Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 85

PDV Teresa

Toma uso sus manos para tomar mi rostro, y continuo besando de forma bastante apasionada, pude sentir su cuerpo junto al mío.

Estábamos muy cerca, y mis pechos estaban presionados contra el pecho de Tomas mientras que mis piernas terminaron entrelazadas con las de este último.

Tarde unos segundos para poder reaccionar y asimilar lo que paso, fue todo muy rápido, Tomas, después de decirme que quería “practicar” en otro sentido de forma repentina uso sus manos para poder arrastrarme al bañera con él.

Lo siguiente que paso fue que nos estebamos besando, podía sentir la lengua de Tomas moviendo y juntándose junto con la mía en el interior de mi boca.

Mi cuerpo empezó a reaccionar y me traiciono de forma descarada, había empezado a recordar todo lo que Tomas y yo hicimos la otra noche y una calentura invadió mi cuerpo en poco tiempo.

Pude sentir como mis pechos empezaban a reaccionar, el pecho de Tomas me estaba presionando los míos y esa presión me gustaba ya que solo hacía que la sensación en ese lugar fuera más fuerte.

Una de las piernas de Tomas, no se cual, estaba debajo de mi falda, estaba muy cerca de mi zona intima, y podía sentir como rozaba con mis propias piernas, el cuerpo de Tomas estaba mojado y termine empapando mi ropa, pero eso no me podría importarme menos.

Cuando pude asimilar lo que paso, quise apartar a Tomas de mí, pero mi cuerpo me traiciono y no encontré las fuerzas para poder hacerlo, por lo que solo pude ver como Tomas continuaba besando y tocando como el quería.

Una de sus manos abandono mi rostro y me toco la espalda, su mano estaba fría, y yo caliente y esa combinación me hizo estremecer, pude sentir como su mano empezaba a bajar cada vez más hasta que llego hasta mis nalgas.

Un instante después pude sentir cierta presión allí abajo, Tomas me estaba apretando ambas nalgas con esa mano que tenía allí.

Mientras sentía como mi cuerpo empezaba a dejarse llevar, pude sentir otra cosa más y eso fue la erección de Tomas, la cual estaba golpeando mi cintura en estos momentos, muy cerca de mi zonta intima.

Cuando sentí esa erección tan cerca de mí, algo sonó en mi cabeza y termino transformándose en las palabras que Daisy me había dicho.

Si llegaba a sostener cualquier tipo de intimidad con cualquier hombre, ya sea sexo anal, vaginal o incluso oral, entonces el acuerdo terminaría roto y yo me quedaría con una gran deuda que tendría que pagarle a Tomas.

Ya me había gastado 100.000 dólares de los 180.000 que me transfirió, si el acuerdo terminaba rompiéndose…terminara arruinada.

— ¡El contrato! ¡El contrato! ¡El contrato! —pensé asustada, mientras abría los ojos de golpe, lo primero que vi fue el rostro de Tomas, el cual me estaba besando.

Cuando recordé el contrato, pude sentir como las fuerzas me regresaban y entonces guie mis mano al pecho de Tomas y lo empuje.

Tomas y yo nos separamos de forma abrupta y debido a eso termine por chocar contra la bañera y me tropecé, estaba cayendo y creí que terminaría en el suelo, pero antes de que lograra caer, Tomas me tomo con sus manos y me jalo de nuevo hacia èl.

Termine chocando con su pecho otra vez, eso me causo algo de dolor en mis pechos pero me alegraba de no haberme caído al suelo.

—Bueno Teresa, solo iba a besarte nada más, pero no puedo evitar sentirme un poco animado si alguien tan bonita como tú esta en mis brazos, y más cuando su pecho se puede notar tras esa camisa —me dijo Tomas mientras me señalaba.

Termine girando mi vista en la dirección que Tomas me indico y pude ver que debido al agua, ahora mi camisa se había vuelto trasparenta y mi sujetador estaba al descubierto, podía verse fácilmente a través de mi ropa.

— ¿Lo ves Teresa? ¿Cómo iba a no reaccionar con esa vista que tengo ante mí? —me pregunto Tomas.

— ¡Te veré afuera y que ni se te ocurra volver a hacer lo mismo otra vez! —le grite a Tomas antes de darme la vuelta y caminar para salir del baño.

—Está bien Teresa, como tú digas, continuaremos nuestra práctica afuera después de que me vista, si eso es lo que quieres.

Cuando las palabras de Tomas cayeron en mis oídos, por poco mi tropiezo, pero logre mantenerme en pie y salí del baño.

De no ser porque estaba obligada bajo contrato, no soportaría ese tipo de bromas que Tomas me hacía.

Además de casi propasarse conmigo también se burlaba de mí, ¿Por qué a los tipos como èl les gusta tanto meterse conmigo?

Primero Vincent, ahora es Tomas, ¿Qué demonios tengo en mi que provoca a esos 2?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO