PDV Teresa
Daisy y yo nos quedamos todo el día planeando como íbamos a hacer nuestra jugada, teníamos que hacerlo bien a la 1, tratar de hacerlo más veces iba a ser más difíciles y habría más riesgo.
Clara debía tomar los medicamentos, pero debía ser de un modo que no se diera cuenta, debíamos dárselos cuando estuviera comiendo, de esa forma no podría notarlo, Daisy y yo acordamos que tendríamos que hacerlo en hora de almuerzo, en un momento cuando Clara tuviera que comer.
Ya teníamos el momento, solo faltaba el cómo, pensamos varias alternativas, hasta que nos dimos cuenta de un hecho.
Clara hasta ahora, no conocía a Daisy…
Ellas 2 nunca se habían visto, podíamos usar eso.
Ya era de noche cuando habíamos afinado en gran parte los detalles de lo que íbamos a hacer el día de mañana, planeamos el momento, el lugar y el cómo.
Ahora solo faltaba ver si todo salía de acuerdo al plan.
—Oye Teresa, me di cuenta de algo.
— ¿Qué es?
— ¿Cómo vamos a atraer a Clara en horario de almuerzo para que vaya al lugar a donde nosotras queremos?
—Eso es lo más fácil de hacer Daisy.
— ¿En serio? ¿Por qué?
—Clara quiere sacarme de su vida y la de Tomas, hasta donde, ha estado poniendo a todos sus familiares y conocidos en su contra para hacerle presión, de seguro quiere burlarse de mí en mi cara por lograr todo eso… y puede que también quiera burlarse sobre cómo le envió el video de yo y Tomas a la madre de este y hacer que me viera como una cualquiera o algo parecido… será fácil hacer que se reúna conmigo.
—Llámale entonces a ver si acepta, dejamos eso de último, y ya es de noche, todo lo que planeamos para mañana se echaría a perder si ella no viene.
Al escuchar eso último, tome mi teléfono, y busque el número de Clara, lo tenía guardado desde esa vez que me llamo para ofrecerme ese trato y no lo había perdido.
Lo encontré y lo marque, el teléfono sonó unos momentos antes de que finalmente Clara respondiera.
—Hola, Teresa, ha pasado tiempo ¿Qué milagro ha sucedido que te ha provocado llamarme? —el tono de Clara era algo sarcástico.
—Quiero que nos veamos mañana.
— ¿Mañana? ¿Para qué?
—Necesitamos hablar, en persona.
— ¿Y de que podríamos hablar tu y yo? A pesar de compartir al mismo hombre por los momentos, no es que tengamos muchos temas de los cuales hablar ¿Verdad?
— ¿Qué te parece el tema sobre cómo le enviaste ese video de mí y Tomas a la madre de este y sobre como llenaste su casa de cámaras para espiarlo sin que se enterara?
—Ah ¿Te conto sobre las cámaras? Te tiene bastante confianza, debiste verlo cuando me grito por llenar su casa de cámaras para poder verlo… entre nosotras, aún hay un par de cámaras ocultas en su baño, puedo verlo en cualquier momento que yo desee.
Por su tono no sabía si lo que decía era verdad o no, Tomas dijo que hizo una limpieza a fondo… pero…
No importa, no te distraigas y concéntrate.
—Puedo enviarte unos cuantos videos que tengo guardados Teresita, ya sabes, para que puedas tener imágenes con las cuales satisfacerte en tu cama cuando estés sola.
—No es necesario, ¿Para qué voy a usar unos videos o fotos cuando lo tengo a él en persona para satisfacerme?
Clara se quedó en silencio al escuchar eso último.
— ¿Y entonces? ¿Vas a venir?
—… bien, vamos a ver que tienes que decir Teresita, nos vemos mañana entonces.
—Bien, nos veremos al mediodía, es en el mismo lugar donde nos encontramos la última vez.
—Bien Teresa, te veo allá, recuerda que como tú me invitas, tú pagaras mi almuerzo.
…
—Bien, bien, lo hare.
—Tranquila, un almuerzo común no va a dañar tus finanzas demasiado, nos vemos, tengo que dormir temprano, algunas personas tenemos que trabajar mañana y yo tengo mucho que hacer.
Clara me colgó el teléfono al decir eso último.
— ¿Y bien?
—Todo arreglado, nos veremos mañana al mediodía.
— ¿En serio? ¿Ah sí de fácil? ¿No sospecho nada?
— ¿Por qué va a sospechar algo Daisy? ¿Me ves pinta de ser alguien de la cual hay que tener cuidado?
—Teresa ¿Si sabes lo que estamos a punto de hacer?
—Sí, eso lo sé, eso lo sé, pero solo es algo de último momento, en general sería raro que alguien tuviera la guardia en alto conmigo.
—Bueno, eso es cierto, y más con esa cara de tonta inocente que tienes.
—… será mejor que me hables con más cuidado Daisy, mira lo que soy capaz de hacer cuando me provocan en extremo.
—Huy que miedo, estoy muy asustada Teresa jaja, que no se te olvide con quien estás hablando, yo fui la que te sugirió esto en primer lugar y te consiguió todo lo necesario, todavía te falta mucha calle para poder compararte conmigo Teresita.
—…
Daisy y yo continuamos afinando un par de cosas y luego de eso nos dormimos, mañana seria le gran día.
No pude dormir muy bien esa noche, me costó conciliar el sueño, había tomado la decisión pero seguía sin poder asimilar del todo que de verdad iba a hacer esto.
Daisy fue la primera en levantarse y me llamo, me levante con algo de sueño, no dormí bien, ambas nos alistamos y esperamos a que fueran las 10… al llegar la hora nos pusimos en marcha para poder ir con Clara, debíamos ir juntos pero después íbamos a tener que separarnos para que las cosas fueran de acuerdo a lo planeado.
Llegamos al lugar, nos sentamos y nos pusimos practicar como íbamos a hacer las cosas.
La tarea de Daisy era distraer a Clara mientras que la mía era colocar con la mayor velocidad posible los medicamentos en la comida o bebida de Clara, debía ser lo más rápida y cautelosa posible, no podía dejar rastros.
Todo esto sería más fácil si alguien me hubiera enseñado en el pasado a como ser carterista, pero ni modo.
Daisy fingió ser Clara, ordenamos comidas para poder practicar con ellas, el temblor que sentía al momento de colocar los medicamentos en la comida me hacía tirarlos, por suerte venimos con tiempo de sobra para poder practicar.
Costo un poco poder agarrar la técnica, tardamos más de 1 hora, ya eran más de las 11, pero finalmente lo logre, continúe practicando unos momentos más antes de que Daisy tuviera que irse, no debía estar cerca de aquí, tenía que desempeñar un papel y no podía provocar dudas sobre ella.
—Me odian ¿Cierto?
—Sí, y mucho, eres la que quiere romper nuestro hogar, Teresa, debiste acceder a mi oferta de irte cuando pudiste con todos los millones y el futuro que te ofrecí, ¿De verdad piensas que podrás durar a largo plazo con Tomas cuando todo su círculo íntimo te odia? Y en especial como contraste a mí me aman.
—Quizás.
— ¿Quizás?
—Sí, ¿Qué te dice que no pueden llegar a amarme a mí también?
—Créeme que yo me encargar de que eso no pase, y tampoco me será muy difícil, no con esos video de internet que hay sobre ti y con este video que yo tengo.
Al decir eso último, Daisy por fin llego al sitio donde estábamos, paso las puertas y camino hacia nosotras.
Finalmente llegó el momento.
Mire el plato de Clara y apreté los manos.
Daisy estaba vestida de forma formal, parecía una empleada de un buen lugar, cualquiera pensaría que trabajaba en una buena empresa.
— ¿Es la señorita Clara? —le pregunto Daisy a Clara, mientras llegaba junto con nosotras.
—Así es, ¿Quién eres tú?
—Soy una secretaria del señor Tomas, vine aquí por orden suya.
— ¿Una secretaria de Tomas? ¿De qué empresa? —la mirada de Clara podía notarse intensa.
—Soy de la empresa WD-40, la que está asociada con su grupo y con el grupo Saint, mi jefe me envió para poder decirle un par de cosas.
— ¿Por qué no vino él en persona?
—Está muy ocupado debido a su encuentro con su… padre y sus otros conocidos señorita, y me dijo varias otras razones por las cuales no quisiera hablar de este tipo de asuntos con usted… por eso me envió a mí.
—Ya veo, ¿No sabes cómo le va a Tomas con mi padre? ¿No sabes que han hecho hasta ahora?
—No señorita, no soy lo suficientemente cercana como para poder saber algo tan íntimo.
—Sí, era de esperarse, ¿Lo ves Teresa? ¿Vez el nivel de intimidad que hay entre nosotros? Mi familia ya se ha mezclado mucho con la familia de Tomas, ¿este último siquiera conoce a tus padres?
Hasta ahora si pudo conocer a 1.
—Señorita, ¿Podemos hablar un momento en privado? Será rápido y después podrá volver a su conversación con la señorita.
—Bien, vamos, que sea rápido.
Clara se levantó al decir eso ultimo y poco después camino junto con Daisy, desde luego caminando en la parte delantera, mientras estaban así, Daisy me miro rápidamente y me dio la señal con los ojos.
Daisy se encargó de que Clara estuviera de espaldas, por lo que no iba a poder verme.
Ya está, ya había llegado el momento, saque los medicamentos que Daisy me dio, gire mi mirada varias veces hacia esas 2 para asegurarme de que Clara no estuviera mirándome.
Mi mano temblaba como loca, había practicado mucho, pero seguía con el corazón en un puño, acerque mi mano al plato de comida de Clara, lance una leve maldición al no poder parar de temblar a pesar de que lo intente.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO