Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 132

PDV Tomas

La desgraciada de

Sarah me había vendido, no podía creerlo, había estado trabajando para mí por

bastante tiempo, y no dudo ni un poco en golpearme por la espalda cuando le

ofrecieron dinero por ello.

Me sentí mal, y

no solo eso, también enojado, me entró ganas de golpearla por lo que había

hecho, por lo que me había hecho, esa infeliz por su interés me había metido en

un gran problema.

Empecé a odiarla

por lo que había hecho… y lo peor era que yo vi con mis propios ojos lo que

estaba haciendo.

Yo había visto

como se llevaba en bolsas todos esos pañuelos y papeles de baño que había usado

este tiempo, lo vi con mis propios ojos y no hice nada para detenerlo… me sentía

como un gran idiota… aunque… ¿Cómo iba a saber yo que algo así podría pasar?

No creo que a

nadie nunca en el mundo se le ocurrió usar los restos de semen que habían en

los papeles de baño para ese motivo… solo alguien con una mente como la de

Clara se le hubiera podido ocurrir tal acto.

Estaba frustrado…

frustrado y enojado, y decepcionado también, Clara sonrió ligeramente mientras

veía la crisis que tenía justo ahora.

— ¿Ya estas convencido?

—me pregunto.

— ¿Cómo se te

pudo ocurrir hacer eso?

—Amor… momentos

desesperados requieren medidas desesperadas… en un principio trate de hacerlo

por la vía “natural” si es que me entiendes… pero te estabas haciendo demasiado

difícil y tuve que ponerme creativa… al final después de pensar, eso fue lo que

me vino a la mente ¿No soy lista amor?

— ¿Cuánto le

ofreciste a Sarah por venderme a ti?

— ¿Cuánto? No

mucho, no mucho, solo unos 300.000 dólares en un periodo de tiempo de 3 meses,

debía darme todos los papeles y pañuelos que botaras o hubieran en tu casa en

ese periodo de tiempo… le eh estado pagando diariamente por sus servicios… no

salió tan caro como creí en un principio.

— ¿300.000

dólares? —murmure.

Ese había sido el

precio por el cual Sarah me vendió…

¡Maldita sea!

— ¿Qué demonios

esperas lograr con esto Clara?

— ¿Qué quiero

lograr?

—Sí, ¿Qué piensas

hacer con todo esto?

—Tomas, lo que

quiero es lo que siempre he querido desde que te fuiste y me abandonaste por

tantos mal entendidos y tonterías absurdas, yo solo quiero que volvamos a estar

juntos como la familia que éramos —me dijo Clara, mientras extendía su mano

para tocar la mía.

Aparte mi mano en

cuanto ella estuvo muy cerca.

— ¿Y esperas que

de esa forma lo vamos a lograr?

—Si… Tomas, todo

lo que paso lo podemos arreglar, podemos empezar verdaderamente nuestra familia

con este niño que estoy esperando, podemos comenzar otra vez tu y yo… estoy tan

contenta.

—Pero yo no, no

sé qué tan loca estás en tu cabeza como para pensar en que eso podría hacer que

regresáramos tu y yo.

—Amor ¿Por qué me

tienes que hablar así? ¿No merezco un mejor trato después de toda nuestra

historia?

— ¿Un mejor

trato? Es por esa historia que no mereces nada más Clara, quien sabe que tienes

en la mente y que piensas realmente al hacer todo esto —mientras decía estas últimas

palabras me levante de mi silla otra vez.

Ya no quería

estar aquí más tiempo.

— ¡Tomas!

¡Espera! ¿Por qué tienes que pensar siempre lo peor de mí? ¿No puedes pensar

que solo estoy haciendo esto por nuestro bien? Por nuestro futuro, incluso

estoy dispuesta a olvidar el hecho de que has estado durmiendo con otras en el

tiempo en que llevamos separados, si incluso estoy dispuesta a perdonarte y

hacer a un lado eso, ¿No puedes creer en mí y que todo lo que hago es con la

mejor intención para ambos? ¿No puedes confiar en mí y volver a al lugar que te

corresponde? —me pregunto mientras se levantaba y me tomaba por el brazo.

Me estaba

clavando las uñas, no quería dejarme ir.

—Ya creí varias

veces en ti Clara, y lo terminaste arruinando todo, no soy estúpido para

volverlo a hacer otra vez, eres una cínica sin escrúpulos, debes estar pensando

en hacer algo después, esto que acabas de hacer solo prueba que no tienes

límites, y quien sabe que está pasando por esa cabeza tuya.

— ¡Tomas, puedes

creer de mi todo lo que se te dé la gana! ¡Pero no puedes dudar en que yo te

quiero! ¡Tú también me quieres estoy segura! Podemos arreglar todo y volver a

empezar juntos los 3… como una familia.

Al decir esto

último Clara me dio un beso, fue repentino, en un principio me deje llevar y se

lo devolví, pero luego recordé varias cosas en mi mente, y eso me hizo volver

en mí mismo, la termine separando de mi después de esto.

— ¿Tomas?

—Te equivocas

—fue lo que le dije antes de girarme rápidamente e irme del restaurante.

— ¡Tomas! —grito.

Las personas del

restaurante se me quedaron mirando mientras salía, algunos me miraron de mala

manera, de seguro pensaban que era el malo aquí, eso no me importo y seguí.

Estaba temblando,

tuve que hacer fuerza para poder disimular ante los demás, mi cuerpo también

estaba tenso.

No quería seguir

viendo a Clara, me había desestabilizado por completo, necesita irme de aquí.

Camine hacia mi

auto, pero antes de poder avanzar mucho, sentí como alguien me tomaba por el

brazo, pude sentir como un par de uñas se clavaban muy fuertemente en mí, creo

que traspasaron mi piel.

Me gire y vi a

puedes dejar ir sola a una mujer embarazada al médico, tienes que ser

responsable.

Al escuchar esto

último, me tropecé y casi me caigo, pero logre mantener el equilibrio, mire a

Clara una última vez con enojo antes de montarme en mi auto y arrancar.

Clara me estuvo

mirando con una sonrisa falsa todo el tiempo.

Conduje rápido

para poder llegar a mi casa, en algunas ocasiones casi choco contra algunos

autos que estaban en el camino, no estaba bien, y la velocidad con la cual conducía

no ayudaba mucho.

Lo único en lo

cual podía pensar era en Clara… en nuestro hijo no deseado… al menos por mi… y

en los pasos que iba a tener que hacer.

Ningún juez se

iba a creer esa historia de los papeles, estaba jodido, todos pensarían que

solo era un irresponsable que no quería hacerse responsable de su propio hijo y

tendría a todos contra mí… también jugaba en contra el hecho de que Clara y yo

estábamos casados, por lo que cualquier hijo que tuviéramos seria legalmente mi

primogénito y con derecho a todo.

El que mi hijo

crezca con rencor hacia mí era lo peor, si Clara lo decía, lo iba a cumplir,

con la ley haciéndome responsable, iba a tener que lidiar con Clara y con un

hijo que me odia y con acceso total a todo lo mío.

Estaba

hundiéndome hasta el fondo, para que Clara no hiciera de las suyas iba a tener

que volver con ella, y si no lo hacía iba a tener que lidiar con la ley y en el

futuro con un hijo rencoroso ¿Cuál era la mejor opción?

Sarah, todo esto

era culpa suya, nunca en mi vida sentí tanto odio por una sola persona, es por

ella que estaba metido en todo este lio, me vendió a Clara, quería matarla...

Ella debía estar

en estos momentos en mi casa haciendo su rutina de siempre, debía confrontarla

por todo esto que me hizo a mis espaldas.

Llegue rápido,

pase el portón de mi casa y después de estacionar, abrí la puerta de sopetón,

mire en varias direcciones buscándola, no la encontré.

—¡¡¡Sarah!!!

—grite con todas las fuerzas que pude reunir.

No respondió a mi

llamado, empecé a buscarla por toda la casa, busque en todos los pisos y no

había rastros de ella, no sé dónde se había metido, la desgraciada no podía

estar muy lejos.

Continúe

buscando, hasta que llegue a mi cocina, y vi una nota en mi mesa, la tome y vi

que era la letra de Sarah.

Arrugue el papel

con fuerza mientras apretaba fuertemente las manos…

“Señor Tomas, ya

no poder trabajar para usted, voy a regresar con mi familia para poder

cuidarlos… lo siento por todo”.

Eso fue lo único

que había escrito en la carta de Sarah.

La infeliz había

huido, dejándome el problema que me ocasiono…

¿Por qué todas

las mujeres de mi vida tienen que decepcionarme?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO