PDV Saint
— ¿Qué piensas que va a pasar si eso llega a ocurrir? —me pregunta Tomas, mientras sigue comiendo.
No puedo notar que piensa debido a su expresión sin cambios, pero me decido por continuar hablando, quería desenmascarar todo el asunto en cuestión.
—Bueno, repasemos, la chica en su frenesí de compras terminara por gastar toda la remuneración diaria que tú le otorgaras todos los días, ese es el punto principal —le digo mientras lo miro fijamente, tratando de captar algún gesto.
—Okey, ¿Qué más?
—Pues bien, si por alguna razón terminara por llegar a tener algún tipo de relación con algún hombre sin importar cuál sea, incluyéndote a ti, entonces el acuerdo quedara nulo, y ella no podrá recibir su pago ¿Esta bien?
—Sigue.
—Si el acuerdo queda nulo, entonces… según la regla número 6, la chica en cuestión, tendrá que devolver todo el dinero que tú le has estado dando de forma diaria en el tiempo que duro el acuerdo ¿Correcto?
—Así es.
—Aquí es donde radica el verdadero problema —le digo a Tomas, mientras le muestro una sonrisa pícara.
—Adelante, dime ¿Cuál es el problema?
—Bien, en el hipotético caso de que la chica se gastara todo el dinero, y haya roto el acuerdo contigo, y no tenga como pagarte todo el dinero que se ha gastado hasta los momentos… ¿Qué va a hacer? ¿Has pensado en eso? —le pregunto a Tomas, tratando de captar algún cambio de expresión.
Por desgracia para mí, Tomas sigue imperturbable.
—La chica lo más probable es que no se dé cuenta de los trucos ocultos que existen en el acuerdo, en el periodo de tres meses que va a durar esta relación de alquiler, tú vas a hacer un movimiento sobre ella ¿Me equivoco?
—No, ciertamente es así.
—Y por obvias razones, ella caerá ante tus “encantos” y una vez que eso pase y compartan “algo” juntos en tu habitación… entonces el acuerdo al cual habían llegado, quedara nulo.
—Sigue.
—Y dependiendo de cuanto duro el acuerdo, digamos 20 días o 30 días, la chica habrá recibido unos 40.000 o 60.000 dólares… dinero que de seguro habrá gastado en tonterías ya que está confiada en que seguirá recibiendo más y más dinero con cada día que pase, y al finalizar los 3 meses, recibirá el asombroso monto de 600.000 dólares, por lo que gastar 40.000 o 60.000 dólares no le resultara un problema.
—Quizás, quizás tengas razón.
Maldito Tomas, ¿Puedes hacer al menos una expresión para darme la razón?
—Hasta estos momentos todo iría bien para la chica, todos los días recibiría una remuneración básica diaria y al finalizar el acuerdo recibiría un solo pago único muy grande, todo está saliendo perfecto, pero si en el transcurso del acuerdo llegar a tener intimidad contigo, entonces el acuerdo se rompería… y ella en lugar de obtener ganancias, tendría una enorme deuda de unos 40.000 o 60.000 dólares para contigo ¿Estoy en lo correcto?
—Tengo al menos un 90% de confianza en que es así —le digo mientras termino de comer.
— ¿Por qué estás tan seguro? —me pregunta.
—Porque te conozco, tú eres igual que yo, siempre debes estar al control de todo, incluyendo tus relaciones románticas, jamás estarías cómodo si no sientes que tienes el control total sobre tus amantes.
—Ya veo, no voy a negar que eso es cierto.
—Desde que eso te paso hace años no has estado dispuesto a ceder nada de control en ninguna de las situaciones en las cuales estas, todas las amantes que has tenido siempre has terminado por controlarlas como has querido, no te conformas con menos, la forma en la cual empezaste tu relación con esta chica es diferente, pero al final es el mismo resultado, quieres todo el control y vas a hacer que ella te lo de voluntariamente ¿Verdad?
Había descubierto todos los trucos que tenía ocultos… espero que él me los confirme.
—Mejor terminemos de comer y vámonos, tú tienes que encontrarte con 2 de tus novias ¿Recuerdas? —me dice Tomas.
—Cierto, pero tengo que decirte algo que no puedo aguantarme.
— ¿Y qué es? —me pregunta.
—Creaste toda esta situación con esta chica y con ese acuerdo lleno de trucos secretos para poder convertirla en tu sumisa de forma en que ella no pueda negarse… de verdad que te has esforzado mucho, Tomas… usted es diabólico.
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