PDV Teresa
Cuando el sol ilumino mi rostro, deje salir una breve queja y le dije a
Daisy que cerrara las persianas de la ventana, quería seguir durmiendo un poco más.
La noche de ayer o más bien el día de hoy termine por acostarme a las 2 de
la mañana, y tenía sueño, quería seguir durmiendo un poco más.
Daisy no quiso levantarse, yo tampoco quise, por lo que el sol continúe
golpeándonos a ella y a mí sin que ninguna de las 2 hiciera algo para evitarlo.
Pensaba que podría acostumbrarme y dormir a pesar de esto, pero por
desgracia, eso no duro mucho, ya que los golpes enojados de mi hermano sonaron
en mis oídos.
Richard estaba tocando muy enojado la puerta de mi cuarto, al parecer
estaba histérico.
— ¡Teresa! ¡Teresa! ¡Abre ahora! —grito Richard mientras golpeaba la puerta
de forma frenética.
—Dios mío, dile que se calle —me dijo Daisy mientras se tapaba los oídos.
—Cielos, ¿Qué querrá ahora Richard? ¿Por qué esta tan…? ¡Mierda! —grite
mientras me despertaba de sopetón y miraba la puerta de mi cuarto.
Había olvidado a Richard cuando le permití a Saint quedarse a dormir en mi
casa.
De seguro Richard se sorprendió mucho cuando vio a Saint durmiendo en el
sofá… ahora podía entender el porqué de su reacción.
— ¡Teresa! —grito Richard.
—Cielos… ya voy, ya voy —le dije a Richard mientras iba a abrirle la
puerta.
Estaba algo preocupada, pero no tanto, solo deje que Saint durmiera en
nuestro sofá, no era la gran cosa, la reacción de Richard era demasiado
exagerada solo porque vio a Saint dormir en nuestro sofá.
Llegue a la puerta, tome la perilla y la abrí, y cuando lo hice, pude ver
al histérico de mi hermano el cual me miraba con ojos enojados.
—Bueno días Richard —le dije mientras lo miraba.
— ¡¿Por qué demonios el sujeto de ayer está durmiendo en nuestro sofá?! —me
grito Richard mientras me miraba enojado.
Si, esa fue la causa de enojo.
—Ya era muy tarde cuanto terminamos de hablar por lo que deje que durmiera
en nuestro sofá para evitar cualquier posible situación si él terminaba por
irse tan tarde en la noche —le dije con calma a Richard.
— ¿Por qué no me preguntaste antes si ese sujeto podía o no dormir aquí?
—me pregunto Richard mientras me miraba enojado.
— ¿Por qué tendría que preguntarte si mis amigos pueden quedarse a dormir
aquí o no? Esta es mi casa también Richard, debes dejar de pensar como si
fueras tú solo el dueño de este lugar, la casa es de nuestra madre, y es tanto
mía como tuya, no veo por qué tengo que pedirte permiso para dejar que alguien
duerma aquí —me respondí a Richard.
Me molestaba que Richard se creyera el dueño de todo lo que me rodeaba
incluyéndome a mí, era muy frustrante, y de verdad que me enojaba mucho a
veces.
— ¿Entonces me dices que debo dejar que invites a cualquier desconocido a
quedarse aquí sin decirme nada? —me pregunto Richard enojado.
—Él no es un desconocido, es un amigo mío, y se quedó por que no había
otras opciones, solo fue por eso, ya cálmate de una vez Richard, no es la gran
cosa, en lugar de estarte quejando deberías terminar de prepararte para poder
ir a trabajar ¿Acaso olvidas que tienes un trabajo al cual ir? —le pregunte a
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO