Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 20

PDV Teresa

—Hola Daisy —es

lo primero que le digo Daisy despues de contestar mi telefono.

—¡Teresa!

¡Tengo buenas noticias! —me dice Daisy, obviamente esta muy emocionada.

Puedo suponer

cuales son las buenas noticias a las cuales se refiere.

—¿Cuáles son

Daisy? —le pregunto.

—Tuve que

ponerme practicamente de rodillas ante mis jefes, pero despues de mucho rogar,

pude convencerlos de dejarte vender tu virginidad en el club otra vez ¡¿No es

maravilloso?! —me dice Daisy, con su voz cargada de emocion.

—Ya veo,

ciertamente lo es Daisy.

—¿Qué pasa

Teresa? ¿Por qué no estas emocionada? —me pregunta Daisy, quien se habia dado

cuenta de que algo estaba mal por mi tono de voz.

—No, si lo

estoy Daisy, estoy que brinco de alegria

—¿En serio?

¿Entonces por que siento que algo esta mal —me dice Daisy.

Esta amiga mia

a veces parecia que tuviera un sexto sentido en ella.

—Pues… hay algo

que debo comentarte Daisy —le digo, mientras mi voz empieza a llenarse de pena.

—¡No! —me grita

Daisy a traves del telefono.

—¿No? —murmuro,

incapaz de entender por que Daisy grito.

—¡No me digas

que te vas a echar para atrás Teresa! —me grita Daisy.

—Pues… —murmuro

apenada.

—¡Teresa! —me

grita Daisy.

—¡Perdon,

perdon, perdon! ¡No voy a poder ir al club esta noche! —le digo a mi amiga.

—¡¿Por qué no?!

—me grita Daisy.

—Pues…

surgieron algunos asuntos Daisy, no puedo contartelos aun, te contare todo

despues.

—¡¿Tienes idea

de lo que tuve que hacer para que los del club te aceptaran?!

—Me lo imagino,

pero de verdad no puedo, hoy no, yo, ¡Te prometo que ire despues! —le digo a

Daisy, en un intento de calmarla.

Cuando Tomas

escucha mis palabras, me mira y alza una ceja.

Me pongo

nerviosa, no se a quien de los dos complacer.

—¿Cuándo sera

ese “despues” Teresa? —me pregunta Daisy.

—Pronto Daisy,

hay primero unos asuntos que tengo que atender.

—¿Cuáles

asuntos?

—No puedo

discutir eso aquí Daisy, te lo contare todo mas tarde, te lo prometo.

—Mas te vale,

no pienso retirarme despues de todo lo que tuve que pasar para poder

conseguirte tu lugar en el club.

—Perdon por

eso.

—¡Mas te vale

que tu excusa sea buena! —me grita Daisy.

—¡Lo es, lo es!

¡Cuando me escuches entenderas todo!

—¡Mas te vale!

—me grita Daisy, antes de colgar el telefono.

—Dios mio

—suspiro, mientras pienso en que voy a decirle a Daisy.

Se habia

esforzado por conseguirme otro lugar en el club, pero ahora yo le estaba

diciendo que no iba a poder tomarlo… me dio mucha pena con mi amiga.

—¿Hay algun

problema? —me pregunta Tomas.

No se por que….

Pero pareciera que él pudo escuchar toda nuestra convervacion.

—No sabes por

lo que me has hecho pasar —le digo.

—Estoy seguro

esto, lo aparte de inmediato, lo cual lo dejo sorprendido una vez mas.

—¿Qué pasa? —me

pregunto Tomas.

—Deja de

agarrarme alli abajo —le digo mientras hago un puchero.

—¿Pero no

habiamos acordado que serias mi novia? —me pregunto Tomas.

—Acordamos que

seria tu novia de alquiler, no tu novia, y aun no firmamos el contrato ¿Lo

olvidaste?

—Desde luego

que no lo olvide.

—Bien, hasta

que no lo firmemos, no podras actuar como si fuesemos novios, ¿De acuerdo?

—Esta bien,

esta bien, lo que tú digas, vamos a tu trabajo, te acompañare.

—No es

necesario, puedo ir yo sola.

—Estas poniendo

a prueba mi paciencia ¿Lo sabias? ¿Por qué no puedo acompañarte de regreso a la

tienda?

—¿Por qué

tienes que acompañarme en primer lugar? No soy una niña, de seguro tienes

muchas ocupaciones que hacer, ve a realizarlas, no quiero que mi jefe te vea

conmigo otra vez —le digo a Tomas, mientras le hago gestos para que se vaya por

otro lado.

Puedo notar que

esto le molesta en base a su expresion, pero no tengo razones para cambiar de

opinion.

—Aun no eh

firmado ningun contrato, por lo que todavia podia tratarlo como quisiera —pense

mientras lo miraba.

—Bien, me ire

—me dice Tomas.

—Gra… —antes de

que lograra terminar lo que iba a decir, Tomas me tomo por la cintura…

otra  vez, me jalo hacia él y me dio un

beso, y no fue un beso ligero, sino que incluso empezo a jugar con el interior

de mi boca con su lengua.

Quise golpearlo

para que se detuviera, pero no pude juntar fuerzas para hacerlo.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO