Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 82

PDV Teresa

Tarde un tiempo en poder contarle a Tomas toda mi situación, le dije bastantes cosas, y después de terminar finalmente, me quede en silencio, esperando a ver qué es lo que decía Tomas ante lo que le dije.

—Entiendo tu situación Teresa… pero ¿Qué quieres que haga? —me pregunto Tomas a través del teléfono.

Aquí vamos.

—Quiero… quiero que me des un adelanto de mi remuneración diaria, necesito… unos 2 meses de adelanto —le dije a Tomas, me fue bastante difícil decir esto.

Eso de pedirle dinero después de cómo nos despedimos la última vez fue bastante difícil, no sé, pero me sentía muy mal, y más porque cuando dije esto de que me diera una adelanto, recordaba las palabras que Daisy me dijo.

Se supone que ese contrato era una especie de trampa para mí, Tomas quería darme ese dinero para que lo gastara y después trataría de que el acuerdo quedara invalido… entonces terminaría con una gran deuda que pagarle.

Aun no había ni firmado el acuerdo, pero ya estaba a punto de gastar ese dinero, Daisy me lo advirtió pero no tengo otra opción, mi madre necesita su tratamiento y nos estamos quedando sin tiempo, ni siquiera podía firmar el acuerdo y dejar que los 3 meses pasaran para poder obtener ese dinero sin temor a nada, ya que el tiempo corría.

Cada mes que pasara, provocaría que mi madre tuviera menos probabilidades de poder sobrepasar su enfermedad, por lo que no podía darme el lujo de esperar, necesitaba ese dinero ahora, no podía esperar ni siquiera 1 mes para obtenerlo.

—Ya veo, pero para poder hacer eso Teresa, necesito que hagas algo primero —me dijo Tomas.

— ¿Qué Necesitas que haga? Siempre y cuando no sea excesivo puede hacer cualquier cosa —le dije a Tomas por el teléfono.

No estaba bromeando, siempre y cuando no fuera algo exagerado podría hacerlo sin problemas.

—No es nada del otro mundo Teresa, solo necesito que firmes el contrato que te envié —me dijo Tomas.

— ¿Solo eso? —le pregunte sorprendida.

Pensaba que me pediría algo más.

—Sí, solo eso, no puedo darte un adelanto de una remuneración que no te doy, primero necesito que firmes el contrato para poder hacerlo Teresa —me dijo Tomas.

—Ya veo —murmure.

— ¿Lo vas a firmar? —me pregunto Tomas.

—Sí, lo firmare —le respondí a Tomas.

—Bien, te enviare el dinero después de que reciba el documento con tu firma —me dijo Tomas.

—No es necesario esperar, lo firmare justo ahora —le dije a Tomas.

— ¿Ahora? ¿En estos momentos? —me dijo Tomas, parecía sorprendido.

—Sí, no quiero perder más tiempo, firmare ahora, espera unos momentos, lo hare en enseguida —le dije a Tomas.

—Bien, esperare tu llamada Teresa —me dijo Tomas antes de colgar la llamada.

Después de que Tomas colgó la llamada, use mi teléfono para poder abrir mi correo electrónico, busque rápidamente el contrato que Tomas me había enviado vía digital, lo encontré y lo abrí, lo observe por unos momentos mientras recordaba las palabras que Daisy me dijo.

Ya estaba a punto de firmarlo, y estaba a punto de gastarme una gran cantidad de dinero, y si el contrato terminaba por romperse, entonces terminaría con una gran deuda con Tomas, necesitaría tener cuidado como Daisy me aconsejo sino quería que las cosas se complicaran.

Son solo 3 meses, solo es ese tiempo.

Suspire, y entonces firme el documento por medio de la vía digital, después de estar listo, me llego una notificación en la cual se me decía que el contrato fue firmado y que a partir de ahora tendría que cumplir con las obligaciones legales firmadas.

Además también me dijo que el contrato firmado se enviara al remitente que me lo envió, por lo que Tomas sabría al instante en el momento en que termine de firmar.

Ya había firmado, y Tomas debió haberle llegado el documento, por lo que todo estaba hecho.

Después de firmar, tenía la intención de llamar a Tomas, pero este último se me adelanto y me contacto antes.

—Ya está todo listo Teresa —me dijo Tomas por el teléfono.

—Sí, ya está todo listo, te daré mi cuenta de banco para que…

—No me entiendes Teresa, dije que ya estaba todo listo, ya te transferí el dinero que me pediste —me dijo Tomas, interrumpiendo lo que iba a decir.

¿Qué fue lo que dijo? ¿Ya me había transferido el dinero?

¿Tan rápido? Normalmente las transferencias bancarias tardaban un tiempo, ¿Cómo lo hizo tan rápido?

Es más… ¿Cómo supo mi cuenta de banco?

No podía creer que fuera cierto, pero Tomas no tenía ningún motivo para mentirme.

— ¿Es en serio Tomas? —le pregunte de forma involuntaria.

Las cosas pasaron muy rápido para poder creerlas.

—Sí, te transferí 180.000 dólares a tu cuenta —me dijo Tomas.

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