Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 151

PDV Teresa

Gire mi mirada y

pude ver a Tomas con su erección apuntando en mi dirección, los nervios

empezaron a invadirme.

—E-espera Tomas

—finalmente pude hablar.

Tomas no hizo

caso a mis palabras y en su lugar vi como bajo su rostro hacia mis nalgas, instantes

después sentí sus labios besándome allí abajo.

Me había subido

la falda que tenía hasta arriba, dejando ese lugar expuesto.

Sus labios

estaban tibios, y al sentirlos temblé un poco, movió sus labios alrededor de

mis nalgas mientras seguía besándome y subiendo hasta que llego hasta arriba en

la punta.

Después de eso

finalmente separo sus labios de esa zona.

Mi cuerpo seguía

temblando un poco, Tomas miro en mi dirección y nuestras miradas se

encontraron.

Quise decirle

algo, pero antes de eso este último uso una de sus manos y me tomo por mi

cabello.

Para cuando me di

cuenta, había usado su mano para echar mi rostro contra el sofá.

Esta posición me

recordó a la vez cuando tuvimos sexo hace casi 3 meses atrás en el club.

En ese momento

Tomas me había puesto en una posición similar a la cual estaba en estos

momentos.

Sabía lo que

venía a continuación, y sentir el miembro de Tomas rozando mi trasero no hizo

sino confirmar lo que pensaba.

Ya estaba a punto

de llegar hasta el final.

Sentí su otra

mano abriendo mis nalgas, estaba abriendo el camino, moviendo la pantaleta que tenía

a un lado para que nada lo obstruyera.

— ¡Espera Tomas!

—le grite.

Tuve que hacer un

poco de fuerza para poder separar mi boca del sofá, Tomas había echado mi

rostro contra este y casi no me deja hablar.

— ¿Qué pasa

Teresa? —me pregunto.

—Quita tu mano

para que pueda mirarte.

—Está bien —me

dijo mientras me quitaba su mano de la parte trasera de mi cabeza.

Cuando su mano

abandono ese lugar, finalmente pude girarme para poder mirarlos a los ojos,

pude ver que su miembro ya estaba por entrar, estaba muy cerca de mí.

Por poco no lo

hago a tiempo…

— ¿Qué es lo que

pasa Teresa? —parecía confundido al decirme esto último.

—Primero aleja

“eso” de mi trasero Tomas.

— ¿Por qué? ¿Qué

ocurre?

—Tomas, no vine

aquí para tener sexo contigo en tu sofá.

—Lo sé, pero creí

que tu…

—Y además Tomas

¿No recuerdas el contrato que firmamos?

—Sí, lo recuerdo

bien.

—Entonces sabes

que no podemos hacerlo por ahora, tienes que esperar.

— ¿Estás hablando

en serio?

—Si Tomas, muy en

serio.

—Pero Teresa.

—Tomas, tú fuiste

el que hizo ese acuerdo, no yo, yo solo lo estoy cumpliendo.

— ¿Y no se puede

hacer una excepción?

—Hasta donde leí,

tu no dejaste lugar para excepciones Tomas ¿Lo olvidaste? No puedo hacerlo,

tienes que esperar.

—Ese acuerdo fue

para mantener tu virginidad… pero tú ya no eres virgen aquí atrás ¿No podemos

al menos hacerlo por allí?

Ese tonto fetiche

que tienen estos 2… ¿Qué fue lo que les paso a ambos que no les gusta hacerlo

por delante? ¿Por qué solo por atrás? ¿Están traumados o qué?

—No Tomas,

recuerda que tu pusiste nada de sexo, ni por delante ni por atrás, tú fuiste el

que lo hizo, no yo, solo estoy cumpliendo con lo que me hiciste firmar.

—Teresa…

—Si quieres

hacerlo, espera hasta que se acabe el acuerdo, solo queda poco menos de 2

semanas Tomas, espérate hasta entonces, no vamos a hacerlo antes, ni por delante

ni por atrás.

— ¿Y me vas a

dejar así nada más? —me dijo Tomas mientras adelantaba su erección.

Me divirtió un

poco el que dijera eso en estos momentos.

—Debiste pensar

en eso cuando redactaste ese acuerdo Tomas, no dejaste espacio para tener

algunas flexibilidades, lidia con eso.

—No debiste

entonces “emocionarme” de ese modo Teresa, tú también tienes culpa de esto, y

me tienes que compensar, no vas a dejarme solo así nada más.

¿Qué fue lo que

dijo?

— ¿Qué dijiste

Tomas? —le pregunte.

—Te dije que me tienes

que compensar por esto Teresa.

— ¿Estás hablando

en serio?

—Muy en serio —después

de decirme esto último, Tomas se levantó y se sentó en el sofá.

Lo mire extrañada

unos momentos antes de levantarme y acomodarme en el sofá mientras me bajaba la

falda.

—Sera mejor que

no te la bajes Teresa.

— ¿Qué?

—Quítate la falda

—me dijo mientras nos mirábamos.

¿Quitármela? ¿No

le había dicho que no íbamos a tener sexo?

—Tomas, ya te

dije que no voy acostarme contigo aquí ¿No me escuchaste?

—Te escuche bien

Teresa.

— ¿Entonces para qué

quieres que me quite la falda que tengo?

—Solo hazlo, te

dije que me ibas a compensar por lo que hiciste.

— ¿Qué estas

planeando hacer?

Eso de

compensarlo me daba mucho que pensar ¿Para qué quería que me quitara la falda?

No podíamos tener sexo de ninguna forma, ni oral, ni por delante ni por atrás.

—Hazlo, y veras.

Me le quede

viendo unos momentos, pero al final decidí hacerle caso y ver que tenía en

mente, me levante del sofá y me quite la falda que había traído, la coloque en

el sofá a un lado de Tomas.

—Ya está.

—Ahora quítate la

pantaleta Teresa.

— ¿También eso?

—Sí, hazlo.

—Lo hago Teresa,

estoy esperando, empieza a mover tus nalgas ya —Tomas me apretó el trasero

mientras decía esto.

Mi cuerpo tembló

algo al sentir esto, tras unos segundos empecé a moverme como Tomas me dijo

mientras estaba sentada en sus piernas.

Mientras mis

nalgas empezaron a subir, pude sentir la erección de Tomas haciendo contacto

con toda esa zona de allí atrás, cuando termine de subir, empecé a bajar otra

vez, complete 1 ronda en un par de segundos.

—Bien Teresa,

ahora sigue, no voy a conformarme antes de llegar hasta el final, sigue

moviéndote.

Continúe como me

dijo… Tomas me dijo que apretara aún más el agarre de mis nalgas sobre su

erección, y eso hice, no me fue tan fácil moverme para poder hacer eso, pero de

algún modo lo logre.

Empecé a subir y

a bajar con mis nalgas con la erección de Tomas en medio de ambas, comencé

lento, pero mientras seguía, este último me dijo que aumentara el ritmo, y eso

hice, mis movimientos se hicieron más rápidos, su miembro empezó a ponerse

caliente y yo pude sentir su ardor allí atrás.

No creo que ni

Daisy tuviera experiencia haciendo algo como esto.

—Más rápido

Teresa, más rápido —me dijo Tomas, me dio una nalgada al decir esto.

Lo hice con fuerza,

solté un pequeño grito, de seguro me dejo la nalga roja.

Aumente el ritmo

como me dijo, mis movimientos empezaron a volverse más rápidos ya que Tomas me

decía a cada momento que le diera “mas”.

Me continuo dando

nalgadas de vez en cuando mientras estaba en eso, después de un rato me dijo

que me levantara de entre sus piernas y le hiciera lo mismo parada.

Le di un pequeño

insulto en mi mente al escuchar eso, pero me levante y continúe con mis

movimientos, hacerlo así no fue tan fácil como cuando estaba sentada.

Esto me hizo

recordar al “Twerk”…

— ¡Apretalo más

Teresa! —Tomas me dio otra nalgada al decir esto.

— ¡¿Qué más

apretado quieres que lo ponga?! —pensé, pero no le dije nada.

En su lugar trate de apretar aún más el

agarre, pero creo que ya no podía hacerlo más.

— ¡Mas fuerte!

—me dio otra nalgada con estas palabras.

Aumente la

intensidad, mis nalgas ardían por los golpes de Tomas y la zona entre ellas

también, los gemidos de Tomas llegaban a mis oídos… eso me gustaba por alguna

razón.

Tomas continuo

gimiendo, y en medio de eso dijo algo que no entendí bien debido a lo

concentrada que estaba, seguí con mis movimientos, antes de sentir como algo me

caía allí atrás.

Supe que era

cuando lo sentí, Tomas finalmente había llegado al clímax, me dio una última nalgada

cuando acabo con su miembro siendo apretado por mis nalgas.

Cuando finalmente

sentí eso, afloje el “agarre” y me eche hacia atrás y caí sobre las piernas de

este último, estaba cansada, si hubiera permanecido en las piernas de Tomas no

hubiera sido tan difícil, pero el bastardo me hizo levantarme y hacerlo

mientras estaba parada.

No creo que nadie

antes hubiera probado algo así, mis rodillas me dolían un poco, me gire para

ver a Tomas, él debía compensarme por esto.

No sería hoy, ya

no creo que tuviéramos más tiempo, Vincent solo me consiguió 1 hora nada más, y

más bien creo que estábamos rebasándola, o no sé bien, sea como sea ya no había

tiempo, pero después él tenía que ser reciproco conmigo, me iba asegurar de

ello.

No me importaba

esperar hasta el acuerdo terminara, una vez que este acabara iba a ser mi

turno.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO