PDV Teresa
Apenas Vincent me dijo esto ultimo, trate de tomar mi teléfono para llamara a Tomas, ya me imaginaba su expresión apenas escucho lo que Vincent le dijo.
No pude lograr esto, ya que antes de que pudiera hacerlo, Vincent se me adelanto e impidió que pudiese tomar el teléfono para poder comunicarme con él.
Intente quitárselo, pero Vincent a fin de cuentas era mas fuerte que yo y mas alto, asi que no hubiera mucho que yo pudiera hacer para intentar recuperarlo.
—¡Vincent! —grite mientras forcejeaba un poco con él.
—Vamos Teresa, ¿No te da vergüenza? El taxista podría pensar mal de ti si sigues con eso.
—Pues regrésame el teléfono.
—No, no, ¿Para que lo necesitas? No tienes que hablar con Tomas, yo ya te hice ese favor —me dijo.
Hijo de…
Antes de que pudiera decir algo mas, pude escuchar como mi teléfono en las manos de Vincent sonaba, ese debia ser Tomas, me puse un poco nerviosa por eso, y entonces use mas fuerza para intentar quitarle el teléfono… pero no pude.
—¿Por qué tan nerviosa Teresa? ¿Piensas que te van a regañar? —me dijo con burla.
—Lo mas seguro es que el le pase eso es a ti sino me dejas contestar ahora.
—¿Y tu cuando me has visto que le tenga miedo a los regaños? Llevo casi 30 años llevando esa vida.
…
Termine por usar una táctica sucia, y al final golpee en sus pelotas a Vincent el cual gimio de dolor, y entonces en ese momento fue que pude recuperar mi teléfono de sus manos.
Tomas ya había dejado de llamar en ese momento, pero al poco tiempo pude escuchar el teléfono sonar otra vez.
Esta vez si pude contestar, apenas lo hice, la voz de Tomas sono y quiso saber que fue lo que pasaba con respecto a Vincent.
—Bajate de donde sea que estes ahora y vuelve —me dijo Tomas.
—Estoy en un taxi en movimiento.
—Entonces bajate, eso lo hace aun mas fácil.
—Vincent me dijo que me necesita para sus negocios.
—¿Qué negocios vas a tener con él Teresa? Solo te esta dando una excusa para que le sigas la corriente, lo conozco bien, no te dejes convencer por lo que sea que te haya dicho, solo son inventos —me dijo.
No, no lo eran, y mas por que sabia que esas cosas eran de verdad y mas por que fui yo quien las inicio.
Mejor me guardaba para mi lo que hicimos a escondidas, al menos por ahora.
Trate de explicarle a Tomas a mi manera sobre mis asuntos con Vincent de forma que pudiera convencerlo, pero fue mas difícil de lo que llegue a pensar y mas por que este no quería que me fuera asi de la nada.
Tenia sentido honestamente, ¿Quién iba a dejar que su esposa se fuera de la nada fuera del país y encima con otro hombre? Aunque ese hombre era Vincent… pero aun asi…
—¿En serio estas planeando irte con él? —me dijo Tomas despues de que pasaramos varias minutos discutiendo.
—No es que quiera irme asi nada mas por placer Tomas, ¿Okey? Pero es que son asuntos de negocios.
—¿Qué negocios vas a tener con Vincent?
Le hice caso, en poco tiempo Vincent tuvo el teléfono a su lado y miro hacia la ventana, quise acercarme a ver que hablaron, pero no pude escuchar nada por que tenia altavoz.
—Maldicion… —pense.
Su conversación no duro mucho tiempo, solo unos 5 minutos, y entonces Vincent me regreso el teléfono.
—Nos quedaremos 3 dias nada mas —me dijo.
—¿Solo eso? ¿Por qué ese cambio de actitud?
—Por nada, mejor para ti que no preguntes mucho —solto antes de dejar de mirarme y decirle al taxista que fuera por una ruta en especifico.
Mire el teléfono y vi que Tomas colgó, pero me envio un mensaje, y mas que todo, me escribió que me diera un informe diario de todo lo que hacia mientras estuviera allá.
“esta bien jefe”, fue lo que le escribi despues de eso.
Llegamos al aeropuerto en poco tiempo, me acorde que Vincent tenia un avión privado, pero este me dijo que no podía sacarlo a cada momento que el quisiera y además de que era mejor irse con la “gente común” de vez en cuando.
Irse en primera clase no era exactamente ir con la “gente común” como me describió a mi y a todos los demás, pero le segui el juego y en poco tiempo nos subimos a un avión rumbo al caribe.
Cumpli mi promesa con Tomas y le informe todo de principio a fin, y Vincent aprovecho también para darme varias cosas que iba a tener que hacer allá.
…
Básicamente, íbamos a hacer un pequeño fraude fiscal… pero según Vincent no era nada serio, todos los empresarios grandes lo hacían y hasta el gobierno lo sabia.
—Si vas querer pertenecer a las grandes ligas como yo, tienes que aprender a evadir impuestos y uno que otro fraude Teresita —me dijo este con una sonrisa.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO