¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 317

Álex contó el dinero, se lo entregó a su hermana, miró a Alain y parpadeó.

—Ni siquiera sabes el cumpleaños de mi mamá, ¿y te consideras un marido decente?

Alain se quedó sin palabras.

«Tiene razón, no soy un marido decente. Llevamos seis años casados, siendo más preciso, pasado mañana serán siete años. Hasta los niños cumplirán seis años pronto, pero todavía no he tenido mi noche de bodas con mi esposa. Pues claro que no soy un marido decente. Es mi culpa no haberle dado placer a mi esposa».

Ahora Álex lo había aceptado, pero no se olvidó de que una vez los abandonó. Aún le insistía que, para recuperar a su mamá, tenía que trabajar duro.

—Averígualo tú.

Álex dejó claro que no iba a decirlo, se puso de manos cruzados.

—Solo te puedo decir que no te queda mucho tiempo.

Alain arqueó las cejas, «¿Que no me queda mucho tiempo? ¿Entonces es en estos días?».

Alain se agachó y miró a su hijo.

—¿Sabes que puedo sacar esa información con unas simples preguntas?

Álex reaccionó rápidamente para taparle la boca a su hermana.

Temía que se lo preguntara a su hermana. Alessia no posaba ninguna perspectiva, además le gustaba mucho Alain. Por lo que, si se lo preguntara, seguramente se lo diría.

—No intentes sacar esa información de Alessia.

Álex miró a Alain.

Alessia estaba un poco perdida, «¿Qué está pasando? ¿Por qué Álex de repente me tapó la boca?».

—Mmm...

—¿Qué estáis haciendo?

Cynthia bajó las escaleras. Al ver a Álex tapando la boca de Alessia, preguntó.

Alain miró a su hijo con una sonrisa alegre.

—Alessia acaba de decir que tu cumpleaños es el segundo día después del Año Nuevo, pero Álex dijo que estaba equivocada, por eso le tapó la boca.

—Es el...

—¡Mamá!

Álex la interrumpió en voz alta, temiendo que lo dijera, miró a Alain con fiereza.

—¡Estás haciendo trampa!

—¿Cuándo hice trampa?

Alain se encogió de hombros.

—Cada uno nos buscamos la vida, ¿no es así?

Esta vez fue el turno de Álex de quedarse sin palabras.

Cynthia estaba confundida, le dio una palmada en el hombro a su hijo para decirle que soltara a su hija.

—Se sentirá incómoda si le tapas la boca.

—Mamá, no le digas cuándo es tu cumpleaños, deja que lo averigüe por su cuenta, si no puede averiguarlo demuestra que no se ha esforzado lo suficiente.

Álex recordó a Cynthia.

Cynthia parpadeó, como si entendiera por fin lo que estaba pasando.

Álex confiaba en Cynthia, pero no en su hermana, así que la llevó de regreso a la habitación.

—Ven conmigo a la habitación.

—¿Y mi dinero?

Alessia miró a su hermano mientras pensaba que podía pedir a su mamá que le comprara muchas cosas con tanto dinero. No quería dejarlo allí por temor a que desapareciera.

—Mamá, ayúdanos a recogerlo.

Álex no iba a permitir que Alain tuviera la oportunidad de hablar con su hermana. Este hombre era demasiado astuto, casi sacó la información de Cynthia antes.

Cynthia asintió con la cabeza. Cuando los niños regresaron a la habitación miró a Alain y preguntó:

—¿Por qué te metes con los niños?

Alain se sentó a su lado, cogió su mano que estaba recogiendo el dinero, tomó el dinero de su mano y la ayudó a recogerlo.

—Tu hijo me provocó primero.

Inclinó la cabeza para besarle la frente. Se quedó allí acariciándola.

—Deberías conocer los antecedentes de la gasa de nube cantonés, ¿no?

Aunque era una pregunta, el tono era afirmativo.

Cynthia de repente se puso tensa, contuvo su voz, tratando de hacer que su voz sonara lo más normal posible.

—Cuando Asher me lo enseñó, me dijo que era una artesanía heredada de la familia Carpio.

Ahora le besó el rabillo del ojo.

—¿Aún no piensas contármelo?

Cynthia se puso rígida.

—Prometí no contárselo a nadie.

«Así que no me obligues a decirlo».

—¿Quiere que te ocupes de mí?

Cynthia dijo en voz ronca.

De hecho, en ese momento Elio dijo:

—Ella me hizo una promesa, pero ahora ha incumplido con sus palabras. Ella rompió la promesa desafiando mi límite de tolerancia. Si no me hubiera enterado, lo dejaría pasar; sin embargo, ahora que me he enterado, de ninguna manera le dejaré salir con la suya.

En ese momento, Alain no dijo nada, porque si le dijera a Elio que dejara pasar ese asunto, Elio sin duda sospecharía de él.

Solo se hizo cargo de este asunto para poder proteger a Cynthia sin que Elio sospechara.

Ahora sospechaba seriamente que se trataba de una conspiración de Carmen. Deliberadamente involucró a Cynthia en este asunto para que ni él ni Elio pudieran hacer nada.

—Yo te protegeré, nadie puede hacerte daño.

Incluido Elio.

Cynthia sabía que Alain debía estar en un dilema.

No quería que él estuviera en una situación así, pero no quería renunciar a la promesa que le hizo a Carmen.

Carmen se había sacrificado mucho por Alain. ¿Acaso aún tenía que echar a perder la artesanía de su familia que se había transmitido de generación en generación?

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