PDV Teresa
Desde que Tomas se quedó en mi casa, habían pasado una semana aproximadamente desde ese entonces, en ese tiempo mi rutina diaria había sido ir a la universidad, después a mi casa, salir con Daisy o con Mía o quizás con Vincent… y también con Tomas.
Este último en especial, había estado bastante activo estos últimos días, de vez en cuando venía a la universidad a buscarme sin importarle lo que vieran mis compañeros, eso continuo avivando los chismes sobre mí.
Tampoco ayudo que Vincent también viniera de vez en cuando, recibí varias miradas algo resentidas de mis compañeras de universidad debido a eso… creo que ellas fueron las que continuaron avivando los chismes.
De todas formas ya no me importo mucho eso, ya me había acostumbrado en gran parte a los chismes y rumores que circulaban sobre mí, y de todas formas ya toda mi familia, incluyendo mi madre sabía todo, se sentía bien ya no tener que preocuparse por que alguien descubriera algo que tenía escondido.
Por fin se habían acabado más de 3 meses de mentiras… bueno, al menos en su mayor parte.
El día de hoy, fue a la universidad como siempre, me junte con Daisy después de salir de allí, me fui con Vincent y Mia, había continuado trabajando para él, y hoy fue uno de esos días en que tenía que ir a verlo por trabajo, Daisy me acompaño para pasar el rato.
Tras un corto tiempo, las 2 llegamos junto con los Saint, el sitio en el cual terminamos, fue poco común, era algo así como una empresa de aseo urbano.
Era la primera vez que venía una, ni idea de porque personas como Vincent y Mía estarían aquí, hasta donde podía haber visto en mi tiempo trabajando para él, los Saint no estaban muy involucrados en un sector como ese.
De todas maneras, al ver a Vincent y Mía, las 2 fuimos hacia ellas, estaban cerca de cierto lugar hablando con algunos hombres, Mía tenia puesto un pañuelo en la nariz y tenía una expresión desagradable.
Cuando nos acercamos más, tanto Daisy como yo, pudimos notar el por qué Mía estaba así, había un feo olor cercano, debió ser porque a este lugar se traía la parte de la basura de la ciudad.
Aguante el olor junto con Daisy, y llegamos junto con los Saint.
—Teresa, por fin llegaste —me dijo Vincent al llegar.
—Perdón, Daisy no hallaba como pasar el tráfico.
—Teresa, vamos a quedarnos aquí un tiempo, ¿Te quedaras hasta el final o vas a evitarme cómo has estado haciendo estos días?—me dijo Vincent.
Me dio algo de pena cuando escuche eso de Vincent, en los últimos días había estado evitándolo en cierta manera, después de que lo hice con Tomas por allí atrás, no pude caminar bien y normal al principio y me dio miedo de que Vincent se enterara de había tenido sexo por ese lugar.
Decidí que fue lo mejor evitarlo hasta que pasara todo, incluso las pocas veces que lo vi estos días, me asegure de que solo lo hiciera mientras estaba sentada, no quería caminar estando junto con él.
No ayudo que Tomas quisiera seguir teniendo sexo por esa zona, por suerte la sensación se me había pasado.
—Me quedare con ambos hasta que se vayan Vincent, si es por trabajo soy responsable.
—En estos días, te busque por trabajo y siempre me dabas excusas para no ir conmigo, ni siquiera te gustaba pararte de donde estabas sentada para venir a caminar junto conmigo ¿Es que acaso te dolían las piernas?
No, eso no…
—Ya, eso fue por que tenía asuntos pendientes, ya estoy aquí Vincent, eso es lo importante, ¿Y bien? ¿Qué vamos a hacer aquí? —le pregunte para cambiar el tema.
—Estamos hablando de cierta compra que vamos a hacer Teresa —me dijo Mía.
— ¿Compra?
—Sí, hemos estado adquiriendo varias empresas de aseo urbano de la ciudad, esta es otra de las que vamos a adquirir —Mía señalo hacia el edificio detrás de nosotros.
—¿Por qué quieren comprar un lugar como este? No parece ser de su estilo un lugar así —intervino Daisy.
—Lo sé, pero nuestro padre quiere expandirse a más áreas de las que ya está involucrado, ha estado adquiriendo numerosas empresas hasta ahora que ofrecen servicios públicos y demás, no podemos hacer nada.
—Ya veo, ¿Y qué voy a hacer yo aquí? —le pregunto a los Saint.
—Te dije que tu trabajo es facilitarme a mí el mío Teresa, voy a darte los contratos de todas las empresas que hemos estado adquiriendo y tú te encargaras de la compra.
— ¿Me vas a dar todas?
—Si.
— ¿Y esperas que me encargue yo sola de todo eso?
—Recuerda que te dije que me iba a vengar Teresa, mi venganza sigue en pie.
—Vincent…
—No vas a tener que hacerlo todo sola Teresa, yo te ayudare —me dijo Mía.
—Qué bueno.
—Estas empresas de aseo urbano fueron asignadas a mi sector Teresa, ya eh ayudado en la adquisición de varias, te aconsejare en todo lo que necesites —me dijo Mía.
—Gracias Mía, tu si eres buena… no como otros…
— ¿Qué significa eso Teresa? ¿Me estas señalando a mí?
—No, claro que no.
—Bien, entremos todos juntos, debemos proceder con esto, después te daremos los contratos Teresa para que los vayas revisando —dijo Mía, quien se giró para hablar con los hombres cercanos.
Después de eso, todos entramos al edificio detrás de nosotros no era muy grande, los pasillos estaban muy limpios a pesar del mal olor.
En el camino, le pregunte a Vincent que había sido de su vida, en especial le pregunte el asunto con respecto a su madre, con todas las cosas que pasaron entre nosotros este tiempo, no había tenido tiempo de darle seguimiento a ese asunto.
Las respuestas que me dio Vincent me decepcionaron un poco.
—No eh sabido de ella en un tiempo Teresa.
— ¿Qué fue lo que paso? Lo último que dijiste de ella es que todo marchaba más o menos bien ¿Verdad?
—Pues algo así, al menos podíamos mantener una conversación, pero de la nada simplemente se fue, le envié unos mensajes al principio, pero ella no es nadie como para que le ruegue, solo le envié 2 mensajes antes de dejar de prestarle atención.
— ¿Hace cuánto fue eso Vincent?
—Ni idea Teresa, fue hace un tiempo, ni idea de por qué se desapareció.
Unos instantes después de que Vincent dijo eso, pude ver que Mía tropezó ligeramente, fue solo un ligero tropiezo y en un instante se reincorporo, siguió caminando normal después.
Seguí hablando con Vincent con respecto al asunto de su madre, sentí algo de arrepentimiento, si las cosas hubieran sido diferentes, y yo hubiera estado más pendiente de esa situación, hubiera quizás podido hacer algo para que no perdieran el contacto de nuevo.
El grupo llego a la oficina, y allí Vincent se puso a hablar con los que parecían ser los dueños del lugar, establecían los detalles de la compra, mientras esperábamos, Daisy y yo hablamos con Mía, me interesaba saber algo que solo ella podía decirme.
—Clara ha seguido con la misma actitud estos últimos días Teresa, no ha variado mucho —me dijo Mía, mientras estaba sentada junto conmigo y Daisy.
— ¿Cómo así Mía?
—Desde que perdió al bebe… bueno, desde que alguien hizo que perdiera la bebe, ha estado muy paranoica.
— ¿Puedes ser más especifica?
—Ahora le da como miedo cualquier cosa que consuma, hace revisar toda cosa que ingiera y se la pasa siendo muy precavida, ha estado causando varias molestias, pero la eh aguantado teniendo en cuenta su situación.
—Ya veo… ¿No ha mencionado mi nombre?
— ¿Tu nombre?
Tomas se giro para verme al decir eso.
—No voy a tener sexo en un auto en movimiento Tomas… es muy riesgoso.
—Lo entiendo, pero al menos compénsame de alguna manera Teresa.
— ¿Compensarte? ¿Cómo?
Después de decir eso, Tomas me separo su mano de mí y poco después la guio hacia su entrepierna, en un instante, se había bajado el cierre y su miembro quedo al descubierto ante mi.
—¿Por qué te sacas eso? —le pregunte mientras involuntariamente le echaba una mirada allí abajo.
—Te dije que al menos debías compensarme Teresa, vamos, esta semana solo lo hemos hecho 1 sola vez mas después de lo de tu casa, y encima de eso, esa única vez fue interrumpida por las llamadas de tu mama… no fue suficiente, vamos, debes ayudarme a “ventilar” un poco lo que tengo guardado.
La última vez que lo habíamos hecho, fue cuando Tomas me saco de la universidad y me llevo a un hotel, mi madre se enteró por Daisy que me había ido y no paro de llamarme para saber de mí, fue muy mala la ocasión por eso…
Me quede viendo la erección de Tomas unos momentos, al final me decidí y empecé a bajar en su dirección.
Unos instantes después, me lleve su miembro a mi boca y empecé con lo mío, su miembro olía bien, pero se notaba cierto olor a hombre no sé por qué, de todas formas empece a moverme mientras Tomas seguía conduciendo.
Este empezó a dar varios gemidos mientras mi boca subía y bajaba de su miembro, en este tiempo había visto varios videos con chicas que enseñaban técnicas para dar sexo oral… las puse en práctica ahora.
Tomas continuo gimiendo, eso me gusto, eso me motivo a hacerlo con mas empeño, mientras estaba en eso, Tomas guio una de sus manos a mi hacia mi zona de atrás, sus dedos pronto empezaron a tocarme cerca de mi zona intima.
Lo hacía a través de mi pantalón, pero aun así se empezó a sentir bien, no paso mucho antes de que empezara a humedecerme allí abajo.
—Solo un poco más Teresa —me dijo Tomas.
Continúe con lo mío, use mi lengua para darle mas sensaciones, y al final, Tomas solto su semilla en mi el interior de mi boca.
No estaba lista para eso, por lo que termine por tragármelo.
Levante un poco mi rostro y le eche una mirada a Tomas, su mano seguía allí atrás haciendo de las suyas.
—Parece que tu ya estas de humor también Teresa… ¿De verdad no quieres seguir hasta el final? —me pregunto.
—Tomas, ya te dije que no quiero hacerlo en un auto en movimiento.
—No te preocupes por eso… ya llegamos.
Al escucharlo, me levante, y vi a través de los espejos que ya habíamos llegado a la tienda y estamos estacionados justo como Tomas dijo.
—¿Y bien? ¿Qué excusa vas a poner ahora Teresa? —me pregunto.
—Mmmm, podrían quizás vernos los que pasen cerca del auto.
—No, mis espejos son especiales, las personas de afuera no podrán ver nada que hagamos aquí dentro.
—¿En serio?
—Si, nadie podrá ver nada… dime ¿Quieres llegar hasta el final?
Me quede pensativa unos momentos, después guie mis manos hacia mi pantalón, y me lo empece a bajar.
Me lo quite con bastante rapidez, pude sentir la humedad en mis pantaletas, algunos transeúntes pasaron cerca y eso me dio nervios, pero parece que no podían ver nada justo como Tomas dijo.
—Vamos Teresa, súbete, no me hagas esperar más.
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