PDV Teresa
Mi cuerpo seguía temblando mientras esperaba que la erección de Tomas entrara en mi culo, podía sentir mi corazón palpitando a través de mi pecho sin ninguna clase de control.
Empecé a sentir como Tomas empezaba a meter su miembro allí atrás, estaba abriendo mis nalgas con sus 2 manos, parece que lo estaba haciendo lento, pude sentir la punta entrando en mi interior.
Cuando esto paso, empecé a sentir un dolor pequeño allí atrás, lance unos gemidos involuntarios.
—Más despacio Tomas, más despacio —le dije nerviosa a este último.
—Cálmate Teresa, recuerda, si no te relajas, tu cuerpo no estará flexible y las cosas serán peores allí abajo… tienes que relajarte.
— ¡¿Quieres dejar de decir “relájate?! Ya estoy cansada de esa palabra.
—Bien, como tú digas Teresa, pero será mejor que no pongas tan tenso tu cuerpo, incluso eh lubricado todo mi pene para que pueda entrar más fácilmente, pero si estas tan tensa, entonces no servirá de nada… voy a continuar.
Después de decir eso último, Tomas empezó a volver a meterlo, pude sentirlo entrar, creo que la punta ya había entrado del todo, pero justo cuando estaba asimilándolo, sentí como Tomas me metía al menos la mitad de su miembro por allí atrás.
Sentí el dolor proveniente de mi culo, y di un grito.
— ¡¿Qué haces?! ¡¿Por qué me la metiste toda de esa forma?! ¡Dijiste que lo harías despacio! —le grite a Tomas mientras giraba mi rostro para verlo.
Este último se acercó lentamente a mí mientras su miembro seguía causándome dificultades allí atrás.
—Te lo dije para que no pudieras preverlo Teresa.
— ¿Qué?
—Estas poniéndote muy tensa, de esa forma tu culo no se va a relajar nunca, era mejor meterlo de esta forma, ya sabes, hay quienes dicen que para aprender a caminar primero hay que correr, usare el mismo principio de darte la experiencia más dura desde el principio.
—No, estas siendo muy desconsiderado, me dolió que la metieras así de golpe, eso de darme una experiencia así de golpe es una tontería… ya no vas a salirte con la tuya.
Después de decir eso, empecé a mover mis manos, trate de quitarme el amarre de Tomas, lo que hizo fue desconsiderado y ahora lo iba a castigar por eso.
No iba a dejarle cumplir ni gozar de ese fetiche que tenía con mis nalgas, no después de eso, que llore él después.
— ¿Qué haces? —me pregunto Tomas.
— ¿Qué crees tú? Me voy a soltar, vete a meter tu pene en tu propio trasero, fuiste muy desconsiderado conmigo —le dije a Tomas mientras continuaba tratando de quitarle el amarre.
Sin embargo a pesar de que lo intente varias veces, no pude hacer nada, el amarre era bueno y no había forma de poder quitarme las cuerdas por mí misma.
Al final si quería salir de ese amarre, iba a tener que recurrir a Tomas, me dio vergüenza en solo pensarlo.
A pesar de eso, hice a un lado todo y me gire hacia él.
—Desátame.
— ¿Qué te desate?
—Sí, no puedo hacerlo yo, vamos, hazlo.
Tomas se me quedo mirando unos momentos, antes de darme una pequeña sonrisa, luego se acercó a mí.
—No —me dijo, en cuanto nuestros rostros estuvieron muy cerca.
— ¿Qué? ¿Qué dijiste?
—No te voy a desamarrar Teresa, te dije que tus nalgas iban a ser mías esta noche, y no pienso retractarme de eso ahora que llegamos a este punto.
Tengo un mal presentimiento de esto.
— ¿Qué estás diciendo? Vamos, desátame Tomas.
—No, hazlo tú si quieres Teresa.
—Tomas…
—Mientras tanto, yo voy a seguir con lo mío aquí.
Pude sentir como Tomas volvía a empujar para meter el resto de su miembro en mi interior.
Lance unos gemidos mientras sentía esto.
—Espera, te dejare hacerlo por delante, deja esto para otra ocasión —le dije mientras me sacudía un poco.
—No, te dije que voy a hacer esto hasta el final Teresa, no hay vuelta atrás, no te acobardes ahora.
—Al menos esta ves si cumple con tu promesa de hacerlo despacio, por lo menos haz eso.
—De acuerdo Teresa, eso hare.
Tomas mantuvo su rostro cerca del mío mientras continuaba entrando en mi interior, lance varios gemidos mientras lo sentía entrar allí atrás.
De la nada, Tomas me beso, fue un beso bastante profundo, y coincidió justo en el momento en que termino de meterme con todas sus fuerzas el resto de su miembro en mi interior.
Pude sentir como su cintura chocaba contra mis nalgas, termine por gritar, pero mi grito fue ahogado por el beso de Tomas, así duramos hasta que por fin ya no salió nada mas de mi boca.
Cuando nuestros labios se separaron, me quede viendo a Tomas con frustración, debió ser más suave en ese último momento… el muy idiota.
—No me mires así Teresa, voy a continuar justo ahora, relaja tus nalgas y no sigas pensando en nada, voy a comenzar.
Tomas no inicio de inmediato, sino que dejo su erección en el interior de mi culo por un tiempo, quizás para que me fuera acostumbrando a su presencia allí atrás y no hubiera problema después.
—Aquí voy.
Después de decir eso último, Tomas empezó a mover sus caderas, inicio lento, pero aun así sentía dolor con cada embestida que me hacía, pude verlo respirar de cierta manera que me dio ciertos pensamientos.
Parece que empezaba a excitarse por completo, y con ese cambio en su respiración, vinieron embestidas cada vez más rápidas con más fuerza y menos tiempo de dejarme preparar.
Mis gemidos llenaron mi habitación, acompañado de leves gritos, Tomas cada vez más se volvía más rudo, y empezaba a usar cada vez más fuerza en sus embestidas.
Termino por colocarse justo encima de mí, su pecho estaba contra mi espalda, mientras me embestía con su miembro, de vez en cuando me daba nalgadas con cierta fuerza, ya debían estar rojas.
Al igual que la primera vez que lo hicimos, el sexo anal dolió, en especial al principio donde más que todo grite, pero mientras más lo hacíamos, más me acostumbraba.
El dolor empezó lentamente a disminuir conforme Tomas lo hacía con cada vez más fuerza.
Sentía que me podía romper por completo con cada penetrada que me hacia allí atrás, era un sentimiento muy intenso.
Por suerte para mí, un sentimiento de placer también me termino por invadir mientras Tomas seguía con lo suyo, ese sentimiento se mezcló con el dolor, e hicieron una combinación entre sí.
Tomas continúo besando con intensidad y en oportunidades me giro parcialmente la parte de arriba para poder tocar, lamer y morder mis pechos, está muy sensible en esa zona por todo lo que hacíamos en estos momentos.
Tuve el impulso de morder a Tomas, pero no pude hacerlo bien debido a mis ataduras, pero de todas formas aproveche cada momento para poder morderle los labios en cada oportunidad que tenía, eso me hacía sentir muy bien por alguna razón y me excitaba mucho.
Mientras seguíamos con lo nuestro, Tomas se terminó por detenerse, fue abrupto y me tomo por sorpresa, lo mire a los ojos para saber por qué hizo esto, pero él no me dijo nada y en su lugar se movió para quitarme las ataduras en mis piernas, tras un corto tiempo, me libero.
Ahora tenía mis piernas libres, pero no pude usarlas mucho tiempo ya que Tomas se movió, uso sus manos y dentro de poco me cambio de posición.
Ahora él estaba acostado en la cama y yo encima de él, era la posición de la vaquera pero a la inversa.
—Entiendo.
Tomas me levanto de sus piernas y poco después me ayudo a levantarme, mientras piernas estaban algo adormecidas y necesite su ayuda para poder llegar a la cocina, camine de forma rara debido a lo que Tomas me hizo allí atrás.
Decidí que mañana no iba a ir a la universidad… todos mis compañeros se darían cuenta de lo que hice anoche si me veían caminar así, si se daban cuenta, me molestarían aún más, y lo menos que me faltaba ahora era el acoso que sufría en la universidad.
Llegamos a la cocina, poco después tome un par de cosas y empecé a cocinar algo para mí y para Tomas, solo fue algo simple nada más, ya era muy tarde para hacer algo más complicado.
Mientras estaba en eso de cocinar, me embarre un par de veces, fui a ponerme el delantal que usaba mi madre para evitar esto y volví con lo mío.
Mientras seguía cocinando, sentí a Tomas abrazarme por detrás.
Pude sentir su erección golpeándome.
—¿Qué haces?
—Verte en ese delantal me provoco bastante… voy aprovechar.
Tomas levanto una de mis piernas al decir eso último.
—Estoy cocinando Tomas, espera un poco.
—No es necesario, continua Teresa, yo estaré aquí atrás.
—… no tienes remedio.
—No, ¿Por qué crees que vine a tu quedarme en tu casa?
—¿No fue para poder ganarte la confianza de mi madre?
—En parte, pero también fue por que planeaba tener sexo contigo por toda tu casa.
—¿Qué?
—Vamos, ¿En serio pensaste que drogue a tu familia solo para conformarme con lo que hicimos en tu cama? La noche esta por empezar Teresa.
—…
Al final tuve que terminar de cocinar mientras tenía una pierna levantada y con Tomas embistiéndome con su miembro desde atrás, no fue fácil pero lo logre.
Tomas cumplió con su palabra, y después de comer mientras estaba encima de sus piernas, pasamos gran parte de la noche moviéndonos de lugar en lugar en la sala de mi casa.
Fue una maratón intensa lo que paso esa noche, por suerte estaba en forma y pude aguantar.
Después de terminar finalmente de profanar toda mi casa con la cual vivía con mi familia, tuve que limpiar un poco las zonas que terminaron manchadas, Tomas me ayudo, y fue solo después de eso que por fin nos fuimos a dormir cada quien en su respectivo cuarto.
No pude dormir mucho, mi mama me despertó para poder ir a la universidad.
Desayune con mi familia en la misma mesa en la cual Tomas me había cogido la noche anterior, no pude evitar sentirme incomoda debido a eso.
Después de terminar de desayunar, Tomas se fue de mi casa, se despidió de toda mi familia y mi madre se despidió de él con una ligera sonrisa.
Si tan solo supiera que anoche la había drogado y había estado teniendo sexo con su única hija por toda su casa incluyendo la mesa en la cual comía… ¿Qué clase de expresión haría?
Después de que Tomas se fuera, le invente una excusa a mi mama para no ir a la universidad, ella no pregunto mucho y me dejo ir a mi cuarto sin preguntar nada, ella salió a atender el restaurante mientras mi hermano iba a la universidad.
Me acosté en mi cama, sentí el cuerpo muy cansado por todo lo que paso anoche, aunque aún así sonreí satisfecha.
Todo está saliendo muy bien.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO