¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 264

—¿Qué estáis haciendo?

Parecía que lo dijo de mala gana, sonaba ahogado.

Después de estar callada durante unos segundos, Cynthia fingió estar tranquila.

—Me ha traído de regreso.

Alain se rio, pensó que estaba tranquilo, pero dijo sin ninguna calma:

—¿Para eso necesita acercarte tanto? ¿He visto alucinaciones o alguien trama cosas?

Los párpados de Cynthia temblaron cuando escuchó estas palabras, «Qué hombre más quisquilloso».

—Alain...

—Entra.

Interrumpió la explicación que Cynthia quería dar.

Cynthia sintió una tensión, y luego un poco preocupada entró al hotel.

—Presidente Arturo, baja, hablemos.

Su voz era sorprendentemente tranquila, pero esa tranquilidad solo era aparentemente.

Arturo se bajó del auto con la ayuda de Pablo. Sin dirigirle una mirada, Alain caminó hacia el área verde afuera del hotel, Arturo lo seguía por detrás.

—Presidente Alain, ¿qué me quieres decir?

Los pasos de Alain se detuvieron abruptamente, se dio la vuelta y agarró el cuello de Arturo con tanta fuerza que el cuerpo de Arturo se quedó suspensa en el aire.

—No entendiste mi advertencia, ¿verdad?

Como lo estaba tomando por el cuello, a Arturo le costó un poco decir:

—No. Creo que nos has malentendido. He quedado con la señorita Cynthia porque quería preguntarle algo.

Alain se burló, obviamente no estaba convencido. Cynthia no tenía ninguna intención escondida, pero las intenciones de Arturo eran obvias.

—En cuanto a los asuntos del pasado, creo que, si la señorita Cynthia está dispuesta a decirlo, todo quedaría claro, ni siquiera tendríamos que dedicar tiempo y esfuerzo a investigar. No es fácil investigar cosas de hace tanto tiempo...

Alain apretó más fuerza en la mano, se inclinó un poco, luego desde su altura dijo con agresividad:

—Me interesan los asuntos de Carmen, pero nunca la obligaré a decir cosas que no quiere decir. Has tocado mi límite de tolerancia. En cuanto a la cooperación, se da por terminado, sacaremos información según nuestras capacidades.

Dicho eso, Alain soltó su mano. Arturo se cayó en la silla de ruedas, la silla tembló por un momento, como si se iba a hacer pedazos.

Arturo no estaba convencido.

—Presidente Alain, ¿has pensado alguna vez en cuánto podemos averiguar si los sucesos del pasados ​​se ocultaron deliberadamente? O, ¿cuánto tiempo nos llevará averiguarlos?

Los pasos de Alain se detuvieron y sus labios se curvaron con frialdad.

—¿Y qué pasa si no los averiguo?

No estaba en la misma situación que Arturo. Este quería saber lo que pasó antes porque quería tomar represalias por su padre adoptivo, pero Alain simplemente estaba interesado en los asuntos de Carmen.

¿Por qué escondió su apellido? ¿Alejandro era consciente de eso?

Sabía que debía haber algún secreto en Carmen, quería saberlo, pero no obligaría a Cynthia a decirlo.

De hecho, tenía miedo de saber la verdad, sentía que el cambio en la actitud de Cynthia hacia él estaba relacionado con ese secreto.

Era consciente de que un secreto que pudo hacerla cambiar de actitud no era nada simple, sin duda tenía algo que ver con él.

Era contradictorio. Tenía ganas de saberlo, pero a la vez tenía miedo de saberlo.

En el hotel, con la llegada de la abuela de Cristián, este arregló una comida para darle la bienvenida. Reunió a todos en la habitación privada más grande del hotel. Habían llegado todos excepto Alain.

Cynthia sostuvo a su hija, le tocaba el cabello frecuentemente para ocultar su ansiedad, no sabía si Alain entraría en conflicto con Arturo.

—Permitidme que os presente a mi abuela que me crio desde pequeño.

Cristián hizo una gran presentación.

Lourdes Avellaneda no cooperó en absoluto con él.

—¿Quién no sabe que soy tu abuela? ¿Necesitas hacer una presentación? No hay desconocidos aquí, solo dime dónde está tu novia, ¡me dijiste que te casarías en fin de año!

La expresión de Cristián se quedó tensa, en un instante se desanimó.

Lourdes parecía estar paranoica, su tema de conversación no se desviaba de si tenía novia y de si se casaba en fin de año.

Lo había preguntado varias veces en una sola mañana.

Cristián sintió que se estaba volviendo loco.

Ahora lo único que anhelaba era encontrar una mujer para casarse de inmediato, así Lourdes dejaría de hablar de eso.

Mauricio miraba el espectáculo en silencio. Chloe posaba una actitud de que no tenía nada que ver con ella, no interrumpía ni expresaba opinión, solo ocasionalmente charlaba con Álex que estaba sentada a su lado.

Cynthia obviamente estaba sumergida en su pensamiento y no estaba muy animada.

Lourdes miró a la gente de la mesa. Como Cynthia estaba casada, solo podía tramar algo de Chloe.

—¿Cómo te llamas?

Chloe miró a Cristián y a Lourdes.

—Mi nombre es Chloe Campos.

—¿Chloe Campos?

Preguntó Lourdes con una sonrisa.

Chloe asintió.

—Sí.

Lourdes preguntó de nuevo:

—¿Tienes novio?

Antes de que Chloe pudiera hablar, Mauricio respondió por ella:

—Sí.

El rostro de Lourdes se desanimó de inmediato, preguntándose por qué no había esperado a Cristián y por qué había encontrado a un novio tan temprano.

«Ains», Lourdes suspiró en su interior.

Chloe se volvió para mirar a Mauricio.

Mauricio sonrió y se encogió de hombros.

—¿No nos habéis anunciado tú y Cristián que estáis saliendo juntos?

Cristián se quedó sin habla.

Los ojos de Lourdes se iluminaron.

«¿Chloe está saliendo con Cristián?

¿O sea que mi nieto tiene novia?».

¡Paf!

Lourdes le dio una palmada en la espalda a Cristián, quejándose con una sonrisa en la cara:

—¿Por qué no me lo has contado?

Cristián respiró hondo y miró a Chloe en silencio, sin atreverse siquiera a exhalar.

—Ay.

Lourdes estaba muy feliz, se levantó de su asiento, caminó hacia Chloe y la miró detenidamente. Aunque al costado de Cynthia no destacaba tanto, mirando de cerca era hermosa. Tenía una carita pequeña con ojos grandes, era blanquita de piel y muy joven.

Lourdes agarró la mano de Chloe.

—¿Por qué no me has dicho que estáis saliendo? ¿Te ha intimidado? Si Cristián se atreve a intimidarte, puedes decírmelo para que le de una paliza.

—No...

—Abuela, no asustes a mi novia.

Cristián vino a interrumpir.

—No me atrevo a decírtelo porque tengo miedo de que te emociones demasiado.

—Cristián...

—Abuela, siéntate.

Cristián simplemente no dejó hablar a Chloe, mientras ella abría la boca, él deliberadamente la interrumpía.

El rostro de Chloe se sonrojó de ira. «¿No se está comportando como un pícaro? Ya se lo había dejado claro antes».

—Bien, bien, bien.

Lourdes miró a Chloe, cuanto más miraba, más satisfecha se sentía. Era evidente lo contenta y satisfecha que estaba con Chloe.

«Esto es engaño, no puedo dejar que Cristián me use para engañar a Lourdes».

—Cristián, sal conmigo.

Ella debía dejarlo claro.

Cristián le dio una palmada en el hombro a Lourdes.

—Salimos a decir unas palabras.

—¿Por qué tenéis que salir a decirlo?

Lourdes quería seguir hablando con Chloe para informarse de la situación de su familia.

El rostro de Cristián se puso serio.

—¿Qué pasa? ¿Quieres escuchar nuestros secretos?

—No, no.

Lourdes agitó su mano rápidamente.

A su nieto le había costado mucho encontrar novia a esta edad, no podía causarle problemas.

Que si no lo echaría a perder todo.

Cuando Chloe pasó junto a Cristián, tiró de la esquina de su ropa.

—Date prisa.

Cristián consoló a Lourdes:

—Ella es tímida, le da vergüenza, por eso no te dije que es mi novia. Voy a consolarla.

—Ve.

Lourdes estaba a favor de que fuera a consolar a su novia.

Cristián salió de la habitación privada y vio a Chloe de pie enfadada en el pasillo, respiró hondo y se acercó.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!