PDV Teresa
Los besos de Tomas se volvían cada vez más intensos, al punto de que me costaba respirar, él se acercó mucho hacia mí y su pecho choco contra al mío.
Estábamos muy cerca el uno con el otro.
La mano de Tomas estaba bajando cada vez más hacia mis nalgas, y al final termine por llegar hasta allí, y pude sentir como Tomas empezaba a apretarme las nalgas con su mano izquierda mientes que usaba la derecha para sujetar mis manos por encima de mi cabeza y evitar que pudiera usarlas.
La pierna de Tomas seguía subiendo, podía sentirla rozar mi zona intima, estaba demasiado cerca.
Me costaba respirar, y temía que Tomas quisiera hacérmelo aquí y ahora justo en el callejón donde nos encontrábamos.
—T-tomas p-pa… —murmure en un espacio en el cual Tomas despego sus labios de mí, pero no tuve el suficiente tiempo como para poder terminar lo que iba a decir antes de que él continuara besándome.
Al final su pierna toco mi zona intima por completo, deje salir un leve gemido cuando sentí esto, pero eso no fue lo más importante, lo que verdaderamente importo, fue el hecho de que debido a nuestra cercanía… pude sentir la erección de Tomas, la cual estaba golpeando justo contra mí.
Cuando sentí esto, me termine de asustar, la posibilidad de que Tomas decidiera tener sexo conmigo justo aquí y ahora parece que se estaba volviendo real, necesitaba detenerlo, y necesitaba hacerlo rápido.
Tomas no me dio respiro, y continuo besándome mientras apretaba mi trasero y mientras podía sentir como su miembro golpeaba con mi cuerpo, de algún modo logre zafarme del agarre con el cual sujetaba mis manos y cuando las tuve libres, las coloque en el pecho de Tomas y lo empuje con todas las fuerzas que tenía.
Cuando Tomas se separó de mí, finalmente pude respirar otra vez, aunque seguía agitada, no necesitaba un espejo para saber que mi apariencia actual estaba hecha un lio debido a las acciones de Tomas.
Él simplemente no me dio ningún respiro desde que me llevo a este callejón, me lanzo contra la pared y no tuvo ningún reparo en hacer de las suyas del modo en que quiso.
Si hubiera tardado más tiempo en reacción de verdad temía que él al final hubiera decido tratar tener intimidad conmigo justo aquí, la erección que sentí allí abajo era una muy real y temía que se dejara llevar por el calor del momento.
—Teresa —me dijo Tomas mientras se aceraba hacia mí.
— ¡No te acerques! —le dije a Tomas mientras me alejaba inconscientemente de él.
Temía que si le dejaba otra oportunidad, de verdad me haría tener relaciones justo aquí y ahora con él, por lo que era mejor mantener cierta distancia de él en estos momentos… y más cuando su amiguito de allí abajo seguía despierto y a plena vista.
Pensaba que Tomas me diría algo a continuación, él abrió su boca, y justo cuando pensaba que iba a hablar, su teléfono sonó.
Fue repentino y ambos nos sorprendimos, y pude ver como Tomas tomaba su teléfono y lo contestaba.
No pude evitar sentirme ofendida y algo enojada por esto.
¿De verdad se tomó las molestias de hablar por teléfono con alguien a pesar de la situación en la cual nos encontrábamos y a pesar de lo que me había hecho pasar hace solo unos segundos?
Esa falta de consideración de Tomas me hizo molestarme con él.
PDV Tomas
Estaba en medio de algo, algo importante, pero de todas formas conteste, no sabía si me estaban llamando para algo importante, por lo que era mejor contestar y saber por qué me llamaban en lugar de quedar con la duda.
Cuando tome el teléfono y conteste, pude notar que esto no le gustó nada a Teresa, quizás se sentía ofendida de que no fuera el centro de mi atención a pesar de todo lo que había pasado recientemente, pero no podía hacer nada, debía contestar, no quería perderme de algo importante.
Conteste el teléfono rápidamente, y me di cuenta de que era mi mayordomo, el cual me ayudaba a gestionar mis asuntos y mis negocios, era algo así como mi asistente personal y mi secretario, cumpliendo ambos roles.
— ¿Qué sucede? —le pregunte a mi mayordomo.
—Señor Tomas, él señor Richard Thompson ha venido a su oficina, me dijo que quiere hablar algo importante con usted en estos momentos y pregunta si puede venir a verlo ¿Qué quiere que le diga? —me pregunto mi mayordomo a través del teléfono.
—Dile que espere allí hasta que vaya… en estos momentos estoy ocupado —le dije a mi mayordomo.
—Bien, entendido señor, le dije que espere —me dijo el mayordomo, antes de colgar el teléfono.
Después de que mi mayordomo colgara, me quede mirando mi teléfono por unos momentos, antes de recordar algo que mi mayordomo me dijo.
La persona que había contactado… era Richard… Thompson…
— ¿Thompson? ¿Thompson? —murmure, mientras miraba a Teresa fijamente y empezaba a recordar ciertas cosas de ella.
Su apellido… ¿Su apellido no era…?
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