¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 159

Isabel no dio rodeos, dijo lo que pensaba:

—No sé cuál es la relación que hay entre Cynthia y tú, solo me parece que, si no podéis estar juntos, espero que dejes que Cynthia y yo criemos a los niños.

Isabel pensaba mucho por el futuro.

Sería genial si Cynthia pudiera formar una familia con Alain, pero si no, esperaba que Alain no compitiera por la custodia de los niños.

Si realmente tuvieran que enfrentarse por eso, ella y Cynthia no tenían ninguna posibilidad en ganarle.

Así que, antes que nada, tenía que mostrar la actitud por su parte.

—No hemos tramitado el certificado de divorcio.

No parecía una explicación, pero su efecto era mejor que una explicación.

—Legalmente seguimos siendo marido y mujer, me gusta su hija no porque me ha dado hijos, sino porque me gusta ella en sí.

Isabel exhaló un suspiro de alivio, «Si es así, mejor».

Pero no sabía cómo responder a su franqueza.

—Voy a la Nación A para un viaje de negocios. Ella me acompañará. Puede que no volvamos en unos días. Le tendré que pedir a usted ya Vega que me cuiden a Álex y Alessia. He arreglado a gente para que vigile fuera de la villa, así está garantizada la seguridad. Si quiere salir, llévelos con usted.

Alain recordó.

Aún no había encontrado a Cynthia, temía que Isabel estuviera preocupada, también temía que los dos niños la buscaran.

Por eso deliberadamente le dijo a Isabel que estaba en un viaje de negocios con él.

—Sí, no te preocupes.

Después de la charla, Isabel se quedó mucho más tranquila.

—Alessia…

—Está en mi cuarto.

Isabel respondió rápidamente como si supiera lo que iba a preguntar.

—Anoche se despertó con las ganas de ver a Cynthia. Al final la llevé a mi habitación porque no paraba. Me tomó mucho tiempo persuadirla, ahora mismo debería estar dormida.

Antes de que Isabel terminara de hablar, sonó una voz suave:

—Mamá... Papá.

Llevaba un pijama con un dibujo de pato amarillo, su piel era blanca y tierna, bajo su cabello desordenado se podía ver su rostro blanco. Saltó hacia Alain y gritó dulcemente:

—Papá…

Alain la tomó en sus brazos.

La pequeña le abrazó el cuello y le dio besos, como si ahora quisiera compensar la parte de ayer cuando Álex no la dejó acercarse a su padre.

—Te echo de menos.

De hecho, tenía miedo de que su padre se enojara y no la quisiera más.

Tenía un tono halagador.

Alain frotó el cabello que le tapaba la frente exponiendo toda su cara, se podía apreciar su frente voluminoso, los bonitos ojos grandes, y el rostro inmaduro, se veía muy hermosa.

Con su pulgar le rozó la mejilla ligeramente.

—¿Quién me echa de menos?

Alessia pensó por un momento, luego agarrándose el pequeño pecho dijo:

—Mi corazón.

—¿No volvió mi mamá contigo?

Sin ver a Cynthia, Alessia miró a todos los lados.

El cuello de Alain estaba ligeramente tenso, pero aparentemente estaba tranquilo y sereno.

—Tú mamá tiene algo que hacer, así que no volvió...

¡Biiiip, biiiip!

En ese momento sonó el teléfono de Alain en el bolsillo.

Sacó su celular y echó un vistazo, era una llamada de Mauricio, no lo cogió de inmediato, sino soltó a Alessia y le tocó el cabello antes de hacerlo.

—Voy a contestar el teléfono.

Alessia se portaba muy bien. Por su lado, Isabel se acercó y dijo:

—La llevo a asearse y cambiarse de ropa.

—Me parece bien.

Alain asintió.

Luego de ver que Isabel llevó a Alessia a la habitación, Alain se acercó a la ventana francesa para contestar el teléfono.

Cuando la llamada estaba conectada, se escuchó:

—La hemos encontrado.

Sintió que una corriente eléctrica pasó por su interior, estimulando cada célula de su cuerpo.

¿Mauricio dijo que la encontraron?

Pensaba que estaba tranquilo, pero habló sin ninguna calma:

—¿Dónde está ahora?

—En las afueras, te enviaré la ubicación.

Cuando colgaron el teléfono, Alain recibió la ubicación enviada por Mauricio.

Abrió la ubicación mientras caminaba. En ese momento Alessia asomó la cabeza hacia fuera de la habitación.

—¿Vas a salir, papá?

Alain hizo una pausa y la miró.

—Sí, voy a salir.