PDV Teresa
Daisy y yo habíamos estado bastante ocupadas ayudando en la organización de la subasta, toda la universidad se agito bastante, y la directora termino por escoger un cierto lugar de la universidad donde armo un escenario con una pasarela que me hacía acordar a las que vi en el Miss Francia.
Al parecer, hombres y mujeres iban a desfilar por allí, mostrándoles sus “atributos” a todos los posibles compradores.
Fue una locura, pero al final todo quedo arreglado, el escenario fue levantado, las invitaciones fueron enviadas y nuestra mecenas nos confirmó la asistencia de sus amigas.
La directora nos hizo hacer propaganda en las afueras, Daisy y yo nos movimos para eso, esta última fue la contribuyente más importante, ya que se contactó con un par de clubes nocturno donde se vendían las virginidades de las chicas, estos les dieron los números de varios hombres de negocios, y ella los contactos.
Ninguno de los otros universitarios pudo compararse a Daisy en este aspecto.
Después de varias idas y vueltas, se decidió que yo iba a ser la anfitriona del evento, una cortesía de Daisy, la cual le dijo a la directora que yo sería perfecta para la tarea.
No me pude negar y acepte, al final sería yo la que subastaría a los chicos y chicas que caminaran por la pasarela, algo en mi interior se sentía incómodo con la idea, pero de todas formas lo acepte.
Vincent me confirmo que iba a traer a un par de sus amigos para subastarlos, le di la dirección y le dije lo que tendría que hacer.
El día llego y la universidad se llenó de un gran número de autos bastante costosos, todos los estudiantes pudieron ver como diferentes mujeres de entre 20 y 45 años se bajaban y entraban a la universidad, ninguna de ellas era tan atractiva como Mía, pero hubieron algunas que no estaban demasiado lejos, eso emociono a mis compañeros varones, en especial los que se iban a subastar.
Todos ellos esperaban ser comprados por ellas.
Yo era la anfitriona, así que guie a todos los invitados hacia el lugar de la subasta, en medio de esto me topé con algunos amigos de Vincent, los cuales me reconocieron ya que Vincent les dijo que yo estaría a cargo de todo y solo necesitaban hablar conmigo para resolver cualquier duda.
Los amigos de Vincent no eran tan bien parecidos como este último, pero se veían muy bien, suspire de alivio por esto, por lo menos de esa forma Daisy no me iba a criticar por no haber invitado a Tomas.
Guie a los amigos de Vincent hacia sus posiciones, y después de eso también guie al resto de los estudiantes que iban a ser subastados a donde tenían que estar… esto de ser la anfitriona de un evento de esta escala no era fácil, maldije a Daisy por ponerme esta responsabilidad.
Estuve horas preparando todo, y en medio de eso recibí la llamada de Vincent, el cual ya había llegado a la universidad, quería verme antes de que empezara a todo.
Estaba muy ocupada en estos momentos, pero Vincent era nuestro principal “activo” por así decirlo, y debía complacerlo, les dije a un par de compañeras que me suplantaran por unos momentos mientras yo iba a ver qué es lo que pasaba con Vincent.
Fui a su encuentro, y al llegar el idiota me dio una abrazo, esto no hubiera sido malo de no ser porque me levanto y me apretó muy fuerte, tuve que golpear su cabeza para que me bajara.
Después de eso, hable con él, y me sentí frustrada al escuchar que me cito aquí solo para hablar conmigo y decirme tonterías, tuve que ignorar mis responsabilidades solo para poder venir hablar con él y al final todo fue por un capricho suyo.
Me fui enojada, mientras Vincent me perseguía.
—Vamos Teresa ¿Cómo puedes tratar así a tu futuro esposo? ¿Es que no me tienes paciencia?
— ¡No! Estoy muy ocupada ahora Vincent, ¿Crees que organizar todo esto es fácil? Hay como 100 a 200 invitados y eso sin mencionar a los cientos de estudiantes que se van a subastar, ¿Crees que puedo perder tiempo de esta forma? —le dije mientras continuaba caminando.
Debía volver rápido a mi lugar, yo era la que iba a subastar a todos.
—Bueno Teresa, por algo estudias tu carrera ¿No? Esto te hará ganar experiencia, relájate un poco —me dijo, mientras me tomaba por el brazo y me hacía detenerme.
—Vincent, no estoy para juegos ahorita, hay mucho que hacer todavía.
—Cálmate, ¿No vez que tu príncipe ya llego? De entre todos los que vas a subastar el único que va a darte ganancias voy a ser yo.
Habían pasado más de 2 meses desde que lo conocí… su orgullo o narcicismo siguen igual que siempre.
—Un poco de humildad te vendría bien Vincent —le dije mientras me quitaba su agarre.
— ¿Para qué sirve eso? Si tienes algo, presúmelo, y yo tengo mucho.
—Hay muchos chicos que se van a subastar hoy Vincent, puede que más de 100.
—Y todos ellos se ven como ranas, mientras que yo soy la rana que ya se convirtió en príncipe Teresa, no hay comparación.
— ¿Y eso incluye también a tus amigos?
— ¿Los conociste?
—Si.
—Entonces ya debes saber la respuesta.
—Vincent…
—Bien, bien Teresa, quizás haya 1 que pueda obtener un precio… “casi” igual al mío, pero solo “casi”.
— ¿Ah sí? ¿Quién?
—No necesitas saberlo ahora, lo veras en la subasta, quizás te lo presente si eres buena conmigo y me das un beso como se debe, ¿Si sabes que en todo este tiempo yo soy el único que te ha besado? Nunca me has devuelto ni 1 solo beso Teresa.
—En primer lugar ni siquiera te pedí que me besaras, lo hiciste sin mi consentimiento.
—Pues sí, ¿Acaso no te dije el nombre de la universidad donde estudiaba hace como 2 meses atrás cuando cenamos con Clara?
—Lo hiciste, pero ni siquiera recuerdo bien el nombre, y además un amigo mío me trajo aquí para un evento, ni siquiera me dijo cuál sería el nombre de la universidad a la cual me trajo.
¿Un evento?
— ¿A qué clase de evento vienes Tomas?
—El idiota de mi amigo me dijo que se haría una subasta de hombres y mujeres en esta universidad para poder recaudar fondos, me insistió mucho para que viniera aquí, pero el infeliz me abandono para ir con alguna de sus chicas y me dejo botado en este lugar, ni siquiera se bien como orientarme aquí, eh caminado por varios partes buscando ese dichoso evento pero solo encuentro lugares vacíos —me dijo Tomas, parecía tener muchas quejas hacia ese amigo suyo.
Maldije en mi interior, alguien de la universidad había invitado a Tomas a participar en la subasta ¿Quién fue? Había cientos de hombres en mi universidad y cualquier de ellos pudo haberlo invitado.
De todas formas eso no importaba, Tomas estaba aquí… también Vincent, ambos vinieron a subastarse, si se encuentran, entonces Tomas terminaría por descubrir mi mentira y sabría que no dije la verdad cuando estuvimos en Francia.
Quien sabe cuánto se enoje por eso…
Y eso sin mencionar la posible reacción de Vincent, este último era bastante orgulloso… por no decir narcisista, de seguro si ve a Tomas va a compararse o competir contra él por cualquier razón tonta, hombres con actitudes de “alfas” como ellos no podrían llevarse bien.
Empecé a ponerme nerviosa, pero luego recordé que Tomas aún no ha visto la subasta… todavía puedo echarlo de aquí sin que se encuentre con Vincent, aun puedo salir de…
—Tomas ¿Qué haces aquí? —sonó la voz de Daisy detrás de mí.
Maldije mi suerte.
—Un amigo mío me invito a una supuesta subasta de hombres y mujeres para recaudar fondos para esta universidad, vine aquí a eso, pero el idiota me abandono y estoy tratando de encontrar el lugar —le respondió Tomas a Daisy, esta última llego junto con nosotros.
— ¿En serio vienes a la subasta? ¡Fantástico! ¡Vamos! ¡Te llevare allí! —le dijo Daisy mientras tomaba el brazo de Tomas y lo arrastraba.
Mire a Daisy con todo el enojo que pude reunir, le quería decir con la mirada que no hiciera eso, o no me vio o me ignoro, sea como sea continuo arrastrando a Tomas para ir a la subasta.
—Vamos Teresa, ven rápido —me dijo Daisy mientras se volteaba a verme.
No quería ir con ellos... sin mi presente no habría razón por la cual eso 2 se junten.
—Vamos Teresa, recuerda que eres la anfitriona del evento, te tardaste demasiado y vine a buscarte, todos te están esperando… vamos, esperan por ti —me dijo Daisy, quien camino hacia mí, me tomo del brazo y me jalo con ella.
Ofrecí algo de resistencia, pero al final Daisy logro lo suyo, y me llevo hasta el escenario junto con Tomas.
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