PDV Teresa
Al final, le termine preparando el desayuno a Saint, el cual termine
comiéndose con gusto la comida simple que le prepare.
Solo le di algo muy simple que prepare con rapidez, pero se lo comió a
grandes bocados dándome las gracias y sin importarle que mi hermano lo mirara
resentido todo el tiempo que permaneció comiéndose mi comida.
Al final después de terminar, se levantó y me hizo compartir mis otros
datos de contacto con él, además de mi número de teléfono que ya poseía, me
hizo darle mi correo electrónico e incluso mi cuenta de Facebook para que
pudiera hablar conmigo cuando fuera necesario.
Mi hermano no quería que le diera toda esta información, pero al final
termine dándosela y fue solo después de eso que Saint finalmente se fue de mi
casa, aunque me dijo que me llamaría y hablaría conmigo sobre el acuerdo al
cual llegamos.
Naturalmente, mi hermano al escuchar esto quiso saber a qué clase de
acuerdo llegue con Saint, pero naturalmente no le dije nada y lo deje con la
duda.
Al final después de que Saint se fuera, mi hermano finalmente abandono la
casa y nos dejó a mí y a Daisy solas.
Cuando Saint y mi hermano se fueron, me relaje, era algo difícil el
tenerlos a los 2 en un mismo sitio, en especial por la forma de ser de ambos.
—Bien, Teresa, vamos, tenemos que arreglarnos para poder ir con tu otro
amado —me dijo Daisy, sacándome de mis pensamientos.
— ¿Ya? ¿Qué hora es? —le pregunte a Daisy.
—Ya son más de las 9 de la mañana, necesitamos estar en el restaurante a
las 10, no tenemos mucho tiempo —me dijo Daisy.
¡Mierda! Con todo lo que paso con Vincent se me fue el tiempo, necesitaba
reunirme con Tomas a las 10, y él me dijo que debía llegar puntual, si llegaba
tarde lo más seguro es que se iba a enojar.
A pesar de que no conocía muy bien a Tomas, le tenía algo de miedo y no
quería hacerlo enojar por cosas como llegar tarde a una cita.
—Vamos a vestirnos Daisy, rápido —le dije a Daisy, mientras la empujaba
para que se apurara.
— ¿A vestirnos? ¿No vamos primero a bañarnos? —me pregunto Daisy.
—No tenemos tiempo, debemos apurarnos y llegar temprano —le dije a Daisy
mientras continuaba arrastrándola.
Teníamos poco tiempo, no podíamos seguir perdiendo más y menos en un baño
largo, conocía a Daisy y ella no es de la que se daban baños cortos por lo que
no debía permitir que entrara al baño.
Lo mejor era irnos a vestir de una vez, incluso así lo más probable es que
llegáramos tarde.
Parece que iba a tener que gastar dinero en un taxi para poder llegar rápido
a mi encuentro con Tomas.
Daisy y yo, nos vestimos lo más rápido que pudimos, ambas nos pusimos una
ropa simple, Daisy de hecho quería ponerse el mismo conjunto con el cual vino a
mi casa, pero yo logre convencerla de ponerse algo que la hiciera ver más
profesional.
Si iba a aparentar ser mi abogada, debía tener una vestimenta que lograra
alrededor.
Tomas y Vincent daban aires y atmosferas muy distintas, Vincent por un lado
daba un ambiente más agradable y más cómodo, en su presencia, uno sentía que
podía hacer cualquier cosa sin temor que alguien se enojara o lo tomara de mala
manera, era alguien molesto, eso era cierto, pero el ambiente a su alrededor se
podría decir que era cómodo y agradable.
Tomas por el contrario, daba una atmosfera y un ambiente bastante serio e
incluso tenso, en su presencia, uno podría sentir que debía tener cuidado y
pensar cada palabra que dijera, era algo así como una presión invisible que
estaba encima de ti y sentías que debías tener cuidado cuando trataras con él.
Ambos eran polos opuestos en varios sentidos, y debido a esa atmosfera que
Tomas irradiaba, es que me sentía nerviosa de ir con él.
— ¿Y bien? ¿Quién es tu enamorado? —me pregunto Daisy mientras me miraba.
—Ven… vamos —le dije Daisy mientras
la arrastraba conmigo a mi encuentro con Tomas.
Daisy y yo caminamos a paso rápido hacia Tomas, mientras más me acercaba
hacia él, mas aumentaban mis nervios y no podía evitar sentir cierta dificultad
por ir junto con él.
Al final llegue junto con Tomas, y estaba a punto de hablar, pero antes de
poder hacerlo, Tomas abrió los ojos de golpe, cosa que me sorprendió y me
asusto.
—Llegas tarde —me dijo Tomas, mientras clavaba su mirada en mí.
¿Cómo supo que era yo? ¿Cómo supo que había llegado?
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