Pude sentir como
la lengua de Tomas se mezclaba con la mía, sentí una descarga recorrer todo mi
cuerpo, y antes de que me diera cuenta, Tomas había separado sus labios de los
míos.
Nuestras miradas
se cruzaron, mis nervios estaban al 1000% mientras él me miraba y me sostenía
por atrás de mi cintura.
Un instante
después use mis manos para empujarlo y separarlo de mí.
— ¿Qué diablos
haces? —le pregunte, mientras trataba de verme lo más enfada que podía.
— ¿Tú que crees?
Estoy besando a mi “novia” —me contesto Tomas.
Cuando escuche la
palabra “novia” saliendo de sus labios, sentí un estremecimiento por todo mi
cuerpo.
—Aun no eh firmado
el contrato Tomas… y si recuerdo bien dijiste que no me forzarías a nada —le
digo con el tono más firme que pude encontrar.
—Que yo recuerde,
solo te prometí que no te forzaría a tener “eso” conmigo Teresa… pero los besos
no estaban en nuestro acuerdo —me dijo Tomas.
Estúpido
sinvergüenza.
— ¡Pues a partir
de ahora lo estarán!
— ¿Segura? —me
pregunto, mientras se acerca a mí.
— ¡Si!
¡Totalmente! —le digo, mientras me alejo de él un poco.
— ¿Estas segura de
que no quieres repetir lo que paso anoche? —me pregunto, mientras coloca sus
labios cerca de mis oídos.
Puedo sentir su
aliento en mi piel, Tomas me pone de los nervios.
— ¿No quieres
repetir lo que sentiste anoche conmigo? Ya sabes… cuando dejaste salir todos
tus “fluidos” por tu zona “intima” en el suelo —me dice Tomas.
Cuando escucho
estas últimas palabras, recuerdo de forma inconsciente lo que paso anoche,
mientras él me estaba usando como quería, llego un punto en que hizo algo que
no esperaba. Mientras estaba “dándome” por “atrás”, él uso su mano derecha, y
metió un par de sus dedos en mi zona intima, los movió de una cierta forma y
empezó a tocar algo en mi interior.
Cuando sus dedos
tocaron “eso” dentro de mí, mi cuerpo empezó a sentir algo que no había sentido
antes, y mientras él continuaba haciéndolo, llego un punto en que sentí que
algo iba salir de mí.
En ese preciso
momento, pensé que quería… orinar, trate de contenerme ya que no quería
avergonzarme frente a Tomas, pero no pude aguantarme, y entonces “eso” salió
desde dentro de mí.
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