PDV Saint
—Señor
Saint, esta es toda la información que hemos podido recopilar de esa chica —me dice
un empleado, mientras estoy comiendo mi almuerzo.
—Bien,
déjamelo en la mesa —le digo, mientras sigo comiendo.
El
empleado coloca varios papeles en la mesa, los observo por un rato, pero después
sigo comiendo, la chica no era tan importante como para interrumpir mi comida.
Después
de terminar mi almuerzo, me lavo las manos, me limpio la boca, y finalmente
empiezo a observar los documentos que mi empleado había dejado en la mesa de mi
comedor.
La
información allí es básica y simple, pero precisa, el nombre de la chica era
Teresa, tenía 19 años, estudiaba contabilidad en la universidad, y tenía un par de familiares vivos.
En los
documentos que me pasaron, también estaban detalles sobre su cuenta bancaria y
la situación económica de su familia.
Puedo ver
que no lo está pasando bien, no tiene padre, su madre sufre de una enfermedad,
y ella a pesar de sus trabajos no puedo pagar por completo todos los gastos de
su hogar.
Cuando
miro esa información, no puede evitar enojarme.
Esa
chica, está sufriendo bastantes dificultades económicas, y aun más que eso,
incluso su madre sufre de una enfermedad terminal, y necesita un tratamiento
costoso.
Con los
300.000 dólares que le ofrecí en la noche de ayer, hubiera sido suficiente para
poder cubrir todos sus gastos monetarios y le hubiera permitido salir de
dificultades, pero esa chica…
A pesar
de todas las dificultades y adversidades por las cual estaba pasando
actualmente, ella todavía no acepto
dormir conmigo, a pesar de mi generosa oferta y a pesar de todo lo malo que su
vida posee actualmente…
Incluso
con tantas adversidades, ella todavía no estaba dispuesta a estar conmigo...
Eso no solo me enoja, me irrita.
Cuando
pienso que Teresa, no estaba dispuesta a estar conmigo a pesar de todas sus
dificultades, un sentimiento empieza a nacer en mí, debía tener a esa chica, y
no solo la debía tener.
Él debía
tenerla gratis.
No quiso
acostarse conmigo a pesar de que pague, entonces estaría con él gratis, y le
privaría de su oportunidad de perder su virginidad para siempre.
Reviso
los documentos, la chica posee 2 trabajos los fines de semana, uno diurno y
otro nocturno, al ver esto, me proponga a hacerle una pequeña visita a su
trabajo nocturno.
Cuando
ella me vea, de seguro le dará una gran sorpresa, me propuse a mí mismo que esta
misma noche, la haría mía.
No solo
eso, me he propuesto que la voy a hacer rogar por mi cuerpo, mientras veo el
suyo cediendo lentamente por el placer, voy a hacerle rogar por que acepte
estar con ella, ella debía rogarme, solo así podría desquitarme la humillación
que sentí al ser rechazado por ella.
Todo sucedería
esta misma noche, y cuando pienso en esa chica cediendo ante mí, no puedo
evitar emocionarme, y despertar a mi “amiguito” que se encuentra debajo de mi
cintura.
—Tengo
que desquitarme un poco —murmuro, mientras voy al baño para poder tomar una
ducha y dejar salir toda mi emoción.
PDV
Teresa
El
desconocido que tomo mi virginidad anal el día de ayer se está acercando a mí,
tengo el fuerte impulso de huir, pero mi mente racional me detiene.
¿Huir? ¿A
dónde? Y es más, si huía, perdería su empleo, y eso era algo que no podía
permitirse.
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