo hare, gracias

por todo, adiós —le dije a Mía antes de colgar el teléfono.

Después de

colgarle a Mía, Richard se abalanzo sobre mi preguntándome que paso, no se calmó

hasta que le dije que Mía no iba a asistir, Daisy se mostró decepcionada aunque

se alegró de que Vincent hubiera aceptado.

Richard se fue

poco después y Daisy y yo quedamos solas, esta última aprovecho y me dijo que

invitara también a Tomas.

Este último era

igual de atractivo que Vincent, y al igual que él, debía valer al menos varios

cientos de miles de dólares, si lograba tenerlos a ambos en la subasta, de

seguro podríamos alcanzar la cifra de 1 millón de dólares con ambos.

No quería

hacerlo, pero Daisy me insistió una y otra vez, mire mi teléfono, y empecé a

marcar el número, pero cuando estaba a punto de llamar, termine por cerrar el

teléfono.

— ¿Qué te pasa

Teresa? Vamos, llama a Tomas y dile que venga a la subasta, si subastamos a

Tomas y Vincent podríamos obtener bastante para la universidad —me dijo Daisy.

—Mejor no lo

hacemos Daisy.

— ¿Por qué no?

¿Si escuchaste que entre los 2 podríamos llegar al millón de dólares?

—Sí, sí, ya

escuche eso Daisy.

— ¿Entonces por

qué no lo llamas también? Ya tenemos a Vincent, nos falta él.

—Tomas no es como

Vincent, Daisy, debe de estar muy ocupado en estos momentos, y no debe tener

tiempo para este tipo de cosas.

—No puedes estar

segura hasta intentarlo Teresa.

—Créeme Daisy, lo

sé, mejor no molestarle con todo esto, de todas formas Mía me dijo que Vincent también

tiene varios amigos bien parecidos y si logro que los traiga de seguro

compensaran el que Tomas que no vengan… con todos ellos juntos llegaremos al millón

seguramente.

—Lo mejor sería

tenerlos a todos y rebasar el millón Teresa, a veces eres muy terca.

—Perdón, perdón,

pero créeme que es lo mejor —le dije a Daisy, antes de llamar de nuevo a Vincent.

No quería que

Tomas se subastara en el evento del a universidad y terminara teniendo una cita

o algo con una de las mujeres acaudalas que venían al evento, no sé por qué,

aunque creo que era porque cuando me imaginaba a esas mujeres, terminara por

pensar en Clara, y cuando me imaginaba a Tomas con alguien como ella, me

terminaba desagradando mucho la idea.

Mejor no involucrarlo

en esto, por suerte Mía me dio una sugerencia muy buena, llame a Vincent y le

dije que trajera a un par de sus amigos más atractivos, el tonto jugo conmigo

por bastante tiempo al preguntarme una y otra vez como podría él saber si un

hombre era atractivo o no.

Hasta me pregunto

si yo pensaba que él se fijaba en cuál de sus amigos tenía el mejor “trasero”.

Después de varias

idas y vueltas hice que Vincent me prometiera que traería a un par de sus

amigos al evento, aunque no podía prometerme si serian atractivos o no.

Según Vincent, él

era un hombre, no podía saber si un amigo suyo era guapo o no.

—Vincent, más te

vale que no me hagas ninguna broma ese día.

—No te preocupes

Teresita, veré a quien traigo, aunque como dije, yo no puedo saber si mis

amigos son guapos o no, yo no me inclino por allí Teresa.

—No se trata de

eso Vincent, solo no me hagas ninguna broma.

—Te prometo que

no lo hare, hare lo mejor que pueda.

—Eso espero —le

dije antes de colgar.

— ¿Y bien? —me

pregunto Daisy.

—Eso creí… vamos,

será divertido, solo tú y yo, solo nosotros… juntos los 2 mientras somos

ofrecidos como carne ante las lobas, deberás protegerme Tomas.

—Si voy a ir será

mejor que no te comportes de esa forma conmigo, ¿Entendiste?

—Te prometo que

no lo hare, puedes confiar en mí.

—Otra veces me

has hecho esa promesa, si noto ese comportamiento mientras estemos allí, me iré

Vincent.

—Bien, bien, que

pesado eres, no te preocupes, no lo arruinare, esto es importante.

—Entonces iré,

pasa por mí para ir a ese lugar.

—De acuerdo,

Tomas, una recomendación, vístete con algo revelador, tienes que mostrar la

piel, esas mujeres deben saber lo que están comprando, sería bueno incluso que

te fueras sin camisa, eso les enseñaría que están por “comerse”.

Tomas me corto la

llamada cuando dije esto último… no me tiene paciencia…

Teresa me dio

poco después los datos, y yo se los pase a mis amigos, dentro de poco llego el día

del evento, y me vestí de forma elegante, si me iba a vender, al menos debía

ser el que obtuviera el mejor precio de todos los que se subastaran.

Después de

arreglarme, me monte en mi auto y busque a Tomas, este último no siguió mi

consejo y se vistió de la misma forma, le hice un puchero, me dio un golpe por

eso, y después ambos iniciamos juntos nuestro viaje a la universidad de Teresa.

En el camino le

comente un par de cosas, y más que todo le dije que no podía dejarse ver por

Teresa, no iba a querer tener competencia si esta lo llegaba a ver.

Quizás se la

presentara si surgía la ocasión, pero no quería que los 2 tuvieran mucho

contacto, era mejor mantener la distancia por ahora, hasta que mi relación con

Teresa fuera oficial.

Mi auto pronto

llego a la universidad, Tomas lo miro desde la ventana del auto, trato de abrir

la puerta, no le abrió.

—Bájate rápido

Vincent, esta no abre.

—Pídemelo por

favor y di “cariño” cuando lo hagas —le dije, mientras tenía la puerta del auto

abierta y estaba a medio salir.

Tomas me dio una

patada un instante después y me hizo caer del auto al suelo, el bastardo no

tuvo compasión de mí.

Me queje mientras

me levantaba y vi como Tomas salía, mi chofer poco después arranco el auto y se

fue, no volvería hasta que lo llamáramos.

— ¿Por qué tienes

que ser tan rudo conmigo?

—Recuerda que lo

que te dije Vincent.

—Sí, sí, soy

hombre de palabra, pero recuerda que aún no hemos entrado a la universidad —le

dije mientras ambos fijábamos nuestras vistas hacia el campus.

—Te pateare más

fuerte la próxima vez ¿Dónde es el lugar?

—Sígueme, ya

visite el sitio antes, mi chica me dijo donde sería el evento, vamos, creo que

el evento ya va a empezar —le dije a Tomas, antes de empezar a caminar con él

siguiéndome.

Por suerte había

visitado la universidad previamente, Teresa me dijo que todo tendría lugar en

cierta zona, Tomas y yo caminamos juntos hacia allí atrayendo las miradas de

todos mientras íbamos juntos.

Espero que Teresa

me felicite por el buen trabajo que hice, le eh traído a 2 hombres de 1 millón

de dólares cada uno, más le vale darme un beso por esto.

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