PDV Teresa
Tarde poco tiempo
en estar lista, y después de terminar con todos mis arreglos, Salí de mi casa
en dirección al restaurante donde trabajaba.
Debía estar allí
puntualmente a las 5:00 pm, mi jefe, el dueño del restaurante, era un hombre de
poco más de 40 años, y constantemente me
regañaba y me hacía hacer todo tipo de cosas en el restaurante.
Honestamente me
sobreexplotaba, y no solo a mí, sino también al resto del personal del
restaurante, no quería darle ninguna razón por la cual pudiese regañarme, por
lo que siempre trataba de hacer todo bien, y una de las cosas que debía lograr
era llegar puntualmente.
Cuando llegue al
restaurante, hable con algunos empleados que trabajaban conmigo, y después de
dar algunos saludos, me puse el uniforme, y empecé mi rutina como de costumbre.
Por desgracia mi
jefe me termino viendo, y no tardó mucho en inventarse una excusa para venir
conmigo a molestarme.
—Teresa, estas
lavando los platos mal, hazlo bien o si no te descontare la paga de hoy —me
dijo mi jefe, mientras me miraba de pies a cabeza.
Su mirada me
enfermaba, pero había logrado acostumbrarme después de un tiempo.
—De acuerdo señor,
le aseguro que los limpiare bien —le respondo con una sonrisa.
—Más te vale, hoy
hay más gente de lo normal y tienes que atender más mesas, deja esto y ve a
atender a los clientes —me dijo mi jefe.
—De acuerdo —le digo,
mientras dejo los platos y camino para ir hacia las mesas.
— ¡Mas rápido! —me
grita mi jefe, mientras me daba una palmada en el trasero con sus manos
callosas.
Quería golpearlo
justo en ese momento, pero logre contenerme y solo me limite a seguir caminando.
Cuando pedí empleo
aquí, tuve que rogar mucho para que me aceptaran, pensaba que todo iría bien
cuando empecé a trabajar, pero mi jefe le gustaba molestarme, y no solo eso,
sino que además me acosaba sexualmente, y no solo a mí, sino también a las otras
chicas.
No importa que
hiciéramos, siempre lograba inventarse una excusa para poder tocarnos de forma
indebida en distintas partes del cuerpo, la nalgada que me dio hace solo unos
momentos era solo una de muchas que me había dado antes a mí y a otras chicas.
Mi jefe era solo
un viejo verde, ¿Cuánto tenia? ¿44? ¿45? A pesar de su edad no tenía reparos en
acosar a chicas como yo que ni llegaban a los 20 años, usando para ello su
posición como el jefe del restaurante.
Necesitaba el
trabajo, por lo que me quede callada y soporte, las otras chicas me
recomendaron esto, a pesar de que nos tocaba cada cierto tiempo en distintos
lugares de una forma indebida y nos molestaba todo el tiempo, a fin de cuentas
nunca había llegado a tratar de abusar de alguna de nosotras de forma abierta.
Es por eso que las
otras chicas se habían quedado calladas y habían decidido soportar sus acosos y
sus leves toqueteos, yo también decidí soportar, solo trabajaba aquí los fines
de semana, por lo que podía hacerlo.
Aun que a pesar de
haber aceptado esto, todavía me enfermaba… ese tipo tenia edad para ser mi
padre, y no solo eso, sino que de hecho lo más seguro era que fuese mayor que
mi madre o mi padre biológico, por lo que me enfermaba que me tocara, y su
apariencia algo descuidada no ayudo a mejorar estos sentimientos.
El restaurante
ciertamente estaba más lleno de lo usual, por lo que tuve una tarde bastante
ocupada.
El restaurante
donde estaba era de 3 estrellas, mi jefe trataba de convertirlo en uno de 4
estrellas, por lo que la gente que venía aquí tenia cierto estatus, no mucho,
pero si tenían algo de estatus, principalmente trabajadores con muy buenos
salarios.
Las horas pasaron,
y en un abrir y cerrar de ojos, ya habían llegado las 11:00 pm, aun me faltaba
1 hora para poder salir… y yo estaba muy hambrienta.
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