¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 206

Al ver que era Alain, Álex se puso más tenso aún, posiblemente era porque había hecho algo que lo dejaba intranquilo.

—¿Por qué estás aquí?

Alain entró, ignoró a su pregunta para sentarse junto a su cama. Por su lado Álex quiso alejarse, pero Alain lo agarró por los hombros.

—¿Tanto te disgusto?

—No.

Álex lo negó de inmediato.

—Sé muy bien lo que has hecho...

—¡No sé lo que estás diciendo!

Antes de que Alain terminara de hablar, Álex interrumpió emocionado.

La manita que tenía en la cama sujetó la sábana con fuerza, haciendo que ​​la sábana blanca se arrugara.

«¿Cómo es posible que Alain se entere si lo he hecho tan oculto?».

Alain le tocó la cabeza.

—Has utilizado a Arturo para que compitiera conmigo en conquistar a tu mamá, ¿verdad?

Los ojos de Álex se agrandaron, su carita estaba arrugada, se preguntaba cómo supo que usó a Arturo.

—Eres mi hijo, te conozco mejor que nadie.

Alain habló con tono serio.

Arturo le dijo lo de que Cynthia estaba divorciada cuando los dio a luz, entonces supo que Álex le reveló esa información.

Cynthia no diría ese tipo de cosas, solo muy ​​pocos lo sabían, ni siquiera Mauricio y Cristián estaban enterados del todo sobre ese asunto.

Álex frunció los labios y no dijo nada, obviamente lo había admitido con su silencio.

Podía ocultárselo a todo el mundo, pero no podía ocultárselo a Alain.

Quizás la consanguineidad les hacía pensar de la misma forma, por lo que era fácil que adivinaran lo que el otro quería hacer.

—¿Te has enfadado?

Álex bajó la cabeza, agarrándose los dedos.

Alain bajó los ojos para observar sus movimientos, las comisuras de sus labios se arquearon levemente.

—No estoy enfadado, más bien me alegro de que sepas usar a los demás para lograr tus objetivos, digamos que no hay nada de malo en eso.

Álex estaba boquiabierto, «¿Qué?».

Miró a su papá con ojos increíbles.

—El nivel más alto para lograr tu objetivo es que nunca has participado, pero obtuviste lo que querías. Aunque no fuiste lo suficientemente inteligente como para ocultármelo, no fuiste demasiado estúpido teniendo este tipo de pensamiento.

Cuando Alain dijo eso, estaba muy serio, pero mirando de cerca las comisuras de sus ojos y sus cejas, se podía notar que había una leve alegría allí.

Álex solo tenía cinco años, el hecho de poder pensar en eso y ponerlo en práctica ya era genial.

La razón por la que no lo elogió fue para hacerle saber que eso no era suficiente.

Si lo elogiaba, temía que se pusiera demasiado orgulloso.

Álex resopló con frialdad. No le convenció el juicio que le dejó Alain. Las personas que habían estado en contacto con él siempre decían que era inteligente, lindo y encantador.

«¿Por qué según él no soy demasiado estúpido?

¿Qué es eso de no demasiado estúpido?

¿Quiere decir que soy inteligente entre los estúpidos?».

Se negó firmemente a admitir la evaluación de Alain hacia él.

—Claro que no soy estúpido, ¿qué tal si hacemos una apuesta?

Alain asintió con la cabeza, un poco interesado en la propuesta de su hijo, quería ver si lo sorprendería.

—¿Qué quieres apostar?

—Apuesto a que no puedes conquistar a mamá.

Álex levantó la cabeza, estaba irritado por el «no fuiste demasiado estúpido» que dijo Alain.

«¡Jum, juro que no dejaré que conquiste a mi mamá tan fácilmente!

¡Este hombre es demasiado arrogante!».

Alain apretó los labios con fuerza, lo miró durante varios segundos antes de hablar:

—¿De verdad quieres que ese cojo salga con tu mamá?

Álex se negó a decir la verdad:

—La discapacidad física es mejor que la discapacidad mental.

Alain se quedó sin habla durante un rato.

«¿Me está diciendo que tengo discapacidad mental?».

—Hijo...

—Tengo sueño.

Álex emitió una orden de desalojo con eso, obviamente no estaba dispuesto a escucharlo más.

Para evitar que Alain siguiera hablando, Álex se metió en la cama, se tapó con la colcha, cerró los ojos y fingió estar dormido.

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