PDV Teresa
Tomas condujo
rápidamente, y llegamos dentro de poco al restaurante donde nos íbamos a
encontrar con su amiga, había llegamos 10 minutos antes, por lo que llegamos
con tiempo de sobra.
El restaurante
era de 5 estrellas, nunca antes había estado en uno como este, y pude ver como
todos los presentes aquí, tenían ropas finas, las cuales se veían muy costosas,
solo un vestido de una de las mujeres que estaba aquí debía costar más que todo
lo que tenía en mi armario.
Tomas ya tenía una
reservación, el recepcionista después de tomar nuestros nombres nos llevó a una
mesa grande donde cabían al menos 5 personas, y después de sentarnos, empezamos
a esperar, aún faltaban un par de minutos para que la amiga de Tomas llegara.
Mientras
estábamos sentados, Tomas y yo arreglamos unos últimos asuntos para poder estar
listos para su amiga, y mientras estábamos allí no pude evitar saciar un poco
mi curiosidad y termine por preguntarle a Tomas quien era la mujer con la cual
nos íbamos a ver.
— ¿Para qué
quieres saberlo ahora? —me pregunto Tomas mientras fruncía el ceño, no le gusto
mi pregunta.
—Quiero saberlo
Tomas, ¿Cómo voy a hacer un buen acto sino me dices con quien nos vamos a
encontrar? ¿Qué es ella para ti?
Después de hacer
decir esto último, Tomas, frunció aún más el ceño, pero después suspiro y pareció
finalmente dispuesto a hablar.
—Te lo contare
Teresa, pero será mejor que no hagas un drama y tomes las cosas con calma —me
dijo Tomas mientras clavaba su mirada en mí.
—Lo hare Tomas,
no entiendo el que está haciendo mucho drama por esto eres tú, cuéntame ya
quien esa esa amiga tuya.
—En primer lugar,
no es mi amiga —Tomas parecía enojado cuando dijo esto último.
— ¿No? ¿Y que es
para ti entonces? ¿Una socia de negocios? ¿Un pariente?
—No… es mi
esposa…
Cuando escuche
esto último de la boca de Tomas, sentí como si mi mente se desconectara de mi
cuerpo por unos instantes… y cuando finalmente me recompuse, clave mi mirada en
Tomas, mientras repasaba lo que había dicho.
¿Tomas… estaba
casado? ¡¿Estaba casado?!
¿Por qué no me lo
dijo antes? Es más… si él estaba casado… ¿Entonces yo era…?
— ¡¿En serio
estas casado?! —le grite a Tomas, mientras lo miraba enojada.
—Si Teresa,
“técnicamente” aún estoy casado.
— ¡¿Por qué no lo
dijiste antes maldita sea?! —le grite mientras me levantaba de la mesa.
Pude sentir como
la mirada de todos los presentes giraba hacia nosotros, sabía que me miraban
mal por gritar en un lugar como este, pero eso no me importaba ahora.
Tomas pareció
querer decirme algo, pero no quería escuchar sus palabras, me gire y planeaba
irme de allí en ese mismo instante, pero antes de hacerlo Tomas me había tomado
del brazo y me impidió irme.
— ¿A dónde vas
Teresa?
— ¿A dónde? ¡Me
voy de aquí Tomas! ¡No puedo creer que estés casado!
— ¡Cálmate y
escucha! ¡Me prometiste que ibas a escucharme primero! —mientras Tomas me decía
estas palabras, pude sentí como apretaba su agarre, no tenía ninguna intención
de dejarme ir.
— ¡No hay nada
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO