PDV Saint
Después de que
Teresa me colgó el teléfono, fui a recoger a Clara, la cual después de atender
su cita con Tomas fue a cierto lugar a buscar un par de cosas y me espero allí
hasta que la fuera a buscar.
Cuando llegue con
Clara, esta se montó en el asiento del copiloto y después de eso avanzamos, en
el camino le pregunte qué había pasado con Tomas, estaba interesado en saber si
mi amigo se había enojado conmigo por hacer que se encontrara con su ex.
La respuesta fue
decepcionante, ninguno de los 2 me menciono en toda su conversación, no espere
eso.
Lo único que
hicieron Clara y Tomas fue hablar de negocios y sobre la nueva novia de Tomas,
la cual al parecer enojo mucho a Clara.
— ¿Cómo es ella?
—le pregunte mientras seguía conduciendo.
—Nada en
especial, es solo una universitaria que aprovecho la ocasión para poder pegarse
a un hombre rico como Tomas, no es nada especial, solo es una aprovechada —me
dijo Clara, su expresión aunque no era normal, tenía varios signos de enfado.
Clara por lo
general era alguien que podía llevar el control de las cosas y mantener la
calma, parece que Tomas y su supuesta novia no se lo dejaron fácil.
— ¿Por qué dices
que es una aprovechada?
—Piénsalo
Vincent, una universitaria de clase media de 19 años, ¿En serio piensas que no
tiene en mente el dinero de Tomas?
—No, de seguro
fue uno de sus principales intereses.
—Nada más te digo
que Tomas la hizo usar una ropa de más de 100.000 dólares, se nota que la está
consintiendo mucho, quien sabe cuánto beneficio habrá sacado esa chica hasta
ahora.
— ¿Entonces
piensas que su relación con Tomas es real? —le pregunte con cierto interés.
Si era real,
entonces Tomas había tenido todo este tiempo sin decirme nada a mi… eso me hacía
sentir mal.
—No lo sé bien,
pero lo más probable es que no —me respondió Clara, su mirada se giró hacia mí,
parecía estar convencida de esto.
— ¿En serio? ¿Por
qué piensas eso?
—La historia
sobre cómo se conocieron tiene cosas que no cuadran Vincent, de principio a
fin, al parecer Toma ahora esta donando dinero a las universidades públicas.
— ¿Tomas hizo
eso? No me entere.
—Yo también, y
eso que lo tengo muy bien vigilado.
— ¿Estas espiando
a Tomas?
—No es espiar
Vincent, maldición, Tomas también pensó lo mismo.
—Es porque lo
estas espiando.
—No es espiar
Vincent, soy su esposa, tengo derechos, y uno de eso es saber que está haciendo
mi esposo a mis espaldas.
—Clara, te estás
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