Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 87

PDV Teresa

Use la cocina de Tomas para poder preparar un desayuno algo sencillo, hice un par de huevos acompañado de tocino que Tomas tenia y lo acompañe con pan y mantequilla, y después de terminar se lo di a este para que se lo comiera.

Mientras cocinaba, Tomas y yo compartimos muchas cosas privadas, y me llegue a enterar de muchas cosas con respecto a él, como los nombres de sus padres, sus edades, cuál era el segundo nombre de Tomas, donde había nacido, con que parientes era más cercano de entre toda su familia y más.

Él también se llegó a enterar de todo lo relacionado conmigo, aunque en comparación con él, mi vida no era nada memorable, era más bien algo usual para alguien de mi edad, lo más impactante de mi vida hasta ahora quizás seria cuando tuve que vender mi virginidad en ese club, del resto se podría considerar que mi vida fue más bien la típica para alguien mi posición salvo el hecho de que mi padre me abandono en mi adolescencia.

Hablamos por un buen rato, y por alguna razón termino por importarme como Tomas iba a encontrar el sabor de lo que prepare, y quería que me dijera como le supo, pero el bastardo ni me dijo nada, solo termino de comer de forma algo rápida y después de eso no me dijo nada, si le gusto o no, eso no lo supe, ya que yo no iba a preguntarle.

No quería pensara que me importaba lo que pensara de mi cocina, a pesar de que en realidad era así.

Al principio no fue fácil abrirse con Tomas pero a medida que pasaba el tiempo, las cosas fluyeron de mejor manera, sin mencionar que Tomas siempre tomaba el primer paso y en cada tema que tocábamos él hablaba primero y después venia mi turno, esto hizo que fuera más fácil contarle mis cosas, que si bien, no era tan importantes como las de él, seguía siendo algo mío.

Hablamos por bastante tiempo, y antes de que me diera cuenta, ya eran las 12 del mediodía, y solo faltaba 1 hora para poder para reunirnos con la mujer con la cual me cito Tomas, ya debíamos prepararnos para irnos.

—Teresa, te buscare ropa para que te pongas, espérame aquí —me dijo Tomas mientras se levantaba y se iba.

— ¿Ropa? ¿Por qué? —le pregunte.

Ya estaba vestida.

—Teresa, tu ropa se mojó en la bañera, y como no te la quitaste en todo ese tiempo y dejaste que se secara al natural, ahora empezó a oler mal, tiene un olor a ropa remojada, no puedes asistir a nuestro almuerzo de ese modo —me dijo Tomas.

Cuando Tomas me dijo estas palabras, me sorprendí, y termine por oler mi ropa para poder ver si era cierto, y en efecto, mi ropa apestaba a ropa remojada, me apene mucho, había estado hablando con Tomas durante horas con este olor encima… ¿Cómo no me di cuenta?

—Te buscare ropa para que te pongas, y de todas formas esa ropa que trajiste no es lo suficientemente llamativa para mí, espérame aquí —me dijo Tomas mientras se iba.

Después de que se fue, empecé a molestarme conmigo, había estado durante horas oliendo de esta forma, mientras Tomas olía bien con ese perfume costoso que de seguro se puso yo estaba aquí oliendo mal, el bastardo debió decirme algo antes, si lo hubiera dicho m hubiera puesto ante el sol para secarme y no olería de este modo.

¿Por qué dijo nada?

Tomas no tardó mucho en regresar, regreso con un conjunto de ropa, la cual se veía bastante bien, falda negra con incrustaciones doradas en distintos lugares y una gran inicial en ella en letras doradas, creo que era la inicial de la marca que la hizo, la camisa que me trajo era una de botones y hacia juego con esa falda.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO