PDV Teresa
—Ya voy… no me apresures tanto —le dije a Tomas, me quite mi camisa antes de levantarme de mi asiento e ir con él.
Me costó un poco pasar las cosas de en medio para poder llegar a donde estaba, pero solo segundos después ya estaba encima de las piernas de Tomas.
—Date la vuelta Teresa —me dijo al llegar.
— ¿Cómo? Por favor, no me digas que quieres darme… por atrás mientras estámos aquí, eso sería muy incómodo Tomas.
Si me ponía en esa posición, quien sabe si podía terminar chocando mi pecho con el volante del auto… ¿Qué pasaría si activo las bolsas de aire? No sabía bajo qué condiciones se activaban estas, pero había visto en las películas que eran muy sensibles.
—No Teresa, no me refiero a eso.
— ¿Ah no? ¿Entonces a que te refieres?
—Me refiere que te pongas de cabeza.
— ¿De cabeza?
—Sí, vamos, quiero que lleves tus piernas a mi cuello y quiero que lleves tu boca a mis piernas Teresa.
Después de que Tomas dijo eso, me costó solo unos momentos saber a qué se refería exactamente.
Después de entender, procedí a lo que me dijo, voltee mi cuerpo, mi boca y mi rostro volvieron a quedar justo en frente de la erección de Tomas, mientras que mis piernas ahora rodeaban su cuello… y mi zona intima estaba justo en frente de él…
— ¿Así está bien? —le pregunte con algo de pena.
No podía evitar mirar al espejo del auto que estaba enfrente nuestro… sentía como si mi trasero pudiera ser observado por todos los transeúntes que pasaban por la calle… era un sentimiento intenso.
Tomas me aseguro que no podían ver nada… pero no evitaba que me diera nervios.
—Sí, así está bien Teresa… ya no tienes que hacer nada.
Uno segundos después, pude sentir el rostro de Tomas rozando mi zona íntima allí arriba, lance un gemido, pronto su lengua empezó a moverse de varias maneras.
Una de las cosas que más me gustaba de Tomas era precisamente su lengua, sabía moverse muy bien con ella cuando era necesario.
Mis gemidos llenaron el auto, los contuve un poco debido a que todavía me sentía algo presionada por los transeúntes, aunque a medida que pasaba el tiempo, me era cada vez más difícil el contenerlos.
Mientras estaba en esa situación, termine enfocándome en la erección de Tomas, la cual estaba justo frente a mí, la mire unos momentos, antes de llevarla a mi boca otra vez.
Tomas estaba haciendo su parte allí arriba, por lo que yo debía ser recíproca y hacer lo mismo.
Pude sentirlo temblar por 1 instante cuando me coloque su miembro en mi boca de nuevo, pero después volvió a la normalidad.
Tomas siguió con lo suyo allí arriba y yo con lo mío aquí abajo, su miembro palpitaba mientras continuaba llevándomelo a la boca.
Este raro 69 se estaba sintiendo bastante bien, aunque seguía algo tensa por las personas que pasaban cerca, no podía evitar pensar que me observaban.
Después de un pequeño tiempo, una sensación empezó a recorrer mi cuerpo, empezó de forma lenta, pero después a ser más y más fuerte.
Finalmente esa sensación llego hacia mi zona íntima y se liberó, termine rociándole el rostro a Tomas, cuando llegue al clímax, la sensación que sentí fue fuerte y termine dándole una leve mordida la miembro de Tomas mientras todavía lo tenía en el interior de mi boca.
Pude escuchar a este último dar un leve grito de dolor debido a eso.
Después de que terminara de correr y rociar el rostro de Tomas, saque su miembro del interior de mi boca y trate de alzar la mirada para poder verlo.
Estaba algo morada por la pena, incluso manche su ropa ¿Ahora cómo iba a salir para hacer las compras?
Antes de poder mirarlo, sus manos se movieron y me cambiaron de posición, para cuando me di cuenta, yo ahora estaba de nuevo sentada en sus piernas.
Nuestras miradas estaban fijas sobre el otro, el rostro de Tomas estaba manchado justo como pensaba, su cabello estaba visiblemente mojado, y la zona de su camisa en la parte de arriba, también estaba manchada.´
Volví a ponerme roja por la pena, trate de hablar, pero nada salió al principio.
—P-perdón por eso… debí decirte que te apartaras —le dije finalmente.
—No importa.
Justo al terminar eso, pude sentir el miembro de Tomas golpear mi zona intima, temblé un poco hasta que por fin me penetro con él.
Gemí cuando esto pasó.
—Vamos Teresa, empieza a moverte.
Le hice caso a lo que me dijo, y empecé a subir y a bajar mientras su miembro seguía en mi interior.
Junte mis manos con las suyas mientras seguía moviéndome encima de él, mientras más me movía, menos pude mantener estable, al final caí sobre el pecho de Tomas.
Este último separo sus manos de las mías y me agarro fuertemente las nalgas, pude sentir como me clavaba sus dedos allí, después de eso, empezó a moverse y a embestirme.
El ritmo con el cual lo hacía, era mucho más rápido e intenso que el mío.
—Mira hacia allí Teresa —me dijo Tomas mientras señalaba con sus ojos hacia delante.
Por puro instinto le hice caso y gire mi mirada para ver lo que me señalaba.
Al terminar de hacerlo, pude ver a varias personas reunidas justo enfrente del auto donde estabas.
Eso casi me hizo saltar…
Todos ellos estaban muy cerca y de vez en cuando miraban en nuestra dirección, mi cuerpo se tensó al pensar que podrían verme en este estado.
— ¿Qué pasa Teresa? Puedo sentir que me estas apretando más allí abajo… ¿Estas nerviosa?
—Ellos… ellos no pueden vernos ¿Cierto?
—No Teresa… ya te lo dije, no pueden ver nada, incluso si hago esto, no podrán vernos a ninguno.
Tomas su sus manos y me movió, cambio mi posición y ahora estaba con mi trasero en dirección hacia él, me había girado por completo.
Después de hacer eso, Tomas me agarro las piernas con sus manos, muy cerca de mi zona intima… y luego las abrió por completo.
Ahora estaba totalmente expuesta mientras los ojos de unos desconocidos de vez en cuando miraban en mi dirección… sentían que en cualquier momento me iba a dar algo por esto…
— ¡Tomas! ¡Cambia mi posición! ¡Cámbiala ahora! ¡Regresa a como estábamos antes! —le grite con pánico mientras temblaba en todas partes.
Me sentía muy vulnerable ahora.
—Cálmate Teresa… te dije que no pueden ver nada de lo que pasa aquí, puedes estar segura de que digo la verdad.
Tomas al terminar de decir eso, volvió a embestirme con su miembro.
Me tense bastante, y más cuando continuo haciendo de las suyas allí mientras las personas que salían de la tienda pasaban cerca del auto.
—Estas apretando mucho más de lo normal Teresa, ¿Quieres que hagamos esto más seguido? —Tomas acerco su rostro al mío al decir eso último.
— ¡No!
—No era necesario decirlo así.
— ¿Preguntas el por qué? Eres mi novia Teresa, y será un buen momento para presentarte a mi familia como tal y que puedas relacionarte con ellos, es un buen momento.
Me dio un leve tembló cuando escuche eso último.
A mi mente llego lo bien que me lleve con la madre de Tomas en nuestro último encuentro… no sentía muchas ganas de repetir lo mismo de nuevo.
— ¿En serio debo ir? —le pregunte con cierta esperanza.
— ¿No quieres ir Teresa? ¿No quieres ver a mi familia?
—No es eso… es solo que tu madre y yo no nos llevamos muy bien la última vez, y puede que sea lo mismo con el resto de tu familia… creo que es muy pronto aun.
—Teresa, es mejor hacer las cosas de una vez en lugar de posponerlas de forma innecesaria, tarde o temprano vas a tener que verlos y es mejor que lo hagas en un ambiente agradable.
—Bueno… en ese tienes razón.
También estaba el hecho de que sería una reunión de los Saint, Vincent y Mía estarían allí… si las cosas se ponían incomodas, podría usarlos a ambos como excusas para irme y no tener momentos incomodos con la familia de Tomas.
Ese escenario sería mejor en comparación a verlo a solas en un lugar donde no tuviera una razón para escaparme si las cosas marchaban mal.
— ¿Vas a ir entonces Teresa?
—Si… iré, ¿Cuándo va a ser la reunión?
—Mañana en la noche, pasare por ti.
—Bien, ¿Puedo llevar a alguien?
—Teresa, tu eres la invitada de un invitado… ¿En serio piensas que puedes llevar a alguien más?
—Sí, perdón por la pregunta tonta.
Hubiera querido llevar a Daisy conmigo, mientras contara con más personas, mejor sería para mí.
Tomas y yo llegamos al restaurante que administraba mi hermano, este último junto con mi madre nos ayudó a sacar las cosas y llevarlas adentro, dentro de poco íbamos a celebrar el que el restaurante haya estado funcionando de forma bastante rentable hasta ahora.
Después de eso pase el día con Tomas y este me dio un vestido para poder usar el día de mañana, cuando regrese a mi casa, hable con Daisy, esta última empezó a quejarse conmigo por la forma en la cual la abandone por Tomas, también me hizo que le contara lo que habíamos hecho después de que nos separamos.
— ¿En serio lo hicieron allí adentro Teresa?
—Sí, el tonto de Tomas no se aguantó y me cogió mientras estábamos dentro del auto.
—Se nota que te eh enseñado bien hasta ahora.
—Tú no me has enseñado nada.
— ¿Eso crees? De no ser por mí, ni siquiera sabrías que los miembros de los hombres se introducen en la zona de abajo.
—…
Pase la noche en vela pensando cómo iba a hablar con la familia de Tomas, no sé cómo iba a ver su madre de nuevo.
A la mañana siguiente, llame a Mía, ella debía conocer a la familia de Tomas y debía saber cómo llevarse bien con ellos… debía poder aconsejarme.
—No te preocupes por eso Teresa, solo se tu misma y trátalos como lo harías con cualquier otra persona, haz eso y todo saldrá bien.
— ¿Solo eso me dirás?
—No necesitas nada más Teresa… lleva tu mejor vestido, habrá cámaras grabando el evento para su transmisión... te veo esta noche.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO