PDV Teresa
Vincent y yo regresamos a mi casa, por suerte mi hermano no estaba allí en estos momentos, él había estado viendo a Vincent venir en el último mes, y aun no se llevaban muy bien que digamos, era mejor que no se vieran mucho.
Vincent no tardó mucho en acomodarse en mi casa, de hecho se tiro al sofá y el descarado empezó a ver televisión mientras estaba acostado allí, no parecía tener intención de irse pronto.
La tarde ya había llegado, y no sé a qué hora se iba a ir Vincent, pero conociéndolo de seguro no me iba a hacer caso si lo echara y le dijera que se fuera, si trataba de correrlo de seguro empezaría a hacer de las suyas, Vincent le gustaba mucho burlarse de mí, no quería darle oportunidades, por lo que solo me senté junto con él y vimos televisión juntos.
—Por cierto Teresa, en 2 semanas me voy a ir a Paris —me dijo Vincent mientras estaba acostado en mi sofá.
— ¿A Paris? —murmure mientras giraba mi vista hacia Vincent.
—Sí, me invitaron a cierto evento, voy a irme y serviré como una especie de juez mientras este allí.
—Ya veo… ¿Qué quieres haga? ¿Quieres que administre algo mientras tú no estás aquí? —le pregunte con cierta emoción.
En el último mes que habíamos estado juntos, Vincent no me había dado muchas tareas serias o profesionales de las cuales encargarme, cuando empecé a trabajar para él, en mi interior pensaba que iba a poder aprender algunas cosas, después de todo Vincent administraba varias empresas del grupo empresarial de su padre, por lo que podría aprender mucho allí.
Las cosas no fueron como pensé y en lugar de hacer tareas verdaderas, Vincent solo me dejo como su chica de los recados y acompañante personal, deseaba trabajar de verdad, la experiencia que podría ganar al manejar algunos de los asuntos empresariales de Vincent seria inestimable en el futuro.
Como Vincent se iba, pensé que delegaría en mí, algunas tareas mientras él no estaba, me emocione por pensar en que por fin podría trabajar de verdad.
—No Teresa, te estoy informando porque tú vas a venir conmigo.
— ¿Contigo? ¿A Paris?
—Claro, te lo acabo de decir.
Empecé a sentir cierta emoción por la idea de viajar, los lugares más lejos a los cuales había viajado eran los estados cercanos, y nunca antes había viajado en avión, la idea de viajar a otro continente era excitante.
— ¿Por qué voy a ir contigo?
—Obviamente necesito a mi chica para que pueda ayudarme en todo lo que necesite Teresa, sin mi chica ya no puedo ser funcional, te necesito Teresa —me dijo Vincent mientras me miraba con ojos de gato triste.
—Deja de llamarme así Vincent, por comentarios como esos la gente podría pensar que tenemos algo, como esa gente del parque.
— ¿Y eso sería falso? Vamos Teresa, solo tienes que decir que “si” y seré todo tuyo, tendrás todo esto para ti… aunque te advierto que tendrás que compartir —Vincent al decir estas palabras, no paraba de tocar su torso de una forma bastante atrevida.
Me quede con los ojos en blanco al ver esto.
—Vamos Teresa, solo di que “si”, y podrás ser una de las que obtendrá todo esto.
—Ya quisieras Vincent, y además no soy de las que le gusta compartir —le dije a Vincent mientras le lanzaba un cojín a ver si dejaba de hacer eso.
— ¿Ah no? Teresa, no me digas que eres de esas que les gusta acaparar a un hombre —me dijo Vincent mientras lograba atrapar el cojín que le lanze.
—Pues sí, si de verdad quieres estar conmigo te advierto que soy muy toxica Vincent, si te descubro en algún momento con otra chica, te dejare sin pelotas mientras duermes.
—No me digas eso, me vas asustar, ¿No hay otra alternativa?
—Pues sí, si quieres estar con otras chicas mientras estás conmigo, adelante, pero entonces yo también estaré con otros chicos al mismo tiempo que tú.
—No digas eso tampoco Teresa, ¿En serio piensas que soportare que mi Teresa este con otros hombres?
—Pues esas son las 2 alternativas que te doy, si me engañas te dejo sin pelotas, o sino yo también te engañare, no soy de las que comparten Vincent.
—Por favor Teresa, dame una 3 opción, voy a tener que renunciar a todas mis novias solo para poder estar contigo, ¿Sabías que tengo 6… no 7 novias? ¿Sabes el sacrificio que será renunciar a todas ellas solo para estar contigo?
—Pues si piensas que no valgo la pena, quédate con tus 7 novias Vincent, conmigo no puedes tener ninguna más —le dije a Vincent mientras giraba mi vista para ver de nuevo el televisor.
Vincent de verdad que decía cosa tontas, ¿7 novias? Eso ni yo me lo creo.
—Vamos Teresa, no me hagas elegir, la verdad que tú eres más bonita que cualquier de mis otras novias, en este último has mejorado mucho, me vuelves loco, no sé qué escoger.
—Eso no es asunto mío —le conteste a Vincent con el mismo tono juguetón que él hacia conmigo, aunque era verdad que mi apariencia había mejorado en este último mes.
Todo se lo debía a los salones de belleza a los cuales Tomas me llevo y al hecho de que ahora podía dormir más tiempo y estaba menos estresada con respecto a cómo llegar a fin de mes.
Me quede en blanco al escuchar este precio y trate de persuadir a Tomas de que no lo comprara, no me sentiría cómoda trayendo 200.000 dólares puestos sobre mí.
No quería repetir la sensación que sentí cuando lleve ese conjunto de 105.000 dólares, que use en nuestro almuerzo con Clara.
Trate de convencerlo, pero Tomas se negó, y me dijo que no lo tomara con importancia, habrían mujeres que asistirían a la fiesta de Mía con vestidos de gala valorados en 1 millón de dólares, el precio de este no era nada.
Los lujos que se daban los ricos a veces eran absurdos… ¿Qué necesidad había de gastar 1 millón de dólares en un vestido?
A pesar de todos mis intentos, no pude convencer a Tomas y este me hizo llevarme el vestido, debía ponérmelo para la fiesta y no iba a aceptar excusas.
Me lleve el vestido a mi casa y tuve mucho cuidado de no dañarlo, tuve que reorganizar mi armario para poder ponerlo en una sección solitaria, quería evitar cualquier posible accidente.
Finalmente después de unos días más en los cuales me mantuve alerta de que al vestido no le pasara nada, llego el día de la fiesta de Mía, Tomas dijo que vendría a recogerme, pero como no quería que Richard lo viera, decidí irme a su casa en plena tarde para poder prepararme allí junto con Tomas.
Ambos nos arreglamos, pero necesite la ayuda de Tomas para poder ponerme el vestido en ciertas partes, nunca antes había usado algo así, por lo que no supe bien como ponérmelo sola, sin más que hacer tuve que llamar a Tomas, el cual mientras me apoyaba no se limitó, y tocar ciertas partes de mi cuerpo mientras me ayudaba a ponerme el vestido.
En especial, empezó a usar sus manos para poder recorrer mis piernas lentamente mientras su rostro estaba muy cerca de ellas, no había mucha razón para hacer esto, pero aun así lo hizo, pude sentir su respiración chocar contra mi piel.
Finalmente después de un muy largo tiempo vistiéndome junto con Tomas, estuve lista, me mire al espejo y me quede atontada por un breve tiempo por lo cambiada que me veía.
Mi apariencia actual parecía muy distinta a la de hace 1 mes, no solo era a causa del vestido, el cual pude ver que me quedaba bien, sino porque también mi cuerpo estaba algo cambiado y más en forma, todo en mi parecía mucho más firme, incluso mi cabello lucia diferente, Tomas me había llevado al estilista esa mañana para poder quedar impecable para la ocasión.
Mientras me observaba, termine girando un par de veces para poder verme mejor, la falda del vestido giro conmigo, pero pude ver todo bien, Tomas haciendo gala de su fetiche compro un vestido que resaltaba especialmente mi trasero.
Por lo visto no se cansaba de eso…
—No tienes por qué verte tanto Teresa, estas hermosa, de eso no lo dudes, yo me encargue de todo —me dijo Tomas mientras se acercaba a mí.
—Gracias —le conteste mientras tomaba su mano.
—Vamos, estamos algo tarde y debemos llegar, Mía me conoce y sería malo que notara mi tardanza.
Después de decir esto último, Tomas y yo salimos de su hogar y nos montamos en su auto, poco después empezamos a avanzar, estando en camino hacia la fiesta de Mía.
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