PDV Teresa
Cuando llegue a mi casa, tuve la intención de ir al encuentro de mi amiga y
hablar con ella de todo lo que me había pasado el día de hoy, pero lo que
encontré cuando llegue fue un ambiente tenso entre ella y mi hermano.
Daisy desde que nos volvimos amigas en la secundaria, nunca se había
llevado bien con Richard, ambos era polos opuestos por así decirlo.
Daisy era una persona muy liberar que hacia las cosas como ella quería, y
Richard quien tenía pensamiento conservador la veía como una mala influencia
para mi… de hecho incluso llego a decir una vez que Daisy era una zorra y que
debía mantenerme alejada de ella.
Naturalmente no le hice ningún caso a lo que Richard dijo, ni siquiera
considere hacerle caso ni por un momento.
Daisy era mi amiga más cercana y más valiosa, y por obvias razones no iba a
hacerle caso a lo que Richard llegara a decir o a pensar de ella.
A pesar de todos los años transcurridos, Richard y Daisy simplemente no
parecían poder llevarse bien en ningún sentido, no importa que tanto se
conocieran entre sí, no parecían congeniar en lo absoluto, de hecho, mientras
más se conocían, peor se llevaban al parecer.
Hubo un tiempo en que trate de poder lograr que ellos 2 se volvieran amigos
o que al menos no se odiaran, pero pronto me di cuenta de que esto no sería
posible, el problema no era Daisy, sino Richard quien tercamente seguía considerando
a Daisy como una mala influencia para mí.
El ambiente a mi alrededor era muy tenso, a pesar de que abrí la puerta,
ninguno de los 2 pareció haberse dado cuenta de mi llegada y seguían mirándose
con odio entre sí.
Daisy tenía una vestimenta bastante ligera, solo tenía un par de
pantaloncillos cortos que no le llegaban a las rodillas y eso dejaba sus
piernas expuestas, su camisa tampoco llegaba a cubrir todo su cuerpo y dejaba su ombligo al
descubierto, en el cual poseía un tatuaje pequeño.
La ropa que Daisy tenía en estos momentos era muy ajustada, hacía que sus
curvas y sus proporciones se notaran fácilmente con esa ropa tan ajustada que
llevaba, se veía muy sexy, y más cuando su camisa era tan escotada y tenia parte de su pecho al descubierto, más
específicamente la zona de su nacimiento.
Esta vestimenta sensual y atrevida era usual en Daisy, y precisamente era
algo que enojaba a Richard de pensamiento conservador, en el pasado le había
dicho a Daisy para evitar problemas con mi hermano, cuando viniera a mi casa se
pusiera una ropa que le cubriera más piel, pero Daisy me dio sin ninguna
vacilación que no lo haría.
El que a mi hermano le gustara o no como se vestía, no era problema suyo, y
no iba a cambiar su vestuario solo porque a mi hermano no le gustaba como es
que ella se vestía.
Sabía que no iba a lograr que Daisy cambiara de opinión, por lo que no insistí,
por lo que incluso cuando venía a mi casa, venía con esas combinaciones
atrevidas y las mostraba frente a mi hermano… a veces pensaba que lo hacía a
propósito, pero deseche este pensamiento al instante en ese momento.
Alguien como Daisy que le importaba una mierda lo que otros pensaran de
ella no se molestaría en hacer este tipo de cosas, y menos por un conservador
como Richard.
No pude seguir soportando este ambiente tenso, por lo que tome la puerta y
la cerré de sopetón, provocando un ruido que asuste a ambos, lo cual hizo que
giraran sus miradas al mismo tiempo para poder verme a mí.
Ambos seguían sorprendidos del ruido que provoque y al verme no me hablaron
al instante, por lo que solo camine hacia Daisy y la tome de la mano.
—Vamos a mi habitación —le dije a Daisy mientras hacía que se levantara del
sofá.
—Oye Teresa ¿Por qué llegaste tan tarde? ¿Tienes idea de que hora es? Es
casi media noche ¿Dónde estabas? —me pregunto Richard mientras caminaba hacia mí
y me detenía.
—¿Dónde estaba? Trabajando ¿Dónde más estaría? —le dije a Richard, mientras
me giraba para verlo.
—Su suponía que salías a las 11 de tu trabajo, pero son casi las 12, es imposible
que tardaras tanto para llegar a casa, ¿Dónde estuviste todo este tiempo? —me
pregunto Richard mientras fruncía el ceño y me miraba.
—No quiero ni imaginarme le infierno que es vivir con él, pásame la bata
que tengo en mi bolso Teresa, por favor —me dijo Daisy mientras se acomodaba en
mi cama y me señalaba mi bolso.
Le hice caso a Daisy y tome su bolso para poder pasarla la bata de dormir
que ella me dijo, la bata era una azul bastante larga y en base a lo que veía,
pude suponer que Daisy bastante bien.
Después de tomar la bata, se la arroje a Daisy, la cual la atrapo y empezó
a ponérsela, después de eso fui a mi armario y tome una bata de dormir larga de
color rojo y me la puse encima.
En cuestión de instantes ya estaba lista para poder arrojarme a la cama y
dormir, aunque no podía hacerlo todavía, ya que aun había muchos temas que
tratar.
Había llamado a Daisy para poder hablar sobre todo lo ocurrido el día de
hoy, y lo más seguro es que no habláramos por el resto de la noche.
Después de ponerme la bata de dormir, gire mi mirada hacia Daisy, la cual
ya tenía puesta la suya, su bata pegaba contra sus muslos y podía notarse
varias partes de su cuerpo gracias a que lo ajustado que le quedaba su bata de
dormir en algunos sitios.
Después de que ambas estuvimos listas, nos acomodamos en la cama, y nos
miramos fijamente, mientras esperábamos a que una de las 2 empezara con la
conversación.
—Bien Teresa… ¿Empiezo yo o empiezas tú? —me pregunto Daisy mientras estaba
sentada en mi cama y me miraba fijamente.
—Pues… empieza tú… —le dije a Daisy, mientras le hacía un par de señas a mi
perra, la cual se encontraba en mi habitación, para que viniera y se sentara al
lado de mi cama.
—Bien… entonces déjame comenzar… ¿Qué fue lo que paso hoy? Me dijiste que
hiciera todo lo posible para poder conseguirte otro puesto en el club… pero
después cambiaste de opinión… ¿Puedes decirme que demonios ocurrió? —me
pregunto Daisy mientras acercaba su mirada hacia mí.
Bien… había llegado el momento de contarle todo a ella.
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