Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 131

PDV Tomas

Clara continuo mirándome mientras sonreía, era una sonrisa de triunfo, o quizá sarcástica… puede que ambas.

No era tonto, la pregunta de Clara ni era una pregunta sino una afirmación, me había traído aquí solo para decirme eso, pero cuando pude recuperar la compostura, empecé a pensar en sus palabras, y lo único que aparecía era una pregunta…

¿Cómo?

¿Cómo Clara se había embarazado? Más bien… ¿Cómo es que se había embarazado de mí?

De forma absurda empecé a hacer cuentas en mi cabeza sobre la última vez que habíamos dormido juntos.

Fue todo muy rápido, la última vez había sido hace varios meses atrás, había pasado demasiado tiempo como para que hubiera podido embarazarla por accidente, no, esto no era posible, ni siquiera sé cómo fue que pensé que esto era posible en primer lugar.

No había forma de que ese niño fuera mío, lo posible era que Clara estaba tratando de engañarme de nuevo, haciéndome creer que un niño que engendro con quien sabe qué tipo en la calle era mío.

Cuando pensé en esto, me enoje, a mi mente llegaron varias imágenes de Clara con otros tipos, mientras estos soltaban su “semilla” en su interior… eso me disgusto.

Fruncí el ceño, sacudí la cabeza para poder evitar que estas grotescas imágenes llegaran a mi mente, mire a Clara con enojo antes de empezar a irme de mi asiento.

Muy seguramente solo me había llamado aquí para poder restregarme en la cara el hecho de haberse acostado y embarazado de otro hombre, con lo cínica que era, esto era algo muy probable.

Estaba asqueado y quería irme.

— ¿Adónde vas mi amor? —me pregunto Clara, mientras se adelantaba y me tomaba del brazo, interrumpiéndome.

—Suéltame —le dije mientras me quitaba su agarre de mi brazo.

—Pero mi amor, ¿Por qué me tratas así?

— ¿Y todavía lo preguntas? Porque no mereces que trate de otra manera siendo como eres.

— ¿Yo? ¿Cómo soy? —me pregunto.

— ¿En serio? Tú eres una cínica que nunca me quiso.

—Pero es que mi amor…

—No trates de tocarme, espero que hayas disfrutado tu venganza, parece que no tuviste suficiente con todo lo que paso antes, pero no dejare que tu venganza dure mucho, ¡Adiós! —le dije mientras me levantaba de mi asiento en la mesa, esta vez sin ninguna demora.

— ¡Es tuyo! —me grito Clara mientras me miraba.

Al escuchar esto gire mi mirada y mis ojos se encontraron con los suyos, pude notar algunos nervios en ellos, pero eso no me importo.

¿Había dicho que el niño era mío…?

— ¿Qué? —murmure.

—El niño es tuyo Tomas ¿Escuchaste? Tuyo —me volvió a decir mientras me tomaba del brazo y empezaba a arrastra de nuevo a sentarme en la mesa.

—No, ¿Qué? ¿Cómo? —murmure mientras la miraba.

—Siéntate y escúchame, hazlo.

— ¿Cómo es eso de que el niño es mío?

—Siéntate Tomas, y así podre decirte todo, por favor.

Al escuchar esto último, vacile unos momentos antes de finalmente sentarme.

Mire a Clara, mi cabeza estaba revuelta ¿Cómo podía ese niño ser mío? Si hace mucho que no dormíamos juntos… habían pasado más de 6 meses desde la última vez si no recuerdo mal.

No era posible que estuviera embarazada debido a esa última vez…

—Dime Clara ¿Qué es eso de que el niño es mío? Es más… ¿De verdad estas embarazada? —le pregunte.

Se me había pasado por alto si eso del embarazo podía ser cierto o no.

—Mi palabra debería ser suficiente para ti Tomas, pero si no confías en mí, aquí tienes —me dijo Clara mientras sacaba algo de su bolso.

Era una prueba de embarazo, y daba positivo…

— ¿Y cómo se yo que esto es tuyo? ¿Cómo sé que no lo manipulaste de alguna forma para obtener este resultado?

— ¿Tanta desconfianza me tienes? ¿A mí? —parecía herida la decir esto.

No me iba a tragar eso…

— ¿Y todavía lo preguntas?

—Te estoy diciendo la verdad Tomas, esta prueba de embarazo es mía, si no confías en mí, puedes venir con al médico junto conmigo para que él mismo te compruebe mi estado actual ¿Eso quieres? ¿Eso te complacería? Si es lo que necesitas para creer en lo que digo, lo hare, podemos ir ahora mismo si quieres.

Las palabras de Clara tenían un cierto malestar en ellas… no sé si eso era real o no, la mentira se le daba bien a ella.

—No, no es necesario que vayamos al médico para ver eso.

Ni loco iría junto con ella a hacer exámenes de ese tipo, todo el mundo podría pensar otras cosas al vernos juntos en ese tipo de situaciones, incluyéndome a mí mismo.

— ¿Entonces crees en mí? ¿Ya crees que estoy embarazada de verdad?

—Incluso si fuera así Clara, no me vas a venir con el engaño de que ese niño es mío, no soy tonto como tú de seguro crees.

—Tomas…

—La última vez que estuvimos juntos, ¿Fue hace cuánto? ¿6 meses? ¿O 7 meses? Espero que no pienses que soy tan tonto como para creerme de que tu embarazo es desde ese momento.

—No iba usar esa excusa Tomas.

—Tomas…

— ¡Y además…! Espera, dices que engendraste ese niño de forma artificial… ¿Cómo conseguiste mi semen? —le pregunte.

Otra vez me falto pensar en un detalle, al mencionar la inseminación artificial perdí el control, pero ahora que lo pensaba, para hacer ese proceso médico, se necesitaba mi semen para poder hacerlo, y no basta una simple gota, se necesitaba más… ¿De dónde demonios saco Clara la cantidad suficiente como para tener éxito en eso?

Solo había una “fuente” de donde podía provenir… y obviamente yo no se la di… ¿Cómo la obtuvo?

—Quieres saber Tomas —al decir esto Clara volvió a sonreír.

—No empieces Clara, ¿Cómo fue que conseguiste mi semen?, yo no te lo di… ¿No me digas que entraste en la noche a mi cuarto y mientras dormía tú me…?

—Santo cielo, ¡No!, ¿Por quién me tomas? ¿En serio piensas que yo haría algo como ir a masturbarte mientras dormías en tu cuarto mientras tengo una botella en mi otra mano? ¿Quién piensas que soy? ¿Una prostituta que trata de aferrarse a un ricachón? —me pregunto ofendida.

—Si no hiciste eso ¿Cómo fue que obtuviste mi semen para eso Clara?

—Tomas… ¿Cuántas veces te masturbas al día?

— ¿Qué?

— ¿Cuántas veces lo haces al día o por semana? Parece que esa chica Teresa no te complace bien, eh visto en persona lo mucho que te has “desquitado” este tiempo que has estado con ella.

— ¿Qué quieres decir con eso Clara?

—Tomas… deberías aprender a masturbarte únicamente mientras te bañas, de esa forma cuando llegues al clímax, tu semilla se ira por el drenaje y será mucho más difícil de conseguir.

¿Qué es lo que…?

—Aunque ahora que lo pienso, mientras vivíamos juntos, cuando te masturbabas a escondidas mías, te salteabas entre la regadera y los pañuelos, cada vez que lo hacías me dolía un poco, tener un esposo que prefiere masturbarse a estar con su esposa es preocupante, aunque por suerte para mí, no cambiaste tus hábitos en este tiempo… esos pañuelos y esos papeles donde arrojabas tu semilla al llegar al clímax me fueron muy útiles.

¡Los papeles!

— ¿Tú… lo conseguiste de allí?

—Si… no fue fácil, tuve que reunir muchos, amor, necesitaba una buena cantidad y por obvias razones extraer tu semilla de esos papeles no es muy fácil, muchos se terminaban arruinando, tarde un tiempo en poder finalmente extraer lo que necesitaba de esos papeles que usabas para complacerte… a todo esto, tienes que eliminar por completo ese forma de complacerte a ti mismo… nunca sabes a donde pueda llegar la semilla que botas, cariño.

— ¿Cómo? ¿Cómo fue que pudiste conseguir esos papeles Clara? ¿Cómo?

—No fue muy difícil… tu empleada me los dio amor.

¡Sarah!

— ¿Qué hiciste con ella?

—Cielos, no uses un tono como si la hubiera amenazado, solo hable con ella mientras tú te divertías en el extranjero y le di una buena suma de dinero a cambio de que solo me entregara todos los papeles que tu botaras en tu baño o en cualquier otra parte… no fue nada complicado.

¡¡¡Sarah!!!

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO