¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 316

Chloe ni siquiera miró a su cara.

Se puso el abrigo, cogió el bolso y caminó hacia la puerta.

Cristián bajó la cabeza y echó un vistazo a la tarjeta que estaba al lado de su pie, la recogió inmediatamente y salió de la habitación rápidamente. La encontró justo cuando ella estaba en la salida, la agarró a su brazo, y la llevó hacia afuera.

Chloe le regañó airadamente:

—¿Qué estás haciendo?

Cristián no le hizo caso, la llevó al parqueo directamente. La metió en el coche para que no pudiera bajar, y justo cuando Chloe entró, él cerró la puerta del coche.

Chloe estaba muy enfadada y dio golpes fuertes a la ventana.

—Cristián, ¿qué haces? ¡Déjame a salir!

Cristián ignoró su resistencia y ellos salieron del hospital rápidamente.

—Te lo juro que te odiara mucho más, si seguirías así. Eres desleal, encima sinvergüenza. ¿Cómo puedo casarme contigo, con una persona como tú? ¡No estoy loca!

Chloe se frotó la cara con mucha fuerza para tranquilizarse un poco.

Afrontando a una persona como Cristián, ella no podía estar calmada.

Estaba demasiado decepcionada con Cristián.

—¿Quieres irte? Tus cosas todavía están en casa, ahora mismo te llevo a casa para cogerlas.

Cristián se rio burlonamente:

—Soy cruel, soy un cabrón, ¿y tú? ¿Cómo puedes marcharte así sin dar me la segunda oportunidad? ¿Lo sabes cómo me siento? Antes de decidir casarme contigo, lo he pensado en muchas cosas. Que sí, es verdad que ha vuelto mi exnovia, pero ya no la quiero, y tú, te aprovechas de eso y no quieres confiar en mí.

Cuanto más decía Cristián, más injusticia se sentía.

—La confianza es mutua, yo no pudiera dártelo, si no me la darías primero. Te he dado una oportunidad en principio. Te he dicho que no sales con ella, pero te has quedado con ella más de una vez. Y has tenido tiempo para contarme todo también, pero no has dicho nada. Si te importo de mí, ¿cuándo fuiste a verla, habías pensado algo en mí? Deberías dudar en muchas cosas, ¿si estaré ansioso?, ¿si estaré triste? Soy huérfana, aunque fui adoptada por una familia buena, tuvo una infancia feliz, todavía me siento inseguro en mi interior. Lo Sabes, ¿cuánto valor me hace falta para decidir casarme contigo?

—¿Sabes cuántas ilusiones me hace por casarme contigo?

Los ojos de Cristián estaban rojos por la tristeza. Al afrontar la acusación de Chloe, no pudo refutar de nada.

Era verdad que fue a ver a Elisa.

Chloe se tapó la cara con las manos.

—Necesitamos tiempo para calmarnos.

Cristián estacionó el coche en el parqueo.

Los dos se quedaron callados. Había una atmosfera sofocante dentro del coche.

Después de un rato, Cristián habló primero:

—Toma.

Él puso la tarjeta sobre sus piernas y se le explicó:

—Estaba muy enfadado, no lo tomes en serio.

Chloe no le respondió.

Hubo otro silencio.

Después de un buen rato, Chloe abrió la puerta, y bajó el coche sin decirle nada.

Aunque ella no dijo nada, Cristián supo lo que iba a hacer. Se sentía impotente en ese momento.

Hasta ahora, pasó lo que pasó, todo era su culpa.

Después de un rato, apreció Chloe con una maleta, se acercó a la puerta del coche, y dejó las llaves sobre el asiento.

—Aquí tienes las llaves de la casa.

Ella se fue, y no tenía razón para quedarse con las llaves.

Cristián quedó en silencio.

Chloe le miró, y se fue sin decir nada. Cogió su maleta y caminó hacia la puerta de la comunidad.

Cristián abrió de la puerta del auto y la miró a su espalda.

—¿Si tienes tiempo, podrías ir a visitar a la abuela? Ella no quiere que nos separemos. Le he mentido, le he dicho que ya estamos bien. No quiero que ella se preocupa. Si no la visites, dudará de las cosas que le digo. Ella está mayor, ¿me podrías hacer este favor?

Chloe paró y dijo:

—Te acuerdo.

Ella no lo haría por Cristián, sino por la abuela.

Él caminó rápido para lanzar los pasos de Chloe. Quería retenerla, pero no pudo encontrar ninguna razón para hacerlo. Al final dijo:

—Gracias.

Chloe no respondió nada, se fue y sin darse la vuelta.

Cristián cerró los ojos y se sentó en el suelo sin cuidar su imagen, se rascó la cabeza con mucha fuerza. Estaba muy enojado por no hubiera podido arreglar la relación.

Al pensar la abuela todavía estaba en el hospital, tuvo que animarse a sí mismo. Se levantó y volvió al hospital.

Él no podía mostrar su frustración delante de la abuela.

Se moría del sufrimiento. Se sentía más dolor y tristeza que cuando lo dejó por su primera novia.

Cuando regresó al hospital, la abuela ya había despertado. Como no podía hablar con claridad, no se veía bien. Se podía comprender que era difícil para cualquiera persona cuando supiera que no pudiera hablar. Nadie podía aceptar una realidad tan cruel tan rápida.

—Ho ho ...

Cristián se acercó y le tomó la mano.

—Ho ho ...

La abuela quería hablar, Cristián le dio unas palmaditas en su mano y le preguntó:

—¿Quieres preguntar dónde está Chloe?

Ella asintió.

Cristián le mintió:

—Ella no había descansado bien estos días, y la he llevado a casa a descansar.

Teniendo el miedo de que, si la abuela no lo creyera, entonces continuó:

—Ella vendrá aquí cuando le viene bien, así que descánsate un poco, todo está bien. No te preocupes.

La abuela cogió su mano, aunque tenía muchas cosas que quería contar, al final todo se convirtió en un suspiro.

Ella solo podía rezar, y pidió ayuda a Dios para que Cristián no se separara de Chloe.

—A dormir, te acompaño.

Cristián dio unas palmaditas sobre la espalda de la abuela. Ahora le tratara como si ella fuera una niña pequeña.

En la familia Paramés.

Cuando los dos niños llegaron a casa, abrieron los sobres rojos inmediatamente. Al parecer fueron al banco para sacar el dinero deliberadamente. Todos los billetes estaban nuevos con los números correlativos.

—Seis mil seiscientos con sesenta y seis —contó Álex.

Alessia se lo dio a su hermano su dinero, y dijo:

—Ayúdame a contarlo.

Álex echó a vistazo a su hermana, suspiró, y se sintió impotente y cogió su sobre rojo:

—Debemos tener la misma cantidad.

—¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedes saberlo sin contarlo?

—Esto es un método para quedarse bien con la gente. Somos hermanos, nadie nos va a tratar de manera diferente.

—Ayúdame a contarlo.

La niña insistió.

Álex no le quedó otro remedio, así que sacó todo el dinero que estaba dentro del sobre.

La niña se sintió aburrida de la espera, jugó con el dinero que Álex ya había contado. Miró a él, dijo:

—Hermano, como tienes tanto dinero ahora, ¿Qué vas a comprar? ¿Me comprarías un regalo de Año Nuevo?

Álex miró a su hermana:

—Quiero comprar un regalo de cumpleaños para mamá.

La niña parpadeó.

—Sí, es verdad. Llegará el día del cumpleaños de mamá después del Año Nuevo.

Al lado de la ventana del piso, Alain estaba de pie llamando por teléfono. Al escuchar la conversación entre los dos pequeños, los miró. «¿Estaban hablando del cumpleaños de Cynthia?»

«¿Cuándo? ¿Cuándo es el cumpleaños de Cynthia?»

—Arregles todo, y me llamas.

Después de planear todo por el móvil, Alain colgó el teléfono. Pasado mañana llegó el día de nuevo año, La compañía organizaba fiesta todos los años. Como Alain llevó bastante tiempo sin estar en la compañía, entonces la disposición de este año hizo un poco tarde. Terminó hasta un día antes del año nuevo.

Los filiales nacionales y extranjeras había que presentar informes de fin de año también.

Acababa de entrar, Henry le llamó para informarle todo. Cynthia subió y los dos peques estaban en el sofá y seguían contando el dinero. Alejandro y Carmen no estaban en casa.

Él miró a su hijo, preguntó:

—¿Cuándo es el cumpleaños de tu mamá?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!