PDV Teresa
—Bien Tomas, voy
a hablar con ella y veré si dices la verdad, por ahora te creeré.
—Gracias, ya es
la hora así que debería estar a punto de llegar.
—Si descubro que
mientes me voy a ir de aquí justo ahora —cuando dije estas palabras use el tono
más amenazante que pude encontrar, quería irme antes pero Tomas no me dijo, y quería
hacerle entender que no iba a poder retenerme otra vez.
—Lo entiendo,
eres libre de irte Teresa, pero no miento.
Después de decir
esto último Tomas y yo nos quedamos en silencio esperando, ya había pasado la
hora del encuentro, por lo que la “esposa” de Tomas debía estar a punto de
llegar.
Y en efecto llego
pronto, cuando su esposa apareció, pude ver que Tomas se mostraba más alterado,
y no tenía su misma calma de siempre, no era muy evidente, pero pude notar el
cambio, y pude saber quién era su esposa, ya que Tomas la delato con la mirada.
Seguí la mirada
de Tomas y pude ver a Clara, me quede aturdida en cuanto la vi, Clara era una
mujer… hermosa, muy hermosa, su cabello, su rostro, su cuerpo, sus curvas, todo
en ella era prácticamente perfecto, no se le podía notar alguna defecto
mientras le veía.
El vestido negro que
tenía era muy escotado, y levantaba su pecho, se veía muy caro, el aire que
Clara trasmitía con ese atuendo combinado con su belleza la hacían ver como una
hermosa mujer madura, cuando la vi, me termine comparando con ella, y no pude
evitar sentirme un poco mal.
Cuando comparaba
la apariencia madura de Clara con la mía, me sentía más como una niña, no sé por
qué, pero al compararme con Clara era como que una niña o adolecente tratara de
competir contra una adulta totalmente consumada, eso no me gusto.
Clara después de
una breve búsqueda nos encontró y entonces camino hacia nosotros, atraía
miradas por donde sea que pasara, era alguien muy llamativa, si me ponía a su
lado en cualquier lugar terminara quedando bajo su sombra.
—Hola Amor, ha
pasado bastante tiempo —le dijo Clara a Tomas en cuanto llego a nuestro lado.
—Clara —le
contesto Tomas de una forma bastante fría mientras la miraba, ni siquiera se
levantó a recibirla.
—No seas así
Tomas, vamos dame un beso —le dijo Clara.
—Clara…
—Bien, bien, me
conformo con esto.
Después de que
Clara dijo esto último, se abalanzo rápidamente contra Tomas y le dio un beso
profundo en la mejilla, pude ver que Tomas no le gusto esto, pero Clara solo se
rio ante su arrebato y después de eso giro su mirada hacia mí.
Cuando los ojos
de Clara se encontraron con los míos, mi corazón sufrió un salto, estaba
nerviosa, la presencia era intensa.
—Tú debes ser…
Teresa ¿Verdad? —me dijo Clara, mientras alzaba su mano hacia mí.
—Sí, gusto en
conocerte Clara —le dije mientras me levantaba y estrechaba su mano, tratando
de aparentar no estar nerviosa.
— ¿Tu eres la
novia verdad?
—Pues… si… lo soy
—le conteste mientras le echaba una mirada a Tomas.
Clara no parecía
molesta por verme, eso me hizo supone que Tomas decía la verdad con que se
estaban divorciando.
idea de insistir en un divorcio.
Tomas, Clara y
yo, le dimos nuestras ordenes al camarero, y este después de tomarlas se fue,
Tomas y Clara empezaron a hablar de los negocios que ambos tenían pendientes, a
pesar de estudiar contabilidad los temas que trataron eran avanzados, por lo
que me costó un poco seguirlos, pero aprendí bastante mientras los escuchaba.
Tomas tenía razón
en cuanto a lo que dijo que su estrecha relación empresarial le dificultaba
mucho el poder mantener la distancia… y ahora que lo pensaba ¿Tomas habrá
firmado un acuerdo prenupcial? Si lo llego a firmar… ¿Esa sería la razón por la
cual Clara no quiere el divorcio?
Tomas y Clara
continuaron hablando un tiempo más y el camarero nos trajo nuestras comidas,
los 3 comimos a grandes bocados pero mientras lo hacíamos, Clara y Tomas
finalmente terminaron de hablar sus asuntos pendientes y entonces la
conversación giro hacia mí.
Había permanecido
callada todo este tiempo ya que no tenía nada que aportar a lo que ellos 2
hablaban, pero ahora el foco estaba en mí.
—Dime Teresa
¿Cómo fue que conociste a mi marido? Por favor dame detalles ¿Quiero saber cómo
te convertiste en la amante de mi esposo? —me pregunto Clara mientras sus ojos
estaban fijos en mí.
Me enoje cuando
Clara me llamo por ese apodo, no me gustaba nada, pero técnicamente Clara era
la esposa de Tomas y según ella yo era la novia, por lo que en realidad si
podría ser la amante, pero no me gusto que me llamara así, sin mencionar que lo
hizo a propósito.
Empezaba a caerme
mal esta mujer, Tomas y yo ya habíamos practicado nuestra historia, y sabía que
decir y mientras Clara me miraba, empecé a contarle todo la historia que
memorice junto con Tomas.
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