Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 25

— ¡Al fin

llegaste! ¡Ven! ¡Siéntate! —me dice Vincent, mientras me señala el asiento

frente a él.

Me dan ganas de

matarlo en estos momentos, pero con mucho esfuerzo logro contener mi enojo y me

siento con él.

Las demás personas

nos ven, pero esto deja de importarme en un instante y me enfoco en Saint.

— ¿Por qué

tardaste tanto? —me pregunta Vincent mientras me mira.

—Tienes suerte de

que haya venido —le respondo mientras frunzo el ceño.

—Vamos, no seas

así conmigo —me dice Vincent, mientras me mira con ojos de gato, o al menos un

intento de esos ojos.

—Ve al grano

Vincent ¿Por qué querías que nos reuniéramos? —le pregunto.

— ¿Acaso necesito

una razón para que nos reunamos entre amigos? —me pregunta.

—Vincent.

—Bien, bien,

tampoco tienes que ser tan serio —me dice.

—Habla de una vez

—le digo de forma tajante.

—Bien, escucha

atentamente, porque lo que te voy a decir a continuación, te hará estallar.

—Habla.

—Dios mío, déjame

al menos ser algo dramático.

—Vincent…

—Bien, bien…

escucha, “ella” me ha estado contactando… quiere hablar contigo —me dice

Vincent, quien al decir estas últimas palabras finalmente muestra una expresión

seria.

Cuando escucho a

Vincent mencionar a “ella” se de inmediato a quien se refiere, no puedo evitar

sentir una oleada de enojo, creo que esta se filtra en mi expresión, pero trato

de disimularlo.

— ¿Qué has hablado

con ella? ¿Qué le has dicho? —le pregunto, mientras trato de mantenerme

imperturbable.

—Nada importante,

parece que está sorprendida de que de verdad hayas podido cortar toda

comunicación con ella, al no tener forma de poder contactarte, ha recurrido a

mí para tratar de pasarte su mensaje —me dice Vincent.

— ¿Y cuál es ese

mensaje? —le pregunto.

—No lo sé.

— ¿No lo sabes?

—No,  preferí no saber nada hasta consultarte a ti

sobre que debería hacer.

—Ya veo…

—Dime Tomas…

¿Deseas escuchar lo que “ella” tiene que decirte? —me pregunta Vincent.

—No –le respondo

de forma firme.

— ¿Estás seguro?

—Sí, no quiero

saber nada de ella —le digo mientras lo miro fijamente.

—Está bien, si eso

es lo que quieres —me dice Vincent.

—Eso quiero.

—Bien, cambiando

de tema, ¿Sabes que voy a hacer hoy en la noche? —me pregunta Vincent,

cambiando de tema al instante.

—No me interesa

—le respondo mostrando mi obvia falta de interés.

—Vamos, adivina

que hare —me dice Vincent, quien insiste en el tema.

—Bien… ¿Qué vas a

hacer? —le pregunto.

—Trata de adivinar.

—Vincent…

—Bien, bien, voy a

ir a buscar a un restaurante a una inepta chica que me desprecio —me dice

Vincent.

— ¿Una chica que

te desprecio? —murmuro con mi tono cargado de sorpresa.

Eso no me lo

esperaba.

—Sí, ¿Puedes

creerlo? ¡A mí! ¡De entre todas las personas me desprecio a mí! —me dice

Vincent, por su tono puedo notar que está indignado.

—Cálmate y

explícame la situación de forma correcta —le digo a Vincent, mientras me pica

la curiosidad.

a quedar así.

— ¿Ah no? ¿Y qué

vas a hacer entonces? —le pregunto con curiosidad.

Me interesaba

saber que iba a hacer Vincent para poder recuperar su orgullo y su sensación de

estar al control de todo.

—Voy a hacer algo

especial Tomas —me dice, mientras me muestra una sonrisa.

Esa sonrisa me

dice que no piensa hacer nada bueno.

— ¿Qué vas a

hacer? —le pregunto.

—Pues use mis

contactos para poder averiguar donde trabaja, después de una investigación eh

podido averiguar numerosos datos sobre ella.

— ¿Qué piensas

hacer con la información?

—Voy a ir su lugar

de trabajo, la voy a encontrar, y la voy a hacer mía esta misma noche —me dice

Vincent mientras me muestra una gran sonrisa.

— ¿Ah sí? ¿Cómo lo

harás? —le pregunto con sarcasmo.

— ¿En serio me

preguntas eso? —me pregunta Vincent, parece indignado de que le hiciera esta

pregunta.

—Pues sí, esta

chica ya te desprecio una vez, ¿Por qué piensas que no lo hará una segunda vez?

—le pregunto mientras me rio un poco.

Era algo divertido

ver a Vincent sufrir por una chica.

—Tomas, ayer solo

éramos desconocidos que no llegaron a intercambiar palabras el uno con el otro,

en esta ocasión voy a hacer uso de mis “encantos” y hare que ella vaya

voluntariamente a la cama conmigo.

—Ya veo… buena

suerte con eso —le digo, mientras un mesero viene y nos toma la orden.

No sé qué voy a

comer.

—No solo la voy a

hacer mía Tomas, voy a hacerla rogar por mi cuerpo, la voy a hacer rogar por

tener todo esto, y además… le voy a quitar la oportunidad de que pueda vender

su virginidad otra vez en su vida… de esa forma aprenderá a no despreciarme a

mí —me dice Vincent, mientras nuevamente muestra su sonrisa.

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