PDV Teresa
Toma uso sus
manos para tomar mi rostro, y continuo besando de forma bastante apasionada,
pude sentir su cuerpo junto al mío.
Estábamos muy
cerca, y mis pechos estaban presionados contra el pecho de Tomas mientras que
mis piernas terminaron entrelazadas con las de este último.
Tarde unos
segundos para poder reaccionar y asimilar lo que paso, fue todo muy rápido,
Tomas, después de decirme que quería “practicar” en otro sentido de forma
repentina uso sus manos para poder arrastrarme al bañera con él.
Lo siguiente que
paso fue que nos estebamos besando, podía sentir la lengua de Tomas moviendo y
juntándose junto con la mía en el interior de mi boca.
Mi cuerpo empezó
a reaccionar y me traiciono de forma descarada, había empezado a recordar todo
lo que Tomas y yo hicimos la otra noche y una calentura invadió mi cuerpo en
poco tiempo.
Pude sentir como
mis pechos empezaban a reaccionar, el pecho de Tomas me estaba presionando los míos
y esa presión me gustaba ya que solo hacía que la sensación en ese lugar fuera más
fuerte.
Una de las
piernas de Tomas, no se cual, estaba debajo de mi falda, estaba muy cerca de mi
zona intima, y podía sentir como rozaba con mis propias piernas, el cuerpo de
Tomas estaba mojado y termine empapando mi ropa, pero eso no me podría importarme
menos.
Cuando pude
asimilar lo que paso, quise apartar a Tomas de mí, pero mi cuerpo me traiciono
y no encontré las fuerzas para poder hacerlo, por lo que solo pude ver como
Tomas continuaba besando y tocando como el quería.
Una de sus manos
abandono mi rostro y me toco la espalda,
su mano estaba fría, y yo caliente y esa combinación me hizo estremecer, pude
sentir como su mano empezaba a bajar cada vez más hasta que llego hasta mis
nalgas.
Un instante
después pude sentir cierta presión allí abajo, Tomas me estaba apretando ambas
nalgas con esa mano que tenía allí.
Mientras sentía
como mi cuerpo empezaba a dejarse llevar, pude sentir otra cosa más y eso fue
la erección de Tomas, la cual estaba golpeando mi cintura en estos momentos,
muy cerca de mi zonta intima.
Cuando sentí esa
erección tan cerca de mí, algo sonó en mi cabeza y termino transformándose en
las palabras que Daisy me había dicho.
Si llegaba a
sostener cualquier tipo de intimidad con cualquier hombre, ya sea sexo anal,
vaginal o incluso oral, entonces el acuerdo terminaría roto y yo me quedaría
con una gran deuda que tendría que pagarle a Tomas.
Ya me había
gastado 100.000 dólares de los 180.000 que me transfirió, si el acuerdo
terminaba rompiéndose…terminara arruinada.
— ¡El contrato!
¡El contrato! ¡El contrato! —pensé asustada, mientras abría los ojos de golpe,
lo primero que vi fue el rostro de Tomas, el cual me estaba besando.
Cuando recordé el
contrato, pude sentir como las fuerzas me regresaban y entonces guie mis mano
al pecho de Tomas y lo empuje.
Tomas y yo nos
separamos de forma abrupta y debido a eso termine por chocar contra la bañera y
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO