PDV Tomas
La desgraciada de
Sarah me había vendido, no podía creerlo, había estado trabajando para mí por
bastante tiempo, y no dudo ni un poco en golpearme por la espalda cuando le
ofrecieron dinero por ello.
Me sentí mal, y
no solo eso, también enojado, me entró ganas de golpearla por lo que había
hecho, por lo que me había hecho, esa infeliz por su interés me había metido en
un gran problema.
Empecé a odiarla
por lo que había hecho… y lo peor era que yo vi con mis propios ojos lo que
estaba haciendo.
Yo había visto
como se llevaba en bolsas todos esos pañuelos y papeles de baño que había usado
este tiempo, lo vi con mis propios ojos y no hice nada para detenerlo… me sentía
como un gran idiota… aunque… ¿Cómo iba a saber yo que algo así podría pasar?
No creo que a
nadie nunca en el mundo se le ocurrió usar los restos de semen que habían en
los papeles de baño para ese motivo… solo alguien con una mente como la de
Clara se le hubiera podido ocurrir tal acto.
Estaba frustrado…
frustrado y enojado, y decepcionado también, Clara sonrió ligeramente mientras
veía la crisis que tenía justo ahora.
— ¿Ya estas convencido?
—me pregunto.
— ¿Cómo se te
pudo ocurrir hacer eso?
—Amor… momentos
desesperados requieren medidas desesperadas… en un principio trate de hacerlo
por la vía “natural” si es que me entiendes… pero te estabas haciendo demasiado
difícil y tuve que ponerme creativa… al final después de pensar, eso fue lo que
me vino a la mente ¿No soy lista amor?
— ¿Cuánto le
ofreciste a Sarah por venderme a ti?
— ¿Cuánto? No
mucho, no mucho, solo unos 300.000 dólares en un periodo de tiempo de 3 meses,
debía darme todos los papeles y pañuelos que botaras o hubieran en tu casa en
ese periodo de tiempo… le eh estado pagando diariamente por sus servicios… no
salió tan caro como creí en un principio.
— ¿300.000
dólares? —murmure.
Ese había sido el
precio por el cual Sarah me vendió…
¡Maldita sea!
— ¿Qué demonios
esperas lograr con esto Clara?
— ¿Qué quiero
lograr?
—Sí, ¿Qué piensas
hacer con todo esto?
—Tomas, lo que
quiero es lo que siempre he querido desde que te fuiste y me abandonaste por
tantos mal entendidos y tonterías absurdas, yo solo quiero que volvamos a estar
juntos como la familia que éramos —me dijo Clara, mientras extendía su mano
para tocar la mía.
Aparte mi mano en
cuanto ella estuvo muy cerca.
— ¿Y esperas que
de esa forma lo vamos a lograr?
—Si… Tomas, todo
lo que paso lo podemos arreglar, podemos empezar verdaderamente nuestra familia
con este niño que estoy esperando, podemos comenzar otra vez tu y yo… estoy tan
contenta.
—Pero yo no, no
sé qué tan loca estás en tu cabeza como para pensar en que eso podría hacer que
regresáramos tu y yo.
—Amor ¿Por qué me
tienes que hablar así? ¿No merezco un mejor trato después de toda nuestra
historia?
— ¿Un mejor
trato? Es por esa historia que no mereces nada más Clara, quien sabe que tienes
en la mente y que piensas realmente al hacer todo esto —mientras decía estas últimas
palabras me levante de mi silla otra vez.
Ya no quería
estar aquí más tiempo.
— ¡Tomas!
¡Espera! ¿Por qué tienes que pensar siempre lo peor de mí? ¿No puedes pensar
que solo estoy haciendo esto por nuestro bien? Por nuestro futuro, incluso
estoy dispuesta a olvidar el hecho de que has estado durmiendo con otras en el
tiempo en que llevamos separados, si incluso estoy dispuesta a perdonarte y
hacer a un lado eso, ¿No puedes creer en mí y que todo lo que hago es con la
mejor intención para ambos? ¿No puedes confiar en mí y volver a al lugar que te
corresponde? —me pregunto mientras se levantaba y me tomaba por el brazo.
Me estaba
clavando las uñas, no quería dejarme ir.
—Ya creí varias
veces en ti Clara, y lo terminaste arruinando todo, no soy estúpido para
volverlo a hacer otra vez, eres una cínica sin escrúpulos, debes estar pensando
en hacer algo después, esto que acabas de hacer solo prueba que no tienes
límites, y quien sabe que está pasando por esa cabeza tuya.
— ¡Tomas, puedes
creer de mi todo lo que se te dé la gana! ¡Pero no puedes dudar en que yo te
quiero! ¡Tú también me quieres estoy segura! Podemos arreglar todo y volver a
empezar juntos los 3… como una familia.
Al decir esto
último Clara me dio un beso, fue repentino, en un principio me deje llevar y se
lo devolví, pero luego recordé varias cosas en mi mente, y eso me hizo volver
en mí mismo, la termine separando de mi después de esto.
— ¿Tomas?
—Te equivocas
—fue lo que le dije antes de girarme rápidamente e irme del restaurante.
— ¡Tomas! —grito.
Las personas del
restaurante se me quedaron mirando mientras salía, algunos me miraron de mala
manera, de seguro pensaban que era el malo aquí, eso no me importo y seguí.
Estaba temblando,
tuve que hacer fuerza para poder disimular ante los demás, mi cuerpo también
estaba tenso.
No quería seguir
viendo a Clara, me había desestabilizado por completo, necesita irme de aquí.
Camine hacia mi
auto, pero antes de poder avanzar mucho, sentí como alguien me tomaba por el
brazo, pude sentir como un par de uñas se clavaban muy fuertemente en mí, creo
que traspasaron mi piel.
Me gire y vi a
puedes dejar ir sola a una mujer embarazada al médico, tienes que ser
responsable.
Al escuchar esto
último, me tropecé y casi me caigo, pero logre mantener el equilibrio, mire a
Clara una última vez con enojo antes de montarme en mi auto y arrancar.
Clara me estuvo
mirando con una sonrisa falsa todo el tiempo.
Conduje rápido
para poder llegar a mi casa, en algunas ocasiones casi choco contra algunos
autos que estaban en el camino, no estaba bien, y la velocidad con la cual conducía
no ayudaba mucho.
Lo único en lo
cual podía pensar era en Clara… en nuestro hijo no deseado… al menos por mi… y
en los pasos que iba a tener que hacer.
Ningún juez se
iba a creer esa historia de los papeles, estaba jodido, todos pensarían que
solo era un irresponsable que no quería hacerse responsable de su propio hijo y
tendría a todos contra mí… también jugaba en contra el hecho de que Clara y yo
estábamos casados, por lo que cualquier hijo que tuviéramos seria legalmente mi
primogénito y con derecho a todo.
El que mi hijo
crezca con rencor hacia mí era lo peor, si Clara lo decía, lo iba a cumplir,
con la ley haciéndome responsable, iba a tener que lidiar con Clara y con un
hijo que me odia y con acceso total a todo lo mío.
Estaba
hundiéndome hasta el fondo, para que Clara no hiciera de las suyas iba a tener
que volver con ella, y si no lo hacía iba a tener que lidiar con la ley y en el
futuro con un hijo rencoroso ¿Cuál era la mejor opción?
Sarah, todo esto
era culpa suya, nunca en mi vida sentí tanto odio por una sola persona, es por
ella que estaba metido en todo este lio, me vendió a Clara, quería matarla...
Ella debía estar
en estos momentos en mi casa haciendo su rutina de siempre, debía confrontarla
por todo esto que me hizo a mis espaldas.
Llegue rápido,
pase el portón de mi casa y después de estacionar, abrí la puerta de sopetón,
mire en varias direcciones buscándola, no la encontré.
—¡¡¡Sarah!!!
—grite con todas las fuerzas que pude reunir.
No respondió a mi
llamado, empecé a buscarla por toda la casa, busque en todos los pisos y no
había rastros de ella, no sé dónde se había metido, la desgraciada no podía
estar muy lejos.
Continúe
buscando, hasta que llegue a mi cocina, y vi una nota en mi mesa, la tome y vi
que era la letra de Sarah.
Arrugue el papel
con fuerza mientras apretaba fuertemente las manos…
“Señor Tomas, ya
no poder trabajar para usted, voy a regresar con mi familia para poder
cuidarlos… lo siento por todo”.
Eso fue lo único
que había escrito en la carta de Sarah.
La infeliz había
huido, dejándome el problema que me ocasiono…
¿Por qué todas
las mujeres de mi vida tienen que decepcionarme?
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