Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 17

—Bien, si eso

es lo que queries, entonces vamos, ¿Dónde es? —me pregunto Tomas.

—Sigueme —le digo,

mientras me giro y empiezo a caminar.

Cuando le dije

que me siguiera, creo que pude notar algo de disgusto en su rostro, pero segui

caminando sin pensar en ello.

Tomas me siguio

sin decir una palabra, ninguno de los dos hablo en el camino, eso me puso

incomoda, pero no hize nada para cambiar la situacion.

No tenia nada

que hablar con él… nada salvo lo que paso ayer, y eso era algo de lo cual no

queria hablar.

Los dos

llegamos pronto a la cafeteria de la cual hablaba, quedaba a dos calles de la

tienda en la cual trabajaba, ambos entramos juntos, las mujeres del lugar

rapidamente giraron sus miradas para ver a Tomas, ignorandome por completo a mi

quien estaba a su lado.

—Si quieren, se

los regalo —pienso en mi mente, mientras me siento en una mesa al azar.

Tomas quiso

sentarse a mi lado, pero rapidamente le hago señas con las manos para que no

haga esto, señalandole el asiento de enfrente.

Él frunce el

ceño, obviamente algo disgustado, pero aun asi va a sentarse frente a mi.

Una mesera

pronto nos atiende, ambos pedimos comida, yo pedi solo un almuerzo simple y

nada llamativo, Tomas pidio solo una hamburgesa y papas, la mesera al tener

nuestras ordenes se va, dejandonos solos.

Él se me quedo

observando fijamente, me pongo nerviosa, tenia una mirada penetrante.

—¿Qué es lo que

hace? —me pregunto en mi mente.

Él fui quien

insistio en venir a hablar conmigo, pero ahora se quedaba en silencio, ¿A que

jugara?

—¿Y bien? —le

digo, rompiendo el silencio entre nosotros.

—¿Y bien que?

—me responde.

—¿De que

quieres hablar? Me dijiste que querias hablar conmigo, no solo eso, incluso me

amenazaste.

—Perdon por

eso, pero necesitaba que vinieras conmigo —me dice, aunque no noto un tono de

disculpa en su voz.

—Olvida eso,

¿De que querias hablarme? —le pregunto.

—¿Por qué fuiste

al club en la noche de ayer? —me pregunta.

¿Qué clase de

pregunta es esa? Obviamente fue por dinero.

—¿Por qué me

preguntas eso? —le pregunto mientras lo miro.

—Curiosidad.

—Es una

pregunta tonta, ¿Por qué piensas que iria alli? Obviamente fue… por dinero —le

digo, susurrando en voz baja estas ultimas palabras.

—Lo se.

—¿Entonces por

que me lo preguntas?

—Solo queria

confirmarlo.

¿Acaso hizo esa

pregunta solo para humillarme?

Si, necesitaba

dinero, estaba desesperada por él, tanto que estaba dispuesta venderme a

desconocidos para obtener una gran cantidad en poco tiempo, acepto que hacer

esto no es algo moralmente aceptable, pero no era necesario que me hiciera

anunciar mis necesidades economicas.

—¿Te parece

gracioso? De seguro te divierte ver que una chica necesitada incluso esta

dispuesta a… venderse por dinero, ¿Te divierte mis problemas? —le pregunto,

mientras mi tono se vuelve un poco mas enojado.

—No, no me

divierte Teresa, ni tampoco lo encuentro gracioso —me dice Tomas.

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